Activistas prodemocracia en Tailandia fueron espiados con el programa Pegasus
Bangkok, 18 jul (EFE).- Decenas de activistas que reclaman reformas democráticas en Tailandia, incluida la de la monarquía, fueron espiados entre 2020 y 2021 con el programa Pegasus, según desvela un informe.
En la investigación independiente, publicada hoy por The citizen Lab (un laboratorio de la universidad canadiense de Toronto), en colaboración el grupo de abogados tailandés iLaw, la organización Digital Reach y Amnistía Internacional, se identificaron al menos 30 personas cuyos teléfonos móvil fueron infectados por el programa de espionaje entre octubre de 2020 y noviembre de 2021.
Entre ellas se encuentran, Arnon Nampa, Benja Apan y Panussaya Sithirawattanakul (conocida como Rung), tres de los líderes al frente de las protestas y sobre quienes penden varias acusaciones judiciales como el delito de lesa majestad, penado con hasta 15 años de prisión.
“Ahora podemos agregar oficialmente a Tailandia a la creciente lista de países donde las personas que piden cambios pacíficamente, expresan una opinión o discuten políticas gubernamentales pueden ser víctimas de una vigilancia invasiva”, señaló este lunes Etienne Maynier, experto en tecnología de Amnistía Internacional (AI).
Las primeras sospechas sobre el uso de programas de vigilancia surgieron en noviembre de 2021, cuando la compañía Apple envió a los teléfonos de los activistas notificaciones de aviso sobre el uso de programas espía en sus dispositivos.
“En lugar de escuchar y conversar con estos manifestantes, académicos y defensores de los derechos humanos, se ha utilizado la vigilancia intrusiva para hostigarlos, intimidarlos y atacarlos en un intento de quebrantar su espíritu y crear un efecto escalofriante en toda la sociedad”, denunció Maynier.
AI urge al gobierno tailandés a investigar “de manera independiente, rápida, exhaustiva y efectiva” el uso de Pegasus contra los activistas, la primera vez que se confirma en el país la utilización de este programa, remarca la oenegé.
“Vale la pena reseñar que es solo lo que se ha encontrado hasta ahora, y la escala de la vigilancia podría ser mayor (…) Estas revelaciones son un ejemplo de lo bajo que pueden caer las autoridades para controlar la disidencia pacífica”, sentencia el representante de AI.
La organización garante de los derechos humanos también pide que las autoridades tomen “las medidas necesarias para fomentar un entorno seguro para la participación cívica”, entre ellas modificar varias leyes, que han sido ampliamente utilizadas contra el movimiento reformista.
Las protestas prodemocráticas comenzaron en julio de 2020 lideradas por jóvenes universitarios y activistas que demandan una profunda reforma democrática de Tailandia, que alcanza hasta la intocable monarquía.
Entre las demandas destacan la dimisión del primer ministro, la redacción de una nueva Constitución -ya que la actual fue escrita por la extinta junta militar (2014-2019)- y el objetivo de reducir el poder de los militares y la influencia de la Casa Real.
La pandemia de la covid-19 y el acoso judicial de las autoridades contra los líderes han frenado el movimiento, que tras la reducción de restricciones por la crisis sanitaria ha comenzado a planear nuevas protestas. EFE
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