
Trump y Lula en la ONU: zarpazos, «química» y la promesa de una reunión

Se mostraron los dientes aunque se fueron con la promesa de una cita: en plena crisis entre Estados Unidos y Brasil, Donald Trump y Lula expusieron este martes sus divergencias en la ONU, pero se reunirán la semana próxima tras haber sentido una «excelente química», según el estadounidense.
El presidente brasileño abrió este martes la Asamblea General de las Naciones Unidas con un discurso contra la «injerencia en asuntos internos» de su país, en medio de tensiones diplomáticas con Washington por sus presiones a Brasil en favor del exmandatario Jair Bolsonaro, condenado por golpismo.
Sin nombrar a Estados Unidos ni a Trump, a quien otras veces ha llamado «emperador», el izquierdista Lula criticó a nostálgicos de «antiguas hegemonías» y denunció «medidas unilaterales y arbitrarias» contra las instituciones y la economía de Brasil.
Estados Unidos impuso en agosto aranceles punitivos a productos brasileños bajo el argumento de que existe una «caza de brujas» contra Bolsonaro, aliado de Trump y sentenciado este mes a 27 años de cárcel por intentar aferrarse al poder tras perder las elecciones en 2022.
La Casa Blanca sancionó a funcionarios brasileños y sus familias como represalia por el juicio al líder de extrema derecha.
Trump habló en Nueva York inmediatamente después que Lula. Golpeó de entrada y luego tendió una mano.
Dijo que Brasil enfrenta «importantes aranceles» por acudir a la «censura, represión, corrupción judicial y persecución a disidentes políticos en Estados Unidos».
Pero no mencionó a Bolsonaro ni su condena. En cambio, dedicó unas sorprendentes palabras a Lula, un hombre de su misma edad -79 años- que gobierna por tercera vez la primera economía sudamericana.
«Estaba entrando y el líder de Brasil estaba saliendo: lo vi, me vio y nos abrazamos», contó Trump sobre un encuentro de «unos 39 segundos» entre discurso y discurso, en el que percibió una «excelente química».
– «Le caí bien, me cayó bien» –
Cuando el líder republicano comenzó a hablar de Brasil, las cámaras enfocaron a Lula, al parecer sorprendido ante el aviso de sus asesores de que era momento de prestar atención.
Con una sonrisa, Trump se explayó sobre su par brasileño: «Pareció un hombre muy agradable. Le caí bien, él me cayó bien, y yo sólo hago negocios con personas que me caen bien».
Dijo que, en ese encuentro fugaz, el primero entre ambos líderes, estos acordaron reunirse la semana próxima, sin dar más detalles.
El canciller brasileño, Mauro Vieira, detalló más tarde a la CNN que la reunión tendrá que ser «por teléfono o videoconferencia» ya que Lula regresará el miércoles a Brasil y «tiene una agenda muy ocupada».
El presidente brasileño se había mostrado previamente dispuesto al diálogo. «Queremos negociar (…) y no hay nadie para conversar» al otro lado del teléfono, se quejó en agosto.
Además de aranceles de 50% a varios productos brasileños, Estados Unidos impuso sanciones consulares y financieras a funcionarios y a jueces de la corte suprema que condenaron a Bolsonaro.
En prisión domiciliaria preventiva desde agosto, el expresidente brasileño (2019-2022) espera que la corte resuelva eventuales recursos de su defensa para que la sentencia se haga efectiva.
Brasil celebrará comicios presidenciales el año próximo, en los que Lula probablemente aspirará a un cuarto mandato.
Con Bolsonaro inhabilitado para elecciones, la derecha aún no definió candidato.
El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente e imputado el lunes por alentar las presiones de Washington sobre la justicia brasileña, dijo este martes en X que, «lejos de causar espanto», el gesto de Trump a Lula en la ONU «reafirma una vez más su genialidad como negociador».
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