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“Un Mundial diferente de todos los precedentes”

El embajador George H. Johannes quisiera que Sudáfrica y Suiza jueguen la final. swissinfo.ch

Avanza la cuenta atrás para el Mundial de Fútbol en Sudáfrica. El embajador de Sudáfrica en Berna, George H. Johannes, destaca el significado político y económico que tiene este acontecimiento para el país y que va más allá de lo futbolístico. Y el deseo del diplomático es que Sudáfrica y Suiza disputen la final… Entrevista.

El Mundial de Fútbol en Sudáfrica comienza el 11 de junio y se prolongará hasta el 11 de julio, fecha en que conoceremos al nuevo campeón mundial. Suiza jugará su primer partido el 16 de junio frente a España.

swissinfo.ch: Sudáfrica ha prometido “el mejor mundial de fútbol”, pero la venta de entradas no marcha como se esperaba, al menos en el extranjero. ¿Podría ser un fracaso?

George H. Johannes: No prometemos “el mejor Mundial de Fútbol”, sino “el Mundial de Fútbol más especial”. Reinará un ambiente sudafricano, en un entorno particular por la singularidad de nuestro paisaje. Será un Mundial distinto a todos los precedentes.

En cuanto a la venta de entradas: ya ha superado el medio millón de entradas vendidas en el extranjero. El problema en Sudáfrica es que la pobreza no permite a todos tener una tarjeta de crédito. Pero la gente ahorra dinero para comprar sus entradas al contado. La FIFA se ha adaptado a esa situación. Por lo tanto, se puede adquirir entradas sin tarjeta de crédito y habrá demanda de ellas.

swissinfo.ch: La construcción o la renovación de diez estadios, así como los grandes proyectos de infraestructura (carreteras, aeropuertos, tramos férreos) suman miles de millones de francos. ¿Puede permitirse Sudáfrica este gasto?

G.H.J.: El dinero proviene de las arcas del Estado y no tuvimos que contraer créditos bancarios. O sea que hemos construido los estadios y los proyectos de infraestructura con recursos propios.

Algunos estadios fueron financiados por el sector privado: constructoras alemanas y con ayuda de técnicos y arquitectos suizos.

swissinfo.ch: ¿Qué espera Sudáfrica del Mundial en los ámbitos económico y político?

G.H.J.: En lo político es importante que todo el continente africano participe en el proceso del Mundial. Si miramos los grandes clubes en Europa constataremos que en casi todas partes juegan futbolistas africanos que contribuyen al éxito de los equipos europeos a costa de África. Ese es un problema político porque muchos jugadores con talento dejan África por Europa, donde hay recursos financieros disponibles.

Con la organización del Mundial hemos reunido a toda África. El “pesimismo político de África” pasa a un segundo plano y por primera vez la gente ve África desde otra perspectiva. No es una África dependiente en la que las personas suplican ayuda, se mueren de hambre. Quienes acudan al Mundial en Sudáfrica verán a una de las naciones más poderosas y estables del continente africano, a un gigante económico.

Hasta antes de las primeras elecciones democráticas de 1994, la gente temía que tras el fin de del régimen del apartheid se dividiera el país, cosa que no ocurrió.

Desde el punto de vista económico, Sudáfrica está más adelantada que otros países del continente. Las inversiones en los sectores de la educación, salud e infraestructura son enormes y comulgan con los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas. Hay nuevos puestos de trabajo, antes y durante el Mundial. El turismo recibirá un impulso, porque quienes visiten Sudáfrica por primera vez volverán.

swissinfo.ch: ¿Se consolidarán los puestos de trabajo creados antes y durante el Mundial?

G.H.J.: Todos sabemos que la economía sudafricana está en una fase de transición. Es una economía que se ha fijado metas importantes: empleo pleno y superar la pobreza y los otros problemas sociales heredados del sistema de segregación racial.

Los estadios serán mantenidos y gestionados después del Mundial; hay que conservar la infraestructura y consolidar los puestos de trabajo creados para este evento.

La nueva infraestructura hará crecer la economía y, por ende, se generarán nuevos puestos de trabajo.

swissinfo.ch: ¿Qué pasará después del Mundial con los diez estadios? ¿No son demasiado grandes?

G.H.J.: Seguiremos llenando los estadios después del Mundial. Sudáfrica es una nación que siente entusiasmo por el deporte: jugamos rugby, cricket, fútbol. Y después del Mundial seguiremos teniendo grandes citas deportivas, entre ellas la Copa Africana de Naciones o los Mundiales de Rugby y Cricket.

Además, los estadios del Mundial fueron concebidos para reducirlos de tal manera que puedan ser usados por los grupos demográficos locales, asociaciones, escuelas. Muchos clubes de fútbol jugarán allí. Algunos de los estadios pertenecen a las asociaciones de rugby.

Como ve, no hemos construido “elefantes blancos” que se van a quedar vacíos y a convertir en ruinas.

swissinfo.ch: Con respecto a la delincuencia: ¿Cree que puede ser un motivo para que la gente no viaje a Sudáfrica?

G.H.J.: A menudo suelo preguntarme: ¿Por qué vendrán a Sudáfrica 11 millones de turistas si es un país tan peligroso? ¿Por qué soportan 11 horas de vuelo sobre 53 países africanos y aterrizan en el país situado en la parte más meridional del continente para, según se supone, ser víctimas de robos o incluso asesinatos?

Tengo amigos en Ginebra que han sido asaltados y robados en pleno centro de la ciudad. Pero de ninguna manera puedo decir que en Suiza reine la delincuencia.

Por supuesto que a los turistas en Sudáfrica les recomendamos no visitar ciertos lugares. Tal como yo no iría a determinados barrios en Londres o en Nueva York.

La delincuencia es también una herencia del sistema del apartheid: pobreza en la mayoría de la población negra y riqueza en la minoritaria población blanca. La violencia y la criminalidad ocurren sobre todo en las capas sociales más pobres.

Para el Mundial hemos reforzado el dispositivo de seguridad con más de 40.000 policías. Hemos recurrido a Interpol para impedir que vengan los ‘hooligans’ del extranjero. En Sudáfrica no tenemos vándalos; ésa es una especie que ha crecido en Europa.

swissinfo.ch: Sudáfrica fue hace algunos años campeón africano. Luego hubo quietud en la selección nacional. ¿Qué posibilidades tiene en el Mundial como país anfitrión?

G.H.J.: Nuestro servicio de inteligencia cree que Sudáfrica llega a la final y la juega contra Suiza… (risa). Bueno, en Sudáfrica había entonces un ambiente entusiasta y logramos ser campeones mundiales de rugby. La separación racial regía incluso en el deporte durante el apartheid: fútbol para los negros; rugby y cricket para los blancos.

Muchos futbolistas sudafricanos juegan en el extranjero, sobre todo en Europa. Es difícil contar con ellos para los partidos de la selección nacional.

Por eso tuvimos que recurrir a futbolistas que están en clubes sudafricanos. Pero éstos no tienen la misma experiencia que los jugadores en el extranjero. Aún así, veo con optimismo este Mundial. El equipo nacional jugará mejor de lo que muchos esperan.

swissinfo.ch: ¿Su favorito?

G.H.J.: Son dos equipos: Brasil y España (primer rival del grupo de Suiza).

swissinfo.ch: ¿Qué opinión tiene usted del equipo suizo?

He presenciado algunos partidos de la selección de Suiza. Al igual que Sudáfrica, Suiza es un país pequeño futbolísticamente hablando. Ambos participaremos en el Mundial, mientras que otras naciones más importantes en materia futbolística estarán ausentes.

Apreciamos a los marginados. Deseo mucha suerte a Suiza. Y si en la final juega contra Sudáfrica, tanto mejor…

swissinfo.ch: Desde hace un año usted es embajador en Suiza. ¿Qué le parece nuestro país, qué le gusta más?

G.H.J.: (Risa) Me gusta sobre todo el chocolate suizo. Luego, el paisaje. He estado en el Tesino, Lucerna, en las montañas: fantástico.

En otros países nunca vi realidades como las impresas en una tarjeta postal. En las postales del invierno en Suiza se ve nieve y hielo. Tal como son en la realidad.

Jean-Michel Berthoud, swissinfo.ch
(Traducción: Juan Espinoza)

Grupo A: SUDÁFRICA, México, Uruguay,, Francia

Grupo B: Argentina, Nigeria, Corea del Sur, Grecia

Grupo C: Inglaterra, EEUU, Argelia, Eslovenia

Grupo D: Alemania, Australia, Serbia, Ghana

Grupo E: Holanda, Dinamarca, Japón, Camerún

Grupo F: Italia, Paraguay, Nueva Zelanda, Eslovaquia

Grupo G: Brasil, Corea del Norte, Costa de Marfil, Portugal

Grupo H: España, SUIZA, Honduras, Chile

16.06. Durban: España-Suiza

21.06. Nelson Mandela Bay/Port Elizabeth: Chile-Suiza

25.06. Mangaung/Bloemfontein: Suiza-Honduras


Grupo A – Sudáfrica:

11.06. Johannesburgo: Sudáfrica-México

16.06. Tshwane/Pretoria: Sudáfrica-Uruguay

22.06. Mangaung/Bloemfontein: Francia-Sudáfrica

Tras la imposición legal de la separación de razas, en 1950, las empresas suizas Ciba (hoy Novartis), Roche, BBC (hoy ABB) y UBS abren sus filiales en el Cabo.

En 1956 es fundada en Zúrich la Sociedad Suiza-Sudáfrica que actuaría como cámara de comercio.

En 1960, la policía mata a 69 manifestantes negros en Sharpeville.

Tras una huelga general en 1960 se prohíbe el movimiento independentista Congreso Nacional Africano (ANC en su sigla inglesa).

En 1963, Naciones Unidas prohíbe la exportación de armas a Sudáfrica. Suiza elude esa disposición.

En 1964 son condenados a cadena perpetua el líder, Nelson Mandela, y otros activistas del ANC.

Los bancos suizos crean en 1968 un pool (fondo común) para comprar oro sudafricano.

Hasta finales de los años 80, los bancos suizos adquieren oro sudafricano por un monto de al menos 300.000 millones de francos.

El Gobierno helvético decide en 1974 bajar a 250 millones de francos las inversiones anuales en Sudáfrica (300 millones desde 1980). Con regularidad se pasa por alto ese tope.

En 1976 unas 600 personas mueren en todo el país tras la rebelión de Soweto.
Suiza apoya en 1986 a las ONG sudafricanas empeñadas en poner fin al apartheid y promover la democracia.

En 1990 Pretoria suspende la proscripción del ANC.

El 11 de febrero sale en libertad Nelson Mandela. El 8 de junio se entrevista con el entonces ministro suizo de Exteriores, René Felber, durante una visita a Suiza.

En abril de 1994, el ANC gana con abrumadora mayoría las primeras elecciones democráticas en Sudáfrica y Mandela se convierte en el primer presidente negro del país.

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