
Una unidad militar insurrecta de Madagascar dice haber tomado el control del Ejército
Antananarivo, 12 oct (EFE).- Una unidad militar insurrecta de Madagascar aseguró este domingo haber tomado el control de las Fuerzas Armadas del país, después de que la Presidencia malgache denunciara un intento de golpe de Estado y de que grupos de soldados se unieran este sábado a miles de manifestantes antigubernamentales que protestan desde hace más de dos semanas en el país.
«A partir de ahora, todas las órdenes del Ejército malgache, ya sean terrestres, aéreas o militares, emanarán del cuartel general del CAPSAT (Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra)», anunciaron soldados de este contingente de élite en un vídeo difundido este domingo.
El CAPSAT, que controla la logística del Ejército y tiene su sede en Soanierana, a las afueras de la capital, Antananarivo, hizo este anuncio después de hacer un llamamiento este sábado a los militares a «desobedecer» cualquier orden de disparar contra la población.
Los militares de esta base ya participaron en 2009 en un golpe de Estado que derrocó al entonces presidente, Marc Ravalomanana, y permitió llegar por primera vez al poder al actual presidente malgache, Andry Rajoelina.
Los soldados del CAPSAT hicieron este anuncio después de que la Presidencia de Madagascar denunciara este domingo un intento de golpe de Estado, al afirmar en un comunicado que «se ha iniciado sobre el territorio nacional un intento ilegal y por la fuerza de tomar el poder, contrario a la Constitución y a los principios democráticos».
Se desconoce en qué situación se encuentra Rajoelina, aunque la Presidencia rechazó la pasada noche la difusión de «información falsa en las redes sociales» y desmintió que el jefe de Estado, que cuenta con nacionalidad francesa y malgache, hubiera abandonado el país.
Miles de personas salieron el sábado a las calles de Antananarivo en una nueva jornada de protestas a la que se sumaron soldados que, montados en tanques, acompañaron a los manifestantes y los arengaron, mientras ellos les daban las gracias.
Estas escenas se produjeron horas después de que militares del CAPSAT se solidarizaran con las movilizaciones que no cesan desde el pasado 25 de septiembre, pese a la fuerte represión de las fuerzas de seguridad.
El nuevo primer ministro, general de división Ruphin Fortunat Zafisambo, nombrado la pasada semana tras la disolución del Gobierno por parte de Rajoelina, se dirigió a los soldados el sábado en una intervención en directo a través de Facebook y les pidió «sabiduría».
«Todos nosotros, ya seamos militares, policías o gendarmes, procedemos del pueblo, por lo que debemos escuchar su voz y sus quejas. Sin embargo, es nuestro deber protegerlo y garantizar el mantenimiento del orden», afirmó.
El pasado 29 de septiembre, la ONU cifró en al menos 22 los muertos y en un centenar los heridos, mientras fuentes del Hospital Joseph Ravoahangy Andrianavalona, el mayor de país, confirmaron a EFE este sábado que recibieron 26 heridos durante la jornada.
Asimismo, familiares y el Ejército confirmaron, respectivamente, la muerte por disparos de un manifestante y un militar.
EFE vio esos cuerpos, pero no pudo confirmar médicamente su estado.
Aunque inicialmente surgieron para protestar contra los constantes cortes de agua y electricidad, las movilizaciones, impulsadas por jóvenes de la generación Z, se han tornado antigubernamentales y exigen ahora la dimisión de Rajoelina, cuya propuesta de diálogo nacional fue rechazada por los organizadores.
Inspiradas en movilizaciones juveniles recientes en países como Kenia y Nepal, estas protestas son las peores que vive la isla del océano Índico en años y el mayor desafío que afronta el jefe de Estado desde su reelección en 2023. EFE
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