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Interminable velada de armas en Valencia

David y Goliat: el enorme Alinghi junto a un pequeño barco teledirigido en el puerto de Valencia. Keystone

Poco viento el lunes en la primera regata de la Copa América en Valencia. Demasiado aire el miércoles para poder realizar la salida.

El viernes Alinghi y Oracle se deberían enfrentar. Aunque la meteorología prevista es desapacible. ¿Aplazamiento hasta después de las Olimpiadas?

“Somos suizos de Málaga. Nos gustaría mucho ver como Alinghi bate a los americanos”. Llegados con su banderín con la cruz blanca, una pareja de la Suiza de expresión alemana forma parte del grupo del centenar de aficionados que agitan banderas suizas y los típicos cencerros de vaca junto a la base de Alinghi. El sol brilla en Valencia. Todo indica que la regata podrá finalmente llevarse a cabo.

Las palmeras ven cómo sus hojas se mueven demasiado. Amarrado en el muelle, el monstruo marino con su mástil de 66 metros de altura, rematado con una bandera suiza, no parecer estar preparado para zarpar. Gente a bordo, las velas ausentes, Ernesto Bertarelli bebe un café en el interior de su base, una muy mala señal.

Cuando quedan dos horas largas para llegar a la línea de salida en Valencia, se presiente que va a ser una nueva jornada ‘sin’ enfrentamiento: “Con olas de 2 metres sobre el mar, el jurado de la carrera aplaza la salida hasta el viernes”, explica un portavoz de Alinghi.

Ala gigante

¿Demasiado viento o no el suficiente? ¿A qué velocidad exacta debe soplar para que los más prestigiosos veleros jamás antes construidos se atrevan a enfrentarse a los elementos? Eolo les jugó una mala pasada a los millonarios Bertarelli y Ellisson. Nadie tiene ganas de romper su barco antes de entablar seriamente la batalla naval.

Para entretener a los periodistas, patrocinadores e invitados, un barco lleva a todo el mundo a ver el Oracle, el competidor americano amarrado en el otro extremo del puerto. Es imponente con su vela en forma de ala de avión -más grande que la que un Airbus A-380 y con un peso de 3.500 kg-, aunque es incapaz de maniobrar en el canal, condenado a quedarse en la entrada frente a los barcos de contenedores que entran y salen del puerto mercante.

Y como su ‘vela-ala’ no puede ser arriada, los miembros del equipo permanecen a bordo las 24 horas del día para orientar al trimarán hacia la dirección del viento: “Una buena tormenta y Alinghi gana por incomparecencia del rival, incluso sin necesidad de izar las velas”, ironiza un espectador. Pero no es posible acercarse tanto como se quiera al barco americano. Subido a una moto acuática, un guardia civil español vigila a los barcos que se acercan demasiado al multicasco.

¿Desinterés en España?

Más allá de las banderas suizas que ondean al viento (al menos), el evento pasa bastante desapercibo en esta ciudad de 800.000 habitantes. Claramente, esta batalla naval entre dos Leviatán apasiona poco a la población.

El telediario sólo habla de ellos al final de la emisión y los medios locales tienen otros temas que tratar: el paro que afecta a un español de cada cinco, la crisis inmobiliaria ,y después los caprichos de los dos millonarios.

“Contrariamente a la prueba de 2007 disputada en Valencia durante varios meses con 12 barcos implicados, el duelo entre Alinghi y Oracle está lejos de reunir a tanta gente”, explica Gilles Dind, de la oficina de Suiza Turismo en Barcelona. “Por esta razón no hemos pensado en montar una operación como la de 2007 con raclettes, un restaurante suizo y conciertos clásicos en colaboración con Presencia Suiza”.

A la hora de la rueda de prensa improvisada en los muelles, al final de la tarde, el ‘skipper’ francés, Loïck Peyron, comparece ante un patio de butacas casi exclusivo de periodistas suizos: “Con las regatas de veleros con sus reglas nada fáciles, no es una sorpresa que haya que esperar un poco”.

Como Ernesto Bertarelli, Loïck Peyron, no ocultó nunca su preferencia por Ras al Jaima, el emirato árabe donde las condiciones meteorológicas hubieran sido perfectas en esta estación del año. Todo estaba ya casi planificado en la base suiza cuando los americanos dijeron que no: demasiado cerca de aguas iraníes.

Una situación cómica si se piensa que la competición se hubiera celebrado a un centenar de millas náuticas de las aguas de Irán, allí donde los convoyes petroleros surcan sin problemas el estrecho de Ormuz: “Un Fórmula 1 no está hecho para competir en el París-Dakar y a la inversa”, estima el navegante bretón. “Es como cuando llueve en Wimbledon, se espera que pase para continuar el partido. En invierno en el Mediterráneo, difícilmente se dan las condiciones ideales. Saber esperar es parte del juego”.

Respecto a los patrocinadores, la velada de armas es un problema menor: “Cuanto más dure la carrera, más valor para nosotros. Si el duelo hubiera terminado en 48 horas tras dos victorias consecutivas, eso no hubiera sido muy bueno”, comenta Guillaume Deglise, director para Suiza del fabricante de champán Laurent-Perrier. Con cada victoria del barco suizo se pueden llegar a descorchar hasta 300 botellas de esta bebida.

El viernes se intentará competir con una segunda manga planeada para el domingo, un día de gran afluencia en el puerto de Valencia. Si Eolo lo permite.

Olivier Grivat, Valencia, swissinfo.ch
(Adaptación: Iván Turmo)

Murray Jones, el estratega del equipo suizo, declaró, ante la posibilidad de haber alcanzado olas de 1,8 metros: “Pienso que han tomado la decisión adecuada en no enviarnos ahí afuera”.

Temperatura. La primera manga se aplaza hasta el viernes, si las condiciones lo permiten. Aunque los especialistas prevén una caída de las temperaturas que podrían llegar a los cero grados.

Competencia mediática. Valencia es sin embargo un buen lugar para los veleros con una brisa marina garantizada durante casi todo el año. El problema es que las Olimpiadas comienzan este fin de semana y que todas las televisiones se volcarán en los esquiadores y patinadores.

“Está bien hacer dos bonitos barcos, aunque para navegar en una piscina con 8 nudos como máximo y sin olas”

En las páginas web de medios suizos hay numerosos comentarios irónicos. En la imagen del caricaturista Raymond Burki que publicó el diario ‘24 Heures’ dos jueces americanos usan fuelles para hacer avanzar a los dos barcos.

“Y decir que algunos han pedido vacaciones para ir a ver las regatas”. “Muy fuerte que los barcos de 150 millones que no pueden navegar cuando hay poco viento”, dicen los internautas en la web de ‘Le Matin’.

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