Prudente satisfacción en el “protectorado” turco en Siria tras retiro de EEUU
Habitantes y combatientes de los grupos rebeldes pro-Ankara del norte de Siria expresan su satisfacción pero también su cautela ante la perspectiva de una retirada de los soldados estadounidenses, percibida como una oportunidad para que Turquía aumente su influencia a expensas de los kurdos.
Las fuerzas turcas y sus contrapartes sirias, grupos opuestos al régimen del presidente sirio Bashar al Asad, controlan una vasta área del noroeste de Siria que limita al norte con Turquía y al oeste con el río Éufrates.
A principios de este año, las fuerzas proturcas lograron apoderarse del área de Afrin (noroeste), desalojando a los kurdos de uno de los tres “cantones” de la región federal que se autoproclamaron en 2016, gracias al caos creado por la guerra en Siria.
Ahora, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenaza con una nueva ofensiva contra las fuerzas kurdas sirias apostadas al este del Éufrates, lo que permitiría a Ankara ampliar su zona de influencia en el noreste de Siria.
– “Positivo” –
Desde esta óptica, el retiro sorpresa de los soldados estadounidenses anunciado por el presidente Donald Trump “es positivo”, estima Mustafa Hamush, un habitante de la ciudad de Azaz, en el corazón del “protectorado” turco instaurado de facto en Siria.
“Cuando Estados Unidos se retire, el poder kurdo quedará automáticamente debilitado y Turquía y el Ejército libre (facciones de la oposición siria pro-Ankara) podrán ingresar en las regiones al este del Éufrates y controlarlas”, advirtió este joven diseñador de moda de 20 años.
Los soldados estadounidenses estacionados en Siria intervienen en apoyo a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una coalición dominada por los kurdos, que lucha desde hace años contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Pero esta presencia estadounidense también es percibida como algo que puede disuadir a los turcos, aliados de Washington en la OTAN, de realizar otras operaciones militares directas contra los kurdos sirios.
“La retirada de los estadounidenses jugará a nuestro favor porque queríamos llevar a cabo una operación contra los kurdos, pero no pudimos hacerlo debido a la presencia de las fuerzas estadounidenses”, confirmó Raad Najjar, un combatiente de Jabha Chamiya, una de las facciones rebeldes sirias pro-Ankara.
Su hermano de armas, Ibrahim Nehme, de 24 años, reafirma esa tesis: “Si Dios quiere, las facciones harán una guerra contra Manbij, Raqa y todas esas áreas” en el norte de Siria, actualmente bajo control kurdo.
– La sombra de Damasco –
“Si Turquía se apodera de estas regiones para reemplazar a las fuerzas estadounidenses (…), las áreas controladas por la oposición (siria) se harán más grandes”, dice Omar Kazila, un farmacéutico, de 20 años, en Azaz.
Las facciones rebeldes sirias, que en los últimos años han sufrido una serie de derrotas contra las fuerzas del régimen de Damasco y su aliado ruso, ahora controlan menos del 10% del territorio sirio.
En cambio los kurdos controlan alrededor del 30% de ellos.
Los residentes en el área temen, sin embargo, que el vacío dejado por los estadounidenses provoque más bien un retorno de las fuerzas del régimen de Bashar al Asad.
Frente a la retirada de sus apoyos estadounidenses, los kurdos podrían de hecho decidir acercarse al poder de Damasco para protegerse contra una eventual ofensiva turca e intentar así preservar una relativa autonomía.
Ahmad Faruh, un habitante de Azaz, teme también que la partida de los estadounidenses sea aprovechada por el grupo Estado Islámico (EI) para maniobrar un regreso a ese tablero de fuerzas que es Siria hoy por hoy.
Estados Unidos y la coalición internacional antiyihadista que lideran contribuyeron de manera crucial a las victorias contra el EI que hoy está acorralado en algunos bolsones del este del país.
“La retirada (estadounidense) y la ausencia de la aviación de la coalición podrían reforzar al EI e incitarlo a controlar nuevas regiones”, advierte este estudiante.
Estas aprehensiones son compartidas por algunos combatientes.
