Embajador suizo se reunió con autoridades de Bolivia
Beat Löliger, embajador concurrente de Suiza con asiento en Lima, expresó al Gobierno boliviano la preocupación de Berna por la nacionalización del Complejo de Vinto, adquirido por Glencore.
No obstante, sostuvo que la cooperación suiza a Bolivia proseguirá sin alteración alguna, porque ésta forma parte de la política exterior de la Confederación Helvética.
Enterado de la situación surgida tras la nacionalización de la fundición de Vinto –una especie de símbolo de la minería boliviana-, el embajador Beat Löliger acudió a la capital administrativa La Paz para conversar con las autoridades correspondientes.
Durante su encuentro de este viernes (16.02) con el ministro de Minería Guillermo Dalence y el viceministro de Relaciones Exteriores Victor Hugo Fernandez, el diplomático suizo puso de manifiesto el respeto que proclama y promueve el gobierno helvético del capital y la propiedad privada en el marco de convenios bilaterales.
Además de intercambiar opiniones sobre el probable alcance de la nacionalización de Vinto (09.02), el embajador Löliger entregó una nota oficial cuyo contenido señala la preocupación de Suiza por la forma y el decreto de la nacionalización que no hace referencia a compensación alguna, como considera que debería ser comulgando con el acuerdo bilateral firmado con Bolivia en 1991 sobre la protección de las inversiones.
Cuestión de principios
En la concepción del Gobierno suizo, el respeto del capital y la propiedad privada es una cuestión de principios que debe ser regido mediante el cumplimiento de las cláusulas establecidas en los convenios correspondientes, razón por la cual extraña que el decreto de nacionalización del Complejo de Vinto –propiedad de la subsidiaria de Glencore: Sinchi Wayra-, no mencione compensación ni indemnización.
El embajador Löliger recalcó que no se cuestiona la posibilidad de nacionalizaciones, porque éstas son decisiones tomadas en el marco de la soberanía del país andino, siempre y cuando prime el espíritu de reciprocidad y exista una justa compensación. Por esta razón, Suiza espera recibir respuesta a su nota presentada a las autoridades bolivianas.
Abrir el diálogo y alentar las inversiones
El Embajador Concurrente de Suiza destacó la importancia de mantener el diálogo entre las partes y garantizar la comunicación entre la multinacional Glencore y los gobiernos de Suiza y Bolivia, de manera que sea posible hallar una solución satisfactoria.
A juicio del embajador Löliger, las publicaciones de prensa acerca de este problema marcan una línea de incertidumbre sobre el futuro de los inversionistas y, por ende, no extrañaría que algunos se pregunten si es aún una buena idea invertir en Bolivia
El Gobierno suizo, sostuvo, defiende los intereses económicos como principio básico, pero no es abogado de ninguna empresa. En este sentido, su intención y objetivo es contribuir a la búsqueda de entendimiento. Glencore no ha señalado aún lo que hará en el futuro.
Bolivia insiste en su postura
Al término de la reunión con el embajador Beat Löliger, el ministro de Minería Guillermo Dalence sostuvo que explicaron claramente al diplomático suizo cuál es la posición de Bolivia al respecto, y que al no tener el Estado boliviano ningún contrato con Glencore, ésta debería hacer sus reclamos a la desaparecida Empresa Minera del Sur (COMSUR) del ex presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, empresa de la que compró el Complejo de Vinto por 100 millones de dólares.
Más aún, el presidente Evo Morales y la presidente de la Asamblea Constituyente Silvia Lazarte encabezaron en la fundición de Vinto la tradicional “Ch’alla” (festejo popular en carnaval), como muestra de que la empresa siderúrgica volvió a la pertenencia plena del Estado.
El mandatario indígena insistió en que no habrá compensación a Glencore y que la multinacional con sede en Zug es quien debe explicar al Gobierno en qué circunstancias y cómo adquirió la empresa, presentando documentación probatoria.
Continuará la cooperación suiza
La cooperación suiza a través de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y la Secretaría de Estado de Economía (Seco) no sufrirá alteración alguna porque “nada tiene que ver con un problema que tenemos que resolver”, sentenció el embajador Löliger respondiendo a si el caso de Vinto afectaría a este rubro.
El diplomático puso énfasis en que la cooperación entre Suiza y Bolivia es un acto de solidaridad del pueblo y del Gobierno helvéticos, y que este tema no está en discusión, menos aún dado que “la cooperación que tenemos con Bolivia desde hace 40 años es bien acogida, trabaja eficientemente y lo hace para el pueblo. Continuaremos”.
Los medios de comunicación social escritos, radiales y televisivos de Bolivia destacaron la posición del Gobierno de Suiza sobre la continuación de la cooperación que viene prestando como una muestra de solidaridad con el pueblo boliviano, al margen del problema presentado por la nacionalización de Vinto, cuya administración, hasta el 9 de febrero se encontraba a cargo de Sinchi Wayra, subsidiaria de la multinacional suiza Gleencore.
swissinfo, La Paz, Félix Espinoza R.
El Embajador Concurrente ratificó el comunicado emitido el jueves por la legación diplomática en Bolivia.
Gleencore deberá ser quien se pronuncie si recurre a un arbitraje internacional o no.
El Gobierno boliviano emitió una resolución donde garantiza la estabilidad laboral de los 450 trabajadores de Vinto.
Gleencore adquirió en 2005 las empresas de Vinto, Porco, Bolivar y Colquiri de la Comsur del ex presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada.
Según datos preliminares la Gleencore en Bolivia habría invertido 300 millones de dólares.
El Gobierno de Bolivia, pretende recuperar todos los yacimientos que fueron de Gonzalo Sanchez de Lozada.
La fundidora produce lingotes de estaño metálico en una cantidad de 30.000 toneladas al año, además de plomo metálico refinado, sulfato de cobre y antimonio metálico.
A las empresas mineras privadas, chicas, medianas y grandes se aplicará el impuesto complementario minero, que equivaldrá aproximadamente a un incremento de un 200% sobre lo que actualmente pagan por este concepto.
Viento se encuentra ubicada a 20 kilómetros de la ciudad de Oruro y a 180 km al sureste de La Paz, sede del Gobierno.
De manos del Estado pasó a la empresa privada en 1996.
La principal fuente de ingresos para Bolivia sigue siendo la exportación de minerales.
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