¿Hubo en Colombia un ‘adiós a las armas’?
A los 14 años, Juan X ayudaba a atender a los paramilitares que acudían al bar de la familia. No recibía sueldo y su padre le arrebataba las propinas. Lo maltrataba con frecuencia. Cuando los “paras” lo invitaron a seguirlos, no vaciló. Tendría un arma, una moto, sería poderoso….
Su historia es la de miles de jóvenes que optan en Colombia por la violencia como forma de vida.
Un reto más para Juan Manuel Santos, desde este sábado, presidente de la República. Un fenómeno del que habla el experto suizo, Enzo Nussio, en entrevista con swissinfo.ch.
“En los primeros años de la guerrilla, sus elementos eran pocos y estaban convencidos de una causa. Hoy son ejércitos y funcionan como tales”, explica el especialista. Agrega que entre los primeros era mayor el elemento ideológico, mientras que en la actualidad hay una fuerte motivación económica.
Empero, el especialista previene contra cualquier tentación maniquea. “La decisión de una persona de participar en un grupo armado es una cosa bien compleja, creo que ni siquiera se entiende muy bien cómo funciona la cadena.”
Nacido hace 30 años en el cantón suizo de Graubünden, Enzo Nussio estudió Historia en las universidades de Roma y de Basilea. Interesado particularmente en el tema de los conflictos…
“¡Es fascinante! ¿Cómo puede una sociedad llegar a estar tan dividida, a usar la violencia para resolver sus problemas? ¡Para un suizo es difícil entender eso!”
… y en América Latina, eligió estudiar a fondo el caso de Colombia, único enfrentamiento armado que sobrevive al sur del Río Bravo.
Desmovilización y desencanto
Su investigación -para una tesis doctoral que defenderá el mes próximo en la Universidad de San Gall- concierne el proceso de reintegración a la vida civil de los antiguos miembros de las “Autodefensas Unidas de Colombia” (AUC); es decir, de los paramilitares que se desmovilizaron de manera colectiva entre el 2003 y el 2006 luego de una negociación de paz entre el Gobierno y ese grupo armado.
Entrevistado en Bogotá, el también catedrático de la Universidad Nacional de Colombia, comparte con swissinfo.ch sus experiencias y su visión de ese país andino que este sábado (07.08) estrena presidente: Juan Manuel Santos, ex ministro de Defensa, sucede en el cargo a su compañero de partido (de la U) Álvaro Uribe, con la promesa de mantener su ideario político. Dicho de otra forma: acabar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC).
Los severos golpes a la guerrilla -incluido el asalto en 2008 al campamento de las FARC en Ecuador, en el que perdió la vida el dirigente Raúl Reyes- incidieron en el 75% de la popularidad con la que Uribe abandona el Nariño y en el 69% de los sufragios con los que su delfín toma el relevo.
¿Las FARC han sido significativamente diezmadas?, inquirimos a nuestro interlocutor:
“Es difícil decir. Según cifras oficiales 20.000 guerrilleros se desmovilizaron entre 2002 y 2010; sin embargo, se había pensado que el total de guerrilleros en 2002 era de entre 10.000 y 15.000. ¿Cómo se pueden desmovilizar 20.000 de 15.000 guerrilleros? ¡Hay una fuerza de reproducción importante y eso no hay que olvidarlo!”
Apoyo de EE UU
Subraya, empero, que sobre todo merced al apoyo de Estados Unidos mediante el Plan Colombia (iniciativa masiva de ayuda militar bajo un acuerdo logrado con el presidente Andrés Pastrana), el Gobierno de Uribe logró reducir las actividades guerrilleras. Y ello, sin soslayar el creciente número de deserciones.
En el curso de sus investigaciones, Enzo Nussio ha entrevistado a un buen número de ex paramilitares, pero también de elementos de las FARC que abandonaron sus filas. Entre unos y otros, una diferencia sustancial: mientras los primeros dejaron las armas en cumplimiento de una orden (y son más susceptibles de reincidir) los segundos lo hicieron por decisión propia.
¿Desencanto en las filas de las FARC?
“Si hay que tomar en cuenta que 20.000 combatientes de las guerrillas dejaron las armas entre 2002 y 2010, se puede hablar de desencanto porque esas personas pasan por un momento muy difícil. Saben que si dejan las armas y sus compañeros los pillan en el momento de la deserción, están muertos”.
El politólogo subraya que sin embargo, es difícil determinar hasta qué punto las deserciones de los guerrilleros obedecen a una suerte de desilusión ideológica y hasta qué punto responden al interés que despiertan los incentivos del Gobierno.
Por orden o por convicción
En cuanto a los grupos paramilitares, con base en un acuerdo entre las AUC y el Gobierno de Uribe, 31 mil miembros de ese grupo dejaron las armas y forman parte de un programa de reintegración que les otorga beneficios de orden educativo, psicológico, social… Sin embargo, no todos siguen esa vía.
Enzo Nussio conoce casos de personas que volvieron a las armas porque fueron incapaces de reintegrase a la sociedad por diversas razones: sociales, económicas, inclusive familiares:
“Llegan a la casa y la mujer ya está con otro hombre. Llegan a una vida totalmente diferente a la que habían dejado. Entonces, para muchos es difícil ese proceso de reintegración y lo más fácil es regresar a las armas dentro de esas bandas emergentes que se conocen en Colombia o también en la delincuencia común simplemente, robando en la calle…”
Muchos de los desmovilizados que reinciden se unen a los grupos emergentes. Mientras la policía habla de 2.500 integrantes de tales organizaciones, otras fuentes los cifran en 10.000. Y ello, amén de otras estadísticas: del total de personas capturadas por la policía como miembros de esos grupos de delincuentes, sólo 15% serían ex miembros de las AUC.
En todo caso, y de acuerdo con el investigador, varios miles de personas habrían reincidido en actividades ilegales. “Pero es muy poco serio dar un estimativo concreto porque es muy difícil saber y no se tiene esa información exacta. Lo que es seguro, desde mi perspectiva, es que la mayoría no está reincidiendo”.
No obstante, y aunque la mayoría de los desmovilizados no reincida, hay otros que ingresan a la vía de la violencia, sea en las bandas armadas, en grupos paramilitares o en las filas de las FARC. En las zonas más pobres del país, en medios rurales, muchos jóvenes no tienen muchas opciones. Ahí, la de Juan X no es una historia aislada…
Marcela Águila Rubín, swissinfo.ch, de regreso de Colombia
Alvaro Uribe deja la presidencia este sábado 7 de agosto luego de pedir «perdón» a sus conciudadanos por los errores cometidos en sus ocho años de mandato (2002-2010) y de presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional contra el Gobierno venezolano del presidente Hugo Chávez «por apoyo a la guerrilla colombiana».
Mencionado él mismo como posible candidato a comparecer ante el organismo internacional por violaciones a los derechos humanos en su país bajo su gestión, Uribe sale del Nariño con una tan sorpresiva como polémica encomienda por parte del dirigente de la ONU, Ban Ki-Moon:
Uribe formará parte del comité internacional que investigará el ataque israelí contra una flotilla de ayuda a Gaza.
Fuente: Agencias
“Colombia, desde que existe, siempre ha tenido muchas guerras civiles”, introduce Enzo Nussio al resumir los diversos momentos de un conflicto que se antoja eterno:
El período de ‘La Violencia’ (1948 a 1958) entre conservadores y liberales. El acuerdo excluyente entre unos y otros que dio origen al nacimiento de los grupos armados guerrilleros en los años 60 y 70, cobijados por la revolución Cubana. “En esa época fue un conflicto totalmente político”.
La irrupción en forma masiva del narcotráfico en los años 70 – 80 que hizo del colombiano “un conflicto más violento” donde no era tan fácil distinguir “entre violencia criminal y violencia política”.
Y, desde los años 80, la entrada en escena de un nuevo protagonista, el paramilitarismo, que enfrentó a la izquierda.
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