Los aranceles de Donald Trump ponen en jaque a la industria relojera suiza
El arancel del 39% impuesto sobre las exportaciones suiza a Estados Unidos -en vigor desde el pasado 7 de agosto- afecta preponderantemente a los fabricantes de relojes que tienen la etiqueta Hecho en Suiza (Swiss Made). El periodista especializado Alexey Tarkhanov acudió a los Geneva Watch Days a tomarle el pulso de una industria que atraviesa un periodo de intensa incertidumbre.
El anuncio arancelario de Estados Unidos ensombreció la fiesta nacional del 1 de agosto. Un mes más tarde, durante el encuentro Geneva Watch Days 2025, que tuvo lugar entre el 4 y el 7 de septiembreEnlace externo, el tema regresó a todas las conversaciones, eclipsando parcialmente el impacto de la presentación de las nuevas colecciones: ¿qué sucederá con estos relojes en el mercado estadounidense, principal destino de la relojería suiza desde que inició la desaceleración económica china en 2022?
En Suiza, la relojería representa alrededor del 7% de las exportaciones nacionales totales. Y Estados Unidos es el mercado que explica casi el 17% del valor de esas ventas relojeras, que en 2024 fueron equivalentes a 4.300 millones de francos suizos.
Diversas grandes marcas ya aumentaron sus precios desde la primavera, en respuesta a la fortaleza del franco y la introducción de un primer arancel aduanero del 10%. Pero con los nuevos gravámenes comerciales decididos por Donald Trump, en vigor desde el 7 de agosto, la factura podría tornarse prohibitiva para muchos consumidores, afectando la demanda de relojes helvéticos del otro lado del Atlántico.
«Estamos presionando conjuntamente al Consejo Federal (Gobierno) para lograr avances en las negociaciones (con Estados Unidos) y aguardamos un mejor acuerdo. Es escandaloso ver que la Unión Europea (UE) es gravada con un arancel de solo 15%, mientras nosotros padecemos un 39%. Así que pedimos más negociaciones», afirmó Delphine Bachmann, consejera de Estado del cantón de Ginebra, durante la inauguración del salón.
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Cómo Trump maniobra para acercar a Suiza a la Unión Europea
Algunas personas esperan que Berna consiga que los aranceles suizos se homologuen con los que gravan a los vecinos europeos: 15% para la UE y 10% para el Reino Unido. Pero hay quienes depositan más bien su confianza en la justicia estadounidense: un tribunal federal de apelación ya declaró ilegales esos aranceles, pero los mantiene provisionalmente hasta al 14 de octubre, en espera que la Corte Suprema se pronuncie al respecto.
Relojería: el objetivo ideal para Trump
La comunidad relojera denuncia la desproporción de la medida: la Confederación Helvética es el quinto país más penalizado por los aranceles estadounidenses, ubicándose entre Birmania e Irak. «No puedo imaginar a Suiza viviendo con aranceles del 39%», reitera Georges Kern, director general de Breitling. «Sigo confiando en que este problema se resolverá, total o parcialmente, en las próximas semanas o meses. Preparemos un plan B por si esto se demora, pero por el momento mantenemos una actitud positiva».
Pero Olivier Müller, experto relojero de LuxeConsult, es menos optimista que Kern. «Pueden enviar a los embajadores más competentes a negociar durante varios meses. Al final, es Donald Trump quien decide en solitario, a menudo impulsivamente».
Según Müller, los sectores estratégicos, como el oro o la industria farmacéutica, podrían seguirse escabullendo al pago de aranceles. Pero los relojes, objetos de lujo carentes de un valor vital, constituyen el «objetivo ideal para las medidas populistas».
A primera vista, las cifras publicadas por la Federación de la Industria Relojera Suiza (FH) pueden parecer paradójicas: en abril, las exportaciones hacia Estados Unidos totalizaron 853 millones de francos suizos, duplicando los datos de marzo. Pero este aumento solo reflejó la intención de las empresas de fortalecer la reserva de relojes que tenían en sus tiendas antes de que entraran en vigor los aranceles.
Pocas voces expertas de la industria consideran que estos niveles excepcionales de exportaciones se mantendrán. De hecho, el próximo informe mensual de la FH -que será presentado el 18 de septiembre- dará cuenta de la magnitud del retroceso del sector.
No hay una línea común
De cara a las amenazas que se ciernen sobre el sector, las estrategias adoptadas por las empresas divergen entre el silencio, la confrontación y la elusión. ¿Hay que aumentar los precios solo en Estados Unidos, es mejor repartir el sobrecoste con las firmas de distribución local o simplemente aumentar los precios en todos lados para preservar la competitividad estadounidense? Por ahora, no hay una línea común que sea clara en Suiza.
Los relojes más buscados de Rolex, Audemars Piguet o Patek Philippe hallarán fácilmente mercado en otros sitios. En Estados Unidos, la clientela que está en la lista de espera de algún producto se beneficiará con una menor competencia. Pero a la mayoría de las casas relojeras, la realidad no les hace ninguna gracia.
El equipo de dirigentes de las marcas de relojes de LVMH (Bvlgari, Hublot, Zenith) declina pronunciarse sobre el tema, en concordancia con la prudencia que ha mostrado Bernard Arnault, director del grupo francés de artículos de lujo. «No podemos permitirnos enemistarnos con Estados Unidos», dijo Arnault al diario francés Le Figaro a finales de julio.Enlace externo
La controvertida propuesta de Nick Hayek
Nick Hayek, director de Grupo Swatch, el grupo relojero más grande del mundo, está a favor de una estrategia más ofensiva. Con existencias capaces de cubrir entre tres y seis meses de la demanda del mercado estadounidense, durante una entrevista concedida al BlickEnlace externo propuso imponer un arancel del 39% al oro exportado a Estados Unidos. En su opinión, el metal precioso es el «talón de Aquiles» de Donald Trump.
Hayek advirtió también que imponer aranceles tan elevados impulsará a la clientela estadounidense a comprar relojes en el extranjero o en tiendas libres de impuestos, lo que al final afectará los intereses de las empresas minoristas que operan en Estados Unidos.
>> Artículo explicativo sobre la industria relojera suiza:
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Relojería suiza: ocho cosas que hay que saber
Algunas empresas relojeras planean eludir los aranceles estadounidense pasando por la Unión Europea (UE), región que paga un arancel dos veces inferior al de Suiza. Esta opción tiene sentido porque muchas marcas pertenecen a grupos internacionales. Los relojes Chanel, Dior, Louis Vuitton o Bell & Ross son franceses y suizos también. Richemont posee a las casas parisinas Cartier y Van Cleef & Arpels, pero también a la alemana A. Lange & Söhne. Por su parte, Grupo Swatch es propietario de la empresa alemana Glashütte Original.
¿Hay que deslocalizar la producción?
La situación actual produce alianzas. El fabricante suizo de movimientos relojeros La Joux-Perret ya está colaborando con la casa relojera francesa Humbert-Droz. La etiqueta «Hecho en Francia» es menos rigurosa que la etiqueta «Hecho en Suiza», pues no exige un 60% de valor nacional. Solo se requiere que la «última transformación sustancial se haya realizado en Francia».
Esto podría favorecer el surgimiento de nuevas firmas competidoras. Pero Manuel Emch, director de Louis Erard, relativiza esta posibilidad: «Nuestro saber hacer puede ser utilizado, pero en ningún otro sitio existe un ecosistema tan completo. Alemania, Francia y Gran Bretaña cuentan con excelentes representantes de la relojería, pero su volumen de operación es reducido. No sustituirán a Suiza, ni siquiera con el apoyo indirecto de Estados Unidos».
Producir directamente en Estados Unidos, como ya lo hace Louis Vuitton con la marroquinería, es prácticamente imposible en la relojería poque se requiere una mano de obra altamente cualificada que ya escasea en la propia Suiza.
Algunas marcas, no obstante, ya están analizando ajustes, como transformar sus filiales estadounidenses en distribuidores totalmente independientes, para que puedan importar a precio mayorista y reducir sus precios finales. Este camino fue elegido recientemente por la marca británica Christopher Ward, que manufactura actualmente en Suiza.
Louis Erard analiza la misma opción. Pero para materializar verdaderos cambios, insiste Manuel Emch, tendría que darse por sentado que los nuevos aranceles son definitivos, cuando la realidad es que dependen de la administración Trump, que concluirá en 2028.
El director de Rolex y Donald Trump se reúnen en Abierto de Estados Unidos
El presidente estadounidense Donald Trump asistió el 7 de septiembre a la final del US Open como invitado del grupo relojero Rolex. El director general de Rolex, Jean-Frédéric Dufour, pasó varias horas con el presidente estadounidense, según reportaron el grupo de prensa CH Media y otros medios de comunicación internacionales.
La Casa Blanca declinó hacer comentarios sobre los motivos por los que Donald Trump aceptó esa invitación. El encuentro se considera delicado porque se produce en medio de una guerra arancelaria que ha golpeado fuertemente a la industria relojera suiza.
El jueves 11 de septiembre, Howard Lutnick, secretario estadounidense de Comercio, dijo a la cadena CNBC que un acuerdo con Suiza era «probable», añadiendo que las cosas «se arreglarán con el tiempo».
Por su parte, Grupo Swatch se burla del arancel estadounidense presentando -el 10 de septiembre- un reloj de plástico multicolor que invierte los números 3 y 9 en su esfera, formando así la cifra 39, que es el porcentaje del arancel impuesto por Estados Unidos. Estos relojes solo serán una edición limitada que solo se comercializa en Suiza y dejarán de venderse cuando Estados Unidos decida reducir su arancel.
Fuente: ATS, RTS
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Texto revisado por Samuel Jaberg. Adaptado del francés por Andrea Ornelas /CW.
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