Miles de católicos bálticos vuelven a celebrar la Asunción post-pandemia
Juris Kaža
Riga, 15 ago (EFE).- La pequeña localidad letona de Aglona volvió a reunir este lunes a miles de católicos bálticos, en un entorno predominantemente protestante en la región, para celebrar la festividad de la Asunción tras el levantamiento de restricciones por la covid.
La Basílica de la Asunción de la Bendita Virgen María albergó varias misas y ritos en los que el sufrimiento causado por la guerra y la invasión de Ucrania adquirieron protagonismo.
Las celebraciones concluyeron con una misa celebrada por el nuncio papal en los países bálticos, el arzobispo Petar Rajic, y a la que asistieron el primer ministro, Krisjanis Karins; el presidente Egils Levits y otras autoridades.
Levits se dirigió a los asistentes en el exterior del templo y habló de la necesidad de que las iglesias cristianas tengan un papel para recordar a las democracias seculares las raíces de sus valores fundamentales.
«La Iglesia tiene que estar presente en la vida de nuestra sociedad. Es legítimo escuchar las opiniones de la Iglesia en asuntos como la familia y cuándo empieza y termina la vida», dijo el presidente, que comenzó pronunciando unas palabras en el dialecto que se habla en esta parte del este de Letonia.
Karins, por su parte, instó a los congregados a rezar por Ucrania, a dar gracias por la existencia de Letonia y a la nación por tener la sabiduría de ser fuerte y próspera.
Ya el domingo el arzobispo de Riga, Zbignievs Stankevics, instó a los fieles en una misa a «pedir al cielo por la salvación del pueblo de Ucrania y a rezar para el retorno de Rusia desde la locura de la guerra».
Decenas de miles de fieles empezaron a llegar el 11 de agosto de todas partes de Letonia y países vecinos con elevada población católica, como Lituania y Polonia. Muchos letones viajaron a pie en peregrinaciones organizadas por parroquias de todo el país.
«No es obligatorio para los católicos, pero muchos que peregrinaron ya quieren hacerlo otra vez. Es un tiempo durante el cual las personas dejan su zona de confort y se involucran más en la oración, en vivir con toros, experimentan una especie de enriquecimiento espiritual que el ajetreo de la vida diaria no permite», dijo a Efe Viktors Stulpins, obispo católico de la diócesis de Liepaja, en el oeste del país.
Los católicos son una minoría de unas 400.000 personas en un país de casi 1,9 millones. La mayoría viven en el este, en Latgale, donde está Aglona, pero muchos emigraron a otras partes del país para trabajar o estudiar.
Los peregrinos y otros asistentes participaron en varias misas, algunas en dialecto y al menos una en polaco, y la celebración culminó con la misa televisada de este lunes.
Con las elecciones generales convocadas para el 1 de octubre la celebración y la cobertura televisiva puede ser un estímulo para que los políticos, no todos ellos católicos, se muestren en la festividad aunque el obispo Stulpins descarta la idea de una celebración religiosa como plataforma política.
«Cuando participaban en las celebraciones no se vio que ningún representante político hiciera propaganda. Casi siempre solo habla el presidente. La mayoría (de los políticos) vienen a la misa y se van muy pronto», afirmó.
Además de los peregrinos a pie se espera que muchos lleguen a la localidad, de 874 habitantes, con coches o autobuses públicos extra y las autoridades ya empezaron a restringir el tráfico de camiones en la zona la semana pasada.
Las peregrinaciones y grandes concentraciones en la basílica, construida en 1780 donde había una iglesia de madera, se celebran desde finales del XIX y continuaron en época soviética pese a los intentos de impedir los desplazamientos a la ciudad y sus alrededores en torno al 15 de agosto.
Los encuentros anuales que no fueron impedidos por las autoridades soviéticas se reanudaron en 1989, recuerda Stulpins, cuando los primeros peregrinos en décadas llegaron desde Riga.
El dogma de que la Virgen María subió físicamente al cielo solo se proclamó en 1950, recordó Stulpins, quien dijo que la basílica de Aglona ha sido considerada durante mucho tiempo como lugar especial de oración. Hubo también casos de curación o recuperación de enfermedades atribuidos a rezos en el lugar.
Debido a la actual ola de calor las autoridades sanitarias advirtieron a los fieles de que tomaran precauciones. A pesar del final de las restricciones por la pandemia se recomendó a personas ancianas y con su sistema inmunitario frágil el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
Aglona también es conocida por ser donde Mindaugas, el primer rey de Lituania, fue asesinado en 1263 en una lucha familiar. Mientras que los lituanos veneran a Mindaugas como el fundador de la «gran Lituania», se discute el papel que tuvo en la llegada del cristianismo a la zona.
Algunos historiadores afirman que el rey siguió practicando el paganismo, como la mayoría de sus súbditos en el siglo XIII. La basílica de Aglona fue visitada dos veces por papas desde la independencia de Lituania en 1991: Juan Pablo II en 1993 y Francisco en 2018. EFE
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