
La fundación estadounidense abandona al menos uno de sus puntos de reparto en Gaza
(Actualiza la noticia con la respuesta de la GHF a EFE)
Gaza, 12 oct (EFE).- La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), organización estadounidense que se encarga desde mayo de repartir comida en la Franja con un polémico método que ha causado cientos de muertos, ha abandonado al menos uno de sus puntos de distribución en el territorio palestino, según constató EFE en el terreno, algo que el organismo achaca a un «cierre temporal».
Se trata del punto llamado SDS4, localizado en el centro de la Franja, al sur del corredor de Netzarim que recorre el territorio de este a oeste por debajo de la ciudad de Gaza.
El cierre de este punto, que está formado por unos pasillos de acceso formados por estructuras metálicas con alambres que dan a un descampado con forma cuadrada rodeado de montículos de tierra, coincide con la retirada del Ejército israelí de esa zona hasta la llamada «línea amarilla» del acuerdo de paz firmado entre Israel y Hamás.
Según ese acuerdo, las tropas se han retirado hasta esa línea y controlan ahora un 53 % del territorio -en lugar del 80 % anterior- para que Hamás y las milicias palestinas recuperen a los rehenes, vivos y muertos, que deberán liberar antes de este lunes a mediodía.
EFE constató allí que ya no hay mercenarios estadounidenses guardando el centro de distribución, ni tampoco ningún tipo de infraestructura, seguridad ni tropas israelíes, y que el punto no está en funcionamiento. Tan solo quedan las estructuras de acceso metálicas.
Preguntada por EFE, la fundación indicó que «en los próximos días, durante el traslado de los rehenes a Israel, se producirán cambios tácticos en las operaciones de la GHF y podrían producirse cierres temporales de algunos puntos de distribución».
«Nuestro plan a largo plazo se mantiene invariable», añadió, aunque no está claro si esta fundación seguirá operando en Gaza una vez se ha alcanzado un alto el fuego e Israel debe dejar entrar camiones de ayuda de la ONU y otras organizaciones.
En su cuenta de X, la GHF publicó el viernes, el día en que entró en vigor el alto el fuego, que continuaba proporcionando ayuda en Gaza.
«No descansaremos mientras haya habitantes de Gaza necesitados. Es nuestra misión y continúa», decía su director ejecutivo, John Acree, en el mensaje.
Esta fundación, de financiación opaca, venía a sustituir al sistema de reparto que tenía la ONU en toda la Franja por orden de Israel, que acusaba a Hamás, sin pruebas constatables, de quedarse con esa ayuda.
A finales de mayo abrió en Gaza cuatro puntos de reparto que han sido muy polémicos desde que han estado operando. Uno de ellos, el SDS3, lleva cerrado varios meses.
Esto es porque dichos puntos, vigilados por mercenarios estadounidenses y también por personal local, se colocaron en lugares militarizados y el Ejército israelí ha abierto fuego en numerosas ocasiones a las miles de personas que se acercaban a ellos a por comida, causando según el Gobierno de Gaza mas de 2.600 muertos.
En ocasiones, la distribución de ayuda se hacía de madrugada y se avisaba con muy poco tiempo antes de la apertura, con lo que miles de personas se congregaban cerca en espera de que abrieran. El punto cerraba tan solo unos minutos después de la apertura, ya que la comida se acababa en muy poco tiempo.
Según pudo constatar EFE en una madrugada a finales de junio en el SDS4, tanques israelíes dispararon contra la multitud que se acercó hasta ese punto alertada de que había abierto, causando 28 muertos en una noche.
Una vez dentro del punto, la comida se dejaba en palés en el centro del descampado, por lo que solo las personas más rápidas y fuertes -generalmente hombres, algunos armados con cuchillos- se hacían con la comida en una lucha por la supervivencia.
Toda la Franja de Gaza, y en especial el norte, donde un organismo avalado por la ONU declaró la situación de hambruna, vive una situación de escasez de comida desde que el marzo Israel bloqueó totalmente su entrada, que desbloqueó parcialmente en mayo, pero de forma insuficiente.
Ahora, con el acuerdo de alto el fuego, Israel deberá dejar entrar 600 camiones al día de ayuda operados por la ONU, organizaciones internacionales autorizadas, el sector privado y países donantes. EFE
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