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“Es un compromiso aceptable”

Para Walter Kälin, el nuevo Consejo de Derechos Humanos representa un avance. Keystone

El suizo Walter Kälin, autor del proyecto del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, habla a swissinfo sobre su 'bebé'.

La creación del Consejo fue aprobada este miércoles por la Asamblea General de la ONU, pese a la oposición estadounidense. Reemplaza a la desacreditada Comisión de los Derechos Humanos.

Reconocido experto en materia de derecho humanitario e internacional, Walter Kälin, admite que el proyecto del nuevo Consejo de Derechos Humanos, tal como fue aprobado por la Asamblea, no es exactamente lo que esperaba.

Empero, para el profesor Kälin, “se trata de un compromiso aceptable” y, el miércoles por la noche, en Nueva York, se dio un paso en la buena dirección.

En efecto, este nuevo Consejo debe reemplazar a la actual Comisión de Derechos Humanos, muy criticada y que, a lo largo de los años, ha perdido buena parte de su credibilidad.

Con frecuencia, la Comisión -que se reunía una vez por año, durante seis semanas en Ginebra- permitía que Estados que escarnecían masivamente los derechos humanos, escaparan a las sanciones.

En su documento del 2004 intitulado ‘Hacia un Consejo de Derechos Humanos: opciones y perspectivas’, Walter Kälin proponía tres modelos de Consejo. A saber, uno pequeño (de 25 miembros), une medio (de 50 a 60 miembros) y uno grande (universal).

Entre los elementos clave de su proyecto figuraba la idea de hacer de ese Consejo uno de los principales órganos de la ONU y de hacerlo más incisivo para enfrentarse a los Estados que violen los derechos humanos.

Por otra parte, ese proyecto sugería que el Consejo de Derechos Humanos se reuniera dos a tres veces por año, con la posibilidad de convocar a sesiones de urgencia.

swissinfo: ¿Está usted satisfecho con el resultado final o su bebé se transformó en un monstruo?

Walter Kälin: No es exactamente lo que habría querido. Empero, si lo consideramos de una manera realista, es más bien un buen proyecto. Además, no creo que hubiéramos logrado una mejor solución si nuestras discusiones se hubieran prolongado.

Pienso que, por el contrario, el proyecto se habrá debilitado, diluido. Al final no habría habido mucho progreso y, por ende, tampoco una reforma real.

swissinfo: Al principio, estimaba que había una clara necesidad de hacer un Consejo más “incisivo”. ¿Qué tenía en mente?

W:K.: Que fuera capaz de reaccionar rápidamente a los nuevos casos de violaciones groseras y sistemáticas de los derechos humanos. Yo sentía que era necesario crear un organismo permanente que se reuniera durante todo el año y no de manera temporal.

Pensaba que tendríamos necesidad de un organismo que tuviera más autoridad y que fuera menos selectivo porque, hasta ahora, algunos países han escapado a las investigaciones y hasta a las simples críticas por razones puramente políticas, aun cuando han tenido verdaderos problemas en materia de derechos humanos.

Uno de los puntos fuertes del proyecto es que habrá un examen regular de la situación de cada país. Eso nos permitirá realmente identificar los problemas existentes.

swissinfo: El Consejo que fue aceptado finalmente se acerca a su modelo de talla media. En su proyecto, usted estimaba que una solución semejante comportaba el peligro de un “enfoque muy politizado de los derechos humanos”.

W.K.: El objetivo era encontrar un sano equilibrio entre la técnica, la legitimidad, la eficacia y la representatividad.

Ello le conduce inevitablemente a la elección de un modelo que se encuentra en alguna parte a medio camino entre un consejo de cortas dimensiones y uno de una talla muy grande.

En ese entonces yo no indiqué ninguna preferencia, porque mi objetivo era el de promover el debate y no el de proponer un modelo. Pero, por mi parte, yo ya sabía que probablemente habría optado por un consejo de talla media.

swissinfo: Estados Unidos habría privilegiado un consejo más pequeño, de unos 30 países. ¿Qué argumenta?

W.K.: Vivimos en un mundo en el que existen tensiones entre ciertos Estados y entre ciertas regiones. Pienso que con un consejo pequeño habríamos llegado a una mayor politización, y más particularmente en el momento de la elección de los miembros del consejo.

swissinfo, Adam Beaumont, Ginebra
(Traducción, Marcela Águila Rubín)

Walter Kälin es un reconocido experto en derecho humanitario y derecho internacional.

Catedrático en Derecho Público Constitucional e Internacional en la Universidad de Berna, preparó el estudio sobre la reforma de la Comisión de Derechos Humanos, que dio lugar al proyecto del Consejo de Derechos Humanos.

En 1991-1992, Walter Kälin fue el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en el Kuwait ocupado por Irak.

Desde el 2003, es miembro del Comité de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

En 2004 fue designado representante del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para los derechos humanos de las personas desplazadas.

Las negociaciones en torno al nuevo Consejo de Derechos Humanos se prolongaron por varios meses. El principal obstáculo fue la manera de designar a sus miembros.

La actual Comisión de Derechos Humanos (53 miembros) será reemplazada por un Consejo de 47 miembros elegidos mediante mayoría absoluta por los 191 miembros de la Asamblea General de la ONU.

Para Walter Kälin resulta significativo que Amnistía Internacional y ‘Human Rigths Watch’ hayan apoyado el cambio, sobre todo porque esas organizaciones habían sido muy críticas de la actual Comisión de Derechos Humanos.

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