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La nobleza del hierro Corlomé le facilita el triunfo a Roca Rey en Aguascalientes, México

Borja Ilián Aguascalientes (México), 25 abr (EFE).- La séptima corrida de la Feria de San Marcos en Aguascalientes finalizó este jueves con cuatro orejas y un rabo para el peruano Andrés Roca Rey, una para el mexicano Joselito Adame mientras que sus compatriotas Diego San Román y el rejoneador Javier Funtanet no lograron apéndices. Los toros de la divisa de Corlomé resultaron nobles y encastados en general salvo cuarto y séptimo. De despareja presentación algunos lucían como novillos. Se registró un casi lleno en la Monumental de Aguascalientes. En una larguísima corrida, cuatro buenos toros de Corlomé pusieron las embestidas, la emoción y bravura requeridas para una tarde triunfalista. Especialmente lo fue para el peruano Andrés Roca Rey, quien fue sonreído por la nobleza y dimensiones de sus dos toros. La puerta grande quedó asegurada con una faena sin firmeza ni profundidad, a remolque de su primero, de bellas y cómodas formas. El bovino soltó dos latigazos al capote destensado del peruano. Éste lo mandó sin más al caballo. El aviso puso a la defensiva a Roca Rey, más cuando el Corlomé apretó a los banderilleros hasta el callejón. En unos estatuarios iniciales la celebridad terminó en el suelo zancallideado en un cambio de mano por la espalda. Con la derecha Roca Rey fue de menos a más, ligando plantado, aunque siempre con un punto de distancia. Resultó ser mejor el toro por el lado izquierdo. Roca Rey perdió tres o cuatro pases por tanda debido a su imprecisa manera de citar el pitón siniestro, provocando un dique a la hondura del encastado. Mató sin problema y se llevó dos apéndices. La casta era también visible en su siguiente del sorteo. Dejó muestras de ella en el peto. El andino se sintió a gusto con la embestida franca, hilando tandas de muchos pases en el centro del ruedo, sin cargar la suerte, algunos trenzados con suavidad. Al natural, con el ayudado, mostró atinadamente el camino al noble, pero la postura en hierático paralelo privó a los presentes de contemplar el mucho recorrido del toro. Terminó su triunfal tarde bailando asido al lomo de la res. Dando algún giro con los pies si era necesario. La pausa toreando en redondo enardeció a los tendidos. Estoqueó recibiendo con precisión y cayó el trío de premios. El mexicano Diego San Román se vio superado en la plaza de la que se fue como triunfador de feria en las dos ediciones anteriores. La fortuna le deparó tres mansos, tres porque pidió un toro extra. El noveno del festejo. Con su primero se escucharon pitos por el aspecto anovillado del astado. Un soso animal. La labor de San Román quiso ser de gran triunfo pero no había material para ello. Acabó el diestro de Querétaro por arriesgar para sacar algo en limpio. Extendió su actuación con arrimones y un circular. Concluyó con una estocada caída. El séptimo del encierro era un serio toro que empujó con bravura al caballo. San Román subió la apuesta, citó con la muleta, arrodillado, de lejos. De pie, en la primera tanda, desmayó la tela pero le faltó un paso adelante. El toro manseó saliendo suelto hasta desentenderse del de luces. Por su parte, Joselito Adame abrió con un animal de trapío y bravura. Probablemente falto de meses para ser toro. Adame estuvo a la altura de las buenas condiciones en las medias que abrieron el espectáculo a pie. Siguió el Corlomé repitiendo en la tela corta. El diestro local se lo pasaba en paralelo y aun así surgían cuatro y cinco viajes consecutivos del toro. Tal era su buena condición. Con la mano izquierda se vio igual circunstancia. Adame imposibilitó brotase toda la emoción del Corlomé. Toreó en redondo para terminar de deslucir. Larga actuación finalizada con un pinchazo hondo que le pareció a Adame suficiente para descabellar. Lo hizo con acierto. La oreja fue protestada. El arrastre lento no tuvo objeciones. De nuevo impecable y juvenil trazo el del quinto. Confusa fue la lidia dada por Adame y su cuadrilla. Hasta la muleta no se pudo ver qué traía del campo el cornúpeta. Asomó casta y Joselito puso distancia. Lo primero fue atropellando lo segundo hasta desarmar a Adame a quien acompañaron quejas mientras toreaba. El de Corlomé se fue entero y sin lidiar y le costó ajusticiarlo. Bronca final para Joselito que dio brazadas de ahogado al pedir uno de regalo. El obsequio carecía de casta y nada destacable sucedió. EFE bi/jmrg/sbb

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