¿Qué va a suceder con los mastines en los Alpes suizos?
A los habitantes de las montañas de los alrededores del paso de San Gotardo les preocupa que sus perros guardianes además de asustar a los lobos y los osos, también asusten a las personas que les visitan en verano. Por eso han recogido firmas para intentar prohibir estos mastines. Un asunto que ha desencadenado un conflicto complejo entre si la tradición y el turismo son compatibles.
Puntos blancos y negros se esparcen sobre el prado, mientras entremedio se intuye una ruta de senderismo que se abre camino hacia el UnteralptalEnlace externo, cerca de la localidad de Andermatt.
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Estamos en el cantón de Uri, en el lado norte del paso de San Gotardo, una región a la que se le ha prestado mucha atención desde que el inversor egipcio Samih Sawiris emprendiera un proyecto de gran envergadura para transformar la aldea de montaña en un destino turístico.
Uno de los puntos (mayor que el resto y que destaca más) se separa de repente de la manada y corre hacia nosotras ladrando enérgicamente y de manera inesperada. Está claro que no es una oveja. Es un perro guardián en tarea de defensaEnlace externo.
Este perro guardián, blanco como la nieve y de raza Pastor de MaremmaEnlace externo (Maremmano-Abrucense), ha crecido entre ovejas como el resto de sus “colegas del escuadrón de protección”. De hecho, este tipo de perros constituye un elemento más dentro del rebaño, hasta el punto de que ellos mismos creen que son ovejas. Eso sí, muerden algo más y tienen un aullido más fuerte. Su trabajo consiste en ahuyentar cualquier peligro que pueda surgir. Lobos, osos y linces sobre todo. Y alguna vez dos simples mujeres de excursión. Igual que hace un año nos ocurrió a mi amiga y a mí.
Cuando el perro corre hacia nosotras ladrando y moviendo su cola de manera impaciente nos mantenemos lo más tranquilas posible. Tratamos de calmar a la bestia blanca peluda hablando suavemente, tal y como aconseja el panel de información al inicio de la marcha. Pero la bestia sigue pegada a nuestros talones, ladrando a pleno pulmón. Nuestros corazones se aceleran con angustia a pesar de que sabemos que lo más probable es que no nos haga daño –simplemente está haciendo su trabajo–.
Todo el mundo quiere un pedazo de las montañas
Los Alpes suizos se han llenado de gente. Las estaciones de montaña, para atraer a los turistas, han propuesto ofertas cada vez más atractivas. Y es que los hoteles y las compañías de teleféricos también tienen que ganarse la vida en los meses de verano. Los animales pacen entre pastos en descenso y rutas de senderismo, cuerdas de escalada, vías ferratas y toboganes de verano. Y a menudo están protegidos por esos perros pastor blancos entrenados para defenderlos de los intrusos.
El lobo, el oso y el lince son especies protegidas apoyadas por organizaciones de defensa de los derechos de los animales, y en Suiza están a punto de recuperar su territorio en las montañas. Algunos de estos depredadores se alimentan de estas manadas desprotegidas de animales.
Sin embargo, en un esfuerzo por prohibir estos vigilantes y efectivos perros guardianes 150 personas de la localidad se han unido; y esta pasada primavera han firmado la petición denominada “GI [grupo de interés] Sin perros guardianes”. El presidente de dicho grupo, Columban Russi, explicó en una entrevista con el periódico de Zúrich ‘Tages-Anzeiger’ que la región ha invertido mucho dinero en el turismo estival, y que los perros guardianes siguen asustando a los turistas. Por este motivo, dicho grupo pide que se prohíban por completo estos animales. Ha habido varios incidentes, e incluso han mordido a algunos turistas, señaló.
A partir de estas declaraciones, Russi ha dejado de hablar con los medios. Dijo que la denuncia era totalmente sesgada y se centraba demasiado en el dueño de las ovejas y los perros, Ernst VogelEnlace externo, considerado como el instigador de este revuelo.
“La pérdida, solo cuestión de tiempo”
A diferencia de hace un año, esta vez, cuando camino hacia el rebaño de Ernst Vogel no hay perros ladrando. El único sonido que oigo es el balido de las ovejas. Aquí, en el Unteralp, pastan alrededor de 1 100 animales, ahora cercados. El pastor de Lucerna y su equipo se afanan cortando garras, desparasitando animales y marcando con pintura roja los lomos de las ovejas.
“Es un pasto muy bueno”, indica Vogel. Los animales han engordado rápidamente pastando en la frondosa pradera. Y esta es la razón por la que Vogel ha aceptado la medida impuesta por la autoridad local, la Korporation UrserenEnlace externo, por la cual durante el verano los perros están prohibidos. Vogel también destaca que el centro nacional de extensión agrícola (Agridea)Enlace externo registró un solo caso en el que estuvo involucrado uno de sus dos perros. Y solo fue un pequeño mordisco.
La corporación local, junto con el grupo de interés, decidirá a comienzos de 2019 si quiere convertir la petición en iniciativa. De esta manera, podrían planificar un referéndum para prohibir los perros pastores en el Unteralptal. Este sería el primer referéndum sobre la prohibición de perros guardianes en un pastizal. ¿Un redil a prueba de lobos?
Vogel se apoya sobre la valla (poco sólida) que debería proteger a sus animales y se coloca las gafas de sol sobre su cabeza. “Estamos reunidos entre dos manadas de lobos, una en los Grisones, la otra en el Valais”, dice. “Todavía no he perdido ninguna oveja, pero que maten a la primera es solo cuestión de tiempo”. Hace muy poco, un lobo ha sido visto en la zona.
Según el pastor, prácticamente no existen alternativas a tener perros guardianes. “Teóricamente, podría construirse un corral a prueba de lobos”, explica.
Sin embargo, en las laderas empinadas esto sería difícil. La valla de protección necesaria para un redil de este tipo consiste en tres elementos diferentes: una valla, tiras anchas de plástico de colores colgantes que se baten con el viento y una doble valla eléctrica. Y como las ovejas por sistema pastan en el área cercada, todos los días tendrían que mover el corral. Lo cual conllevaría unas cinco horas de trabajo diario.
“Tendría que contratar para esto a otro pastor”, cuenta Vogel.
WWF se une a la lucha
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) también se ha unido a estos esfuerzos para evitar que la protección de los rebaños sea víctima de tensiones relacionadas con el turismo y la economía alpina. La organización, que trabaja por la conservación de la vida silvestre y las especies en peligro de extinción, lleva años luchando en Suiza por el reasentamiento del lobo, el lince y el osoEnlace externo.
Según su portavoz Christoph Rytz, la sección de WWF de Uri ha solicitado por escrito al cantón y a la corporación que encuentren soluciones viables con el apoyo de expertos del gobierno. “Las buenas soluciones requieren voluntad política, determinación y tiempo”, dice Rytz.
Nadie en la comunidad local de Andermatt está de momento dispuesto a comentar esta cuestión relativa a los perros guardianes. La presidenta de la comuna, Yvonne Baumann, respondió a nuestra solicitud a través del correo electrónico. “Hemos tratado este asunto en profundidad y hemos decidido que la comunidad no hará comentarios hasta nuevo aviso”, indicó.
Compatibilidad entre turismo y tradición
¿Cómo pueden compaginarse la tradición y el turismo? “Creo que la economía alpina y el turismo deben ser compatibles”, indica el director de turismo de Andermatt, Flurin Riedi, que no sabe si la respuesta correcta es prohibirlos o no. “En mi opinión, es importante que los excursionistas y otros turistas, que actúan y se comportan en consecuencia, puedan caminar con seguridad por los senderos”, añade.
Puede ser que en el camino hacia un entendimiento mutuo y una coexistencia fluida en las montañas suizas entre ciclistas, excursionistas, agricultores y otros habitantes alpinos se apliquen los mismos consejos que cuando te encuentras con los enormes perros guardianes blancos de temperamento fuerte: intente mantenerse tranquilo, calmado y sosegado.
Traducción del inglés: Lupe Calvo
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