Mali vota nueva Constitución en medio de baja afluencia y boicot de secesionistas norteños
Bamako, 18 jun (EFE).- Los malienses votaron este domingo, con baja afluencia, una nueva Constitución impulsada por la junta militar gobernante, en medio de obstáculos y boicot masivo en las regiones norteñas y de medidas excepcionales en la zonas azotadas por el terrorismo.
El referéndum no se celebró en regiones septentrionales como Kidal, en el extremo norte del país, donde los movimientos políticos y militares locales rechazaron el contenido del proyecto constitucional que, en su opinión, sigue definiendo a Mali como un Estado centralizado, lo que no atiende a las peticiones de descentralización como solución a su problema regional.
“Los movimientos del Azawad, tanto los secesionistas como los unionistas, llamaron al boicot del referendo e impidieron la llegada de las urnas a las zonas que están bajo su control. Un 80 por ciento de la zona del Azawad (la mitad del territorio maliense) boicoteó la votación”, dijo a EFE el dirigente en la Coordinadora de los Movimientos del Azawad (CMA) Sayyid ben Bila.
En las regiones inestables, como la de Ménaka, donde el grupo Estado Islámico (EI) ocupa al menos cinco poblaciones, los votantes tuvieron que desplazarse de sus localidades, como solución excepcional, a la capital homónima para votar, según informaron a EFE por vía telefónica fuentes oficiales locales.
El EI controla varias localidades en esa región fronteriza con Níger, como Tidarméné, Inkadewane, Fazouane, Tin Amassine y Chemim. “La votación se desarrolló de forma fluida, pero los votantes tuvieron que desplazarse a la ciudad de Ménaka para hacerlo”, precisó una de las fuentes locales consultadas por EFE.
Sin embargo, la votación se ha desarrollado con normalidad en las ciudades más seguras como la capital, Bamako, donde los votantes asisten de forma esporádica a los colegios electorales para depositar una de dos papeletas, la blanca para el “sí” y roja para el “no”.
El presidente de la junta militar, Assimi Goita, votó en la escuela Amadou Aya Sanogo en la ciudad de Kati, a 15 kilómetros de Bamako y donde se encuentra la residencia presidencial. El mandatario instó a todos los malienses a superar la polarización provocada por el proyecto constitucional.
“Estoy convencido de que este referendo allana el camino a un Mali nuevo, fuerte, eficaz y emergente. Sobre todo, un Mali que está al servicio del bienestar de sus ciudadanos”, dijo Goita a los medios de comunicación.
En una declaración a la prensa tras depositar su voto en el Instituto Baco Djicoroni a Bamako, el primer ministro, Choguel Maïga, invitó a los malienses a votar y demostró su confianza en la victoria del “sí”.
La junta militar, que gobierna el país desde el golpe de Estado de 2020, y sus aliados políticos promovieron el “sí”, mientras que la poderosa Asociación de los Imanes de Mali rechazó la nueva Carta Magna porque no acepta que la futura Constitución mantenga el laicismo del Estado.
Entre los partidarios del “no” y aliados de la asociación de los imanes está el exministro de Justicia Mohamed Ali Batchily, que expresó su satisfacción por participar en un “ejercicio democrático”, pero también su “inquietud” de una posible falsificación de los resultados.
El proyecto de Constitución refuerza los poderes del Presidente, que podrá nombrar y destituir al primer ministro y a los demás miembros del Gobierno, así como disolver la Asamblea Nacional, presidir el Consejo Supremo del Poder Judicial y nombrar a algunos miembros de la Corte Constitucional y del Tribunal Supremo.
Un total de 8.463.084 malienses, 4.071.508 mujeres y 4.391.576 hombres fueron convocados por la Comisión Nacional Electoral Independiente (CNEI) para votar en 24.416 colegios electorales, con la presencia de 4.225 observadores electorales, sólo 45 de ellos son extranjeros.
El referéndum sobre la nueva Constitución es uno de los pasos previstos por la junta militar para organizar una transición hacia un gobierno civil tras el golpe de Estado que derrocó al presidente Ibrahim Boubacar Keita en agosto de 2020, en un contexto marcado por el creciente aislamiento internacional de Mali y el acenso de los ataques terroristas en su territorio. EFE
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