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Incesantes ataques israelíes en Gaza, donde más de 35.000 personas han muerto

Los bombardeos israelíes y las operaciones terrestres no daban tregua el domingo en la asediada Franja de Gaza, en riesgo de hambruna, tras siete meses de una guerra que ha costado la vida, según el movimiento islamista palestino Hamás, a más de 35.000 personas en ese territorio.

La ofensiva del ejército israelí, provocada por un ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, ha devastado el pequeño y superpoblado territorio palestino, donde según la ONU no hay “lugar seguro” para sus casi 2,4 millones de habitantes. 

Los mayores temores se concentran en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja, y en los aproximadamente 1,4 millones de habitantes hacinados allí, la mayoría desplazados por los bombardeos y combates.

El ejército israelí afirmó que sus tropas siguen realizando operaciones “selectivas” en el este de Rafah y que “diez terroristas de Hamás fueron abatidos allí”.

En las últimas 24 horas, los bombardeos en esa ciudad dejan al menos 63 personas muertas, según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás. Un hospital de Rafah anunció que había recibido los cuerpos de 18 personas.

Israel insiste en lanzar una operación terrestre en esa ciudad, donde considera que está el último bastión de Hamás.

Sin embargo, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, cuyo país se opone a un ataque importante en Rafah, ha advertido que “siempre habrá miles de miembros armados de Hamás” incluso tras una intervención de gran magnitud. 

Mientras tanto, los palestinos siguen huyendo de zonas de esa ciudad para intentar encontrar refugio. 

“Vivimos un infierno durante tres días y las peores noches desde el inicio de la guerra”, afirma Mohammed Hamad, de 24 años, uno de los 300.000 palestinos que, según Israel, salieron del este de Rafah.

En el norte de Gaza, las fuerzas israelíes también emitieron órdenes de evacuación para Jabaliya y Beit Lahia, tras ordenar evacuar este sector donde “Hamás intenta reconstruir sus capacidades militares”, según el ejército.

– “No hay lugar seguro” –

Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, denunció en la red social X que ante el agravamiento de la situación en Gaza “hablar de zonas seguras es falso y engañoso”.

“Las autoridades israelíes continúan emitiendo órdenes de desplazamiento forzoso (…). Esto obliga a los residentes de Rafah a huir a cualquier lugar”, completó.

Volker Türk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, coincidió con Lazzarini y señaló que las ciudades que supuestamente acogerían a los desplazados ya están “en ruinas”.

Entre tanto, Hamás aseguró el domingo que con su ataque en Rafah el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, buscaba “hacer descarrilar” las conversaciones sobre una tregua y la liberación de los rehenes en Gaza.

El grupo islamista afirmó haber aceptado una propuesta de los mediadores -Egipto, Catar y Estados Unidos- sobre una tregua, pero Israel respondió que la propuesta aceptada estaba “lejos de (sus) exigencias”.

– Nuevo pasaje de ayuda –

El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió también el domingo un alto el fuego “inmediato” en la Franja de Gaza.

“Reitero mi llamamiento, el llamamiento de todo el mundo a un alto el fuego humanitario inmediato, a la liberación incondicional de todos los rehenes y a un aumento inmediato de la ayuda humanitaria”, declaró Guterres en un discurso en video ante una conferencia internacional en Kuwait.

“Pero un alto el fuego solo será el comienzo. Será un largo camino para recuperarse de la devastación y el trauma de esta guerra”, añadió durante el evento, en el que donantes se comprometieron a destinar más de 2.000 millones de dólares en dos años para las operaciones humanitarias en Gaza.

La ONU advirtió que la ayuda humanitaria ha estado bloqueada desde que las tropas israelíes entraron el lunes en el este de Rafah y tomaron el paso fronterizo con Egipto, sellando una entrada vital a este territorio bajo riesgo de hambruna.

Pero el ejército israelí anunció la apertura de un nuevo pasaje de ayuda, “el cruce Erez-Oeste”, en el norte de Gaza. Una treintena de camiones con suministros humanitarios procedente del norte del territorio entraron luego en la ciudad de Gaza, constató la AFP.

Por su lado, Egipto anunció que se uniría a Sudáfrica en su demanda por supuestos “actos de genocidio” ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que imponga nuevas medidas a Israel, tras “la magnitud de los ataques israelíes contra civiles palestinos”.

La guerra estalló el 7 de octubre de 2023 con una incursión de milicianos islamistas que mataron a 1.170 personas, según un recuento de la AFP basado datos oficiales israelíes.

Tras un canje de rehenes por presos palestinos durante una tregua de una semana en noviembre, las autoridades israelíes calculan que 128 siguen en Gaza, aunque 36 habrían muerto.

bur-cn/ila/meb-hgs/eg/cjc/arm

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