Viktoriia y Polina en Berna, pero con el pensamiento en Ucrania
Viktoriia Bilychenko y su hija Polina están a salvo en Berna. Aprenden alemán, el idioma local, saben dónde comprar y qué autobús tomar para ir a la estación de trenes. Esta es su nueva vida. La otra es el contacto diario con su familia en la ciudad de Mykolaïv, en el sur de Ucrania. La preocupación y el miedo son omnipresentes..
Viktoriia está cocinando mientras hace una videollamada a su suegra. Cuando me ve, me agradece con lágrimas en los ojos que haya «adoptado» a su nuera y a su nieta. Se alegra de que ambas estén a salvo. La vida en Mykolayev es terrible, dice. Los ataques aéreos y los bombardeos son cada vez más frecuentes. A ella le gustaría irse, pero su marido no quiere.
Viktoriia también tiene contacto diariamente con Andrei, su marido. La vida no es fácil en este momento para este titiritero de profesión. Se queda en el piso del centro de la ciudad o en el sótano en caso de ataque aéreo. Como no hay agua corriente en Mykolayev desde hace semanas, tiene que ir en moto cada dos días hasta un camión cisterna para conseguirla, una empresa peligrosa.
Entre dos mundos
Una mañana, mientras un helicóptero sobrevuela ruidosamente Berna para retirar los árboles talados, Polina tiene miedo. Los recuerdos de la guerra, que para ella han llegado repentinamente a Berna, vuelven a inundar su memoria. No sé exactamente cómo se siente la chica. Sin duda, echa de menos a su padre, a sus abuelas, a sus amigos, a su habitación. Apenas podemos hablar, no podemos decir más que «buenos días», «buenas noches» y «¿has dormido bien?». Pero las cosas van a cambiar: Polina va ahora a la escuela y acaba de celebrar su 11º cumpleaños en Berna.
Viktoriia me cuenta de vez en cuando lo que ocurre en su país; ve los mensajes de vídeo del Presidente Zelensky y de Vitali Kim, el gobernador de la región de Mykolayev; habla de las pesadillas que la acosan y de cómo debió llorar al ver las terribles imágenes de Butcha. No hago demasiadas preguntas, si surge algo, escucho. Todo a su tiempo.
Por la noche, Viktoriia pasa mucho tiempo haciendo rompecabezas. Puede pasar horas de rodillas en el suelo clasificando y ensamblando las pequeñas piezas, concentrada y relajada; incluso se olvida de comer. Acaba de completar el rompecabezas de 1000 piezas «Diversión alpina» en tres tardes. Antes, terminó el de la Paloma de la Paz de Picasso.
Siempre me pregunto qué se siente al tener partes de tu país quemadas hasta los cimientos, tu ciudad natal bombardeada y millones de tus compatriotas desplazados.
Viktoriia y Polina no saben cuándo volverán a ver a sus seres queridos, cuándo terminará esta pesadilla. Ellos están ahora en Berna, a 2.500 km de su casa. Pero en realidad, les gustaría volver cuanto antes a su entorno habitual, a sus vidas que cambiaron drásticamente el 24 de febrero.
Nostalgia
Lo único que tengo que hacer ahora es ofrecerles un techo, ayudarles con los trámites, cocinar con ellas de vez en cuando y organizar alguna salida.
La visita de la Primera Banda Juvenil de Jazz de Ucrania al Festival de Jazz de Berna, a finales de abril, demostró lo doloroso y agobiante de la situación, la nostalgia que sienten. La banda comenzó con jazz clásico y bossa nova, y terminó con tres conocidas canciones ucranianas.
Uno de ellos se titulaba «майже весна» (Casi primavera), según explicó el presentador al público. «Afuera, está floreciendo, la primavera está llegando. En casa es la guerra, y en nuestros corazones es el invierno». La bajista se aferró a su instrumento con lágrimas en los ojos. Y no era la única.
>> Lea más sobre la llegada y las primeras semanas de Viktoriia y su hija Polina en Suiza:
Mostrar más
Viktoriia y Polina viven en mi casa
(Adaptación del alemán al español por Patricia Islas)
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.