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Ospel y consortes renuncian a una parte de sus bonos

Marcel Ospel dejó el UBS en abril de 2008. Keystone

Después del antiguo director del UBS, Peter Wuffli, tres ex miembros del consejo de administración del número uno del sector bancario suizo, entre los que figura el antiguo presidente Marcel Ospel, renuncian a una suma de 33 millones de francos de indemnizaciones.

Más de dos tercios de este monte ya deberían haber sido transferidos o ya han sido pagados al señor Ospel. Las reacciones abarcan desde la satisfacción hasta el sarcasmo.

La suma de 33 millones de francos corresponde a la parte efectiva de los salarios y otras indemnizaciones de Marcel Ospel, así como de dos otros antiguos miembros del consejo de administración del UBS, Stephan Haeringer, antiguo vicepresidente, y Marco Suter. Los acuerdos pertinentes fueron firmados con el UBS, precisan en un comunicado.

Este monto de 33 millones de francos comprende las indemnizaciones que ya han sido desembolsadas o que deberían serlo conforme a los contratos de los tres ex consejeros, precisa Jörg Denzler, su portavoz.

“A través de esta acción, Marcel Ospel, Stephan Haeringer y Marco Suter entienden transmitir que se someten a la realidad de la situación presente”, escriben los tres responsables en el comunicado, que además insisten que “están conscientes del hecho que le hubieran dado a ciertas decisiones del pasado un giro diferente si hubieran podido beneficiarse de los conocimientos de los que hoy disponen”.

Un acto voluntario

Subrayando el aspecto “voluntario” de su gesto, los tres ex administradores añaden que esto “no significa de ninguna manera el reconocimiento de una culpa en el sentido jurídico”.

“Estimo justa la solución ocurrida ahora y espero, actuando como lo estoy haciendo, poder contribuir al control de la situación inimaginable para mí hasta hace poco”, comenta Marcel Ospel en el citado comunicado de prensa.

Christoph Meier, portavoz del UBS, ha confirmado los acuerdos pasados con Marcel Ospel, Haeringer y Suter. Saludando el gesto de los tres antiguos responsables y agraciándoles por eso, el portavoz no ha querido ampliar esta información.

Pro memoria: Peter Wuffli ha declarado el 9 de noviembre pasado querer renunciar voluntariamente a una remuneración de 12 millones de francos prevista en su contrato. Wuffli, que dirigió el UBS de 2001 a julio de 2007, explicó su gesto como una seña de solidaridad para con la institución bancaria sacudida por la crisis financiera.

Marcel Ospel, que encabezó el instituto financiero a partir de 1998 como director general, y luego a partir de 2001 como presidente del consejo de administración antes de abandonar su cargo en abril de 2008 por la crisis crediticia, cobró una remuneración total de 2,6 millones de francos para el ejercicio de 2007, un año que se saldó en una pérdida de 4,4 mil millones de francos.

El año pasado, el señor Haeringer ganó 1,9 millones de francos y el señor Suter, que también ocupó el cargo de jefe de finanzas del grupo hasta el 1º de septiembre de 2008, ingresó unos 1,4 millones.

En 2006, los señores Ospel, Haeringer y Suter, así como los diez miembros de la dirección general del UBS, se dividían nada menos que 246,8 millones de francos.

“Una gota de agua en una piedra ardiente”

Para el empresario Thomas Minder, de Schaffhausen, autor de la iniciativa popular “contra las remuneraciones abusivas” de los grandes patrones, estos gestos son “positivos, aunque no son más que una gota de agua en una piedra ardiente”.

Recuerda que entre 2004 y 2007, el UBS desembolsó unos 800 millones de francos de gratificaciones variables, bonificaciones y otras indemnizaciones de despedida a sus directores y administradores. Y estos reembolsos no tienen relación con las inyecciones de unos 70 mil millones de francos garantizados al UBS por parte del Banco Nacional Suizo (BNS) y la Confederación, añade Thomas Minder.

Los liberal-radicales (partido de derecha en proceso de fusión) dicen que han tomado nota “con satisfacción” de la restitución de esos 33 millones de francos, añadiendo que esos tres antiguos dirigentes se han “por fin decidido” a seguir el ejemplo de Peter Wuffli.

Para el Partido Demócrata Cristiano se trata de una “señal esperada desde hace mucho tiempo”, dijo su portavoz Marianne Binder. En cuanto a la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha nacionalista), no ha querido pronunciarse, calificando la decisión de los exdirigentes del UBS como “asunto interno”, según su portavoz Alain Hauert.

El Partido Socialista habla de una “gestión positiva”, aunque asevera que eso no quiere decir “que el asunto esté resuelto”, declaró su portavoz Peter Lauener. Un punto de vista que comparta la Unión Sindical Suiza, que espera que no “se trata sólo de un gesto para que (los dirigentes afectados) puedan volver a exponerse en público”.

¿Y los otros?

Por su parte, el presidente del consejo de administración del UBS, Peter Kurer, estima que otros antiguos responsables del banco también deberían renunciar a una parte de sus indemnizaciones. Los debates están en marcha.

Interrogado sobre la identidad de esos antiguos responsables, Rebeca García, portavoz del UBS, respondió que “esas negociaciones no se harán públicas”. Se podría tratar, sin embargo, del antiguo patrón de la banca de inversión, Huw Jenkins, y del ex jefe de finanzas del grupo, Clive Standish.

Con Peter Wuffli, que dimitió en verano de 2007, estos antiguos dirigentes han obtenido en total unos 94 millones de francos.

swissinfo y agencias

El Partido Socialista (PS) compró recientemente una acción del banco suizo número uno. Esta participación muy modesta es suficiente para que los socialistas puedan tener voz en la asamblea general de este jueves en Lucerna.

Christian Levrat subirá a la tribuna para expresarse en nombre del partido que preside, declaró este martes (25.11.) Thomas Christen, secretario general del PS, confirmando una información que apareció en el cotidiano zuiqués Tages-Anzeiger.

El PS no formulará ninguna petición formal porque una asamblea general extraordinaria no lo permite. Sin embargo, su presidente tomará el micrófono para poner sobre la mesa la cuestión de la responsabilidad de los antiguos dirigentes del UBS en el descalabro del banco. Estima necesario la elaboración de un informe sobre el asunto y examinar la oportunidad de una denuncia penal.

Este martes (25.11.) se informó de la denuncia penal interpuesta ante la Fiscalía General de Zúrich por violación del secreto bancario. Está relacionada a la demanda de asistencia administrativa por parte de Estados Unidos, que solicitan los nombres de los clientes estadounidenses del UBS sospechados de fraude fiscal.

El ministerio fiscal zuriqués ha confirmado el archivo de la denuncia, sin proporcionar otros detalles. Según las informaciones publicadas por el portal Internet de NZZ online, emana de una notaría zuriquesa por encargo de un cliente estadounidense.

El UBS está en el radar de las autoridades norteamericanas debido al procedimiento abierto contra Bradley Birkenfeld. Como antiguo gerente de fortunas del banco, admitió el verano pasado haber incitado al fraude fiscal a sus clientes.

El banco se comprometió entonces a cerrar 19.000 cuentas de ciudadanos estadounidenses administrados desde Suiza, y decidió dejar de ofrecer este tipo de cuentas ‘off-shore’. En lo relativo a este dossier, la Comisión Federal de Bancos también decidió abrir una investigación contra el UBS.

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