
Suiza celebra los 75 años de la presa más alta de Europa

La Grande Dixence, la presa de gravedad más alta del mundo, ubicada en el corazón de los Alpes suizos, celebra un hito este año. Impulsó una revolución hidroeléctrica en Suiza y se convirtió en un símbolo de la ingeniería helvética y en una piedra angular de la estrategia energética del país.
Construida entre 1950 y 1961 por 3.000 personas que trabajaron en condiciones extenuantes, la Grande Dixence cumple 75 años. Aquí presentamos siete datos clave sobre esta espectacular presa y cómo ha transformado a Suiza
Es la presa de gravedad más alta del mundo
Enclavada en la cabecera del valle de Dix, cantón de Valais, la muralla de hormigón de 285 metros de altura se divisa tras un sinuoso viaje de una hora desde Sion, en el valle del Ródano. Aunque no es la presa más alta del mundo -ese título lo ostenta la Jinping-I de China (305 metros)-, sí es la presa de gravedad más alta, ya que depende de su propio peso y no de su forma para contener el agua. La Grande Dixence es la más alta de Europa y la séptima más alta del mundo (casi tan alta como la Torre Eiffel en París, que alcanza los 300 metros).

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Una presa de gravedad tiene una estructura triangular: ancha en la base y estrecha en la cima. La Grande Dixence varía en grosor entre 15 y 200 metros, con cimientos que se extienden 200 metros en profundidad y 100 metros hacia las laderas del valle. Se utilizaron seis millones de metros cúbicos de hormigón, más pesado que la Gran Pirámide de Keops en Egipto.
Se construyó a lo largo de 15 años en duras condiciones de trabajo
La construcción comenzó en 1950 y la presa estuvo plenamente operativa en 1965. Más de 3.000 hombres y mujeres trabajaron arduamente en todo tipo de condiciones climáticas -nieve, frío, tormentas y sol abrasador- en el remoto valle.
Extrajeron y clasificaron rocas, mezclaron cemento (800 toneladas trasladadas diariamente en teleférico) y ensamblaron bloques de hormigón de 16 por 16 metros, como si fueran piezas de Lego.
>>Vea la galería histórica de Grande Dixence a continuación:
Se trabajaba siete días a la semana, con turnos diurnos de 11 horas o nocturnos de 10 horas. Como estaba demasiado lejos para volver a casa después de un turno y el alojamiento era escaso, los trabajadores vivían en cabañas cercanas y compartían camas. Los asentamientos temporales contaban con su propio hospital, oficina de correos, capilla, lavandería, bibliotecas y salas de juegos. El cine era popular, al igual que los deportes. Además, había una banda de música, un club de gimnasia, un grupo de teatro y un club de esquí.
La mayoría de los obreros eran valesanos, a los que se unieron otros suizos, numerosos italianos y ciudadanos de Alemania y Francia. Entre ellos estaba el cineasta franco-suizo Jean-Luc Godard, quien utilizó sus ingresos para realizar un breve documental sobre la construcción de la presa, titulado Operación Béton [Operación HormigónEnlace externo].
El embalse más grande de Suiza
Detrás del muro de la presa se encuentra el Lac des Dix (Lago de los Diez, en español), el embalse más importante de Suiza, con una capacidad de hasta 400 millones de metros cúbicos de agua, equivalentes a 160.000 piscinas olímpicas. El agua proviene de las lluvias y del deshielo de 35 glaciares en una cuenca hidrográfica de 420 kilómetros cuadrados que se extiende desde Zermatt hasta Nendaz.
El cambio climático afectará especialmente a las instalaciones hidroeléctricas y a los embalses suizos en las próximas décadas. Si bien se prevé que los embalses sigan llenándose, lo que permitirá que su capacidad de almacenamiento amortigüe en gran medida las fluctuaciones estacionales de las entradas de agua, su gestión deberá adaptarse.
En el caso de embalses alimentados por cuencas con alta densidad de glaciares, como Grande Dixence, el suministro de agua a largo plazo disminuirá gradualmente a medida que los glaciares se derritan. Asimismo, aumentará la afluencia de sedimentos sueltos, por lo que será necesario adoptar medidas que eviten la acumulación de estos depósitos para mantener la capacidad de almacenamiento.
«Estamos monitoreando constantemente los flujos de entrada -provenientes de precipitaciones, del deshielo de la nieve y de los glaciares- para optimizar la gestión de nuestras centrales y contribuir a la seguridad del suministro», declaró a Swissinfo Céline Kohlprath, portavoz de Grande Dixence SA.
El deshielo acelerado de los glaciares es una realidad que debemos afrontar. Ante este panorama, Alpiq está desarrollando nuevas instalaciones, como el proyecto Gornerli (que se integrará en la red Grande Dixence), que permitirán aprovechar al máximo este recurso hídrico, reducir los riesgos asociados al deshielo en el valle y mejorar la seguridad del suministro de agua y energía de cara al futuro.
Un estudio de 2021 de la Oficina Federal de Medio Ambiente estimó que, si se toman medidas para mitigar el cambio climático, la producción anual de electricidad hidroeléctrica apenas variará a largo plazo. Sin embargo, sin medidas de mitigación, la cantidad de energía generada podría disminuir hasta un 7% hacia finales de siglo.
Cien kilómetros de túneles
Una vasta red de túneles de 100 kilómetros bajo glaciares y rocas, canaliza el agua hasta el embalse. Cinco estaciones de bombeo ayudan a transportar el agua de deshielo de los glaciares situados a menor altitud hasta el conducto principal, a 2.400 metros de altura. Beat Imboden, director general de Grande Dixence SA, sostiene que el enorme sistema hidroeléctrico se construyó en armonía con la naturaleza y el paisaje. «El muro de la presa y el lago son visibles, pero todo lo demás se construyó en gran parte bajo tierra», declaró a la Radio y Televisión pública suiza en alemán conocida bajo las siglas en alemán SRF.
Si bien las presas suizas son valoradas como logros notables de la ingeniería y símbolos del éxito de las energías renovables, su construcción también cuenta una historia de desplazamiento, expropiación y resistencia. La oposición inicial provino de los residentes que se enfrentaban a la pérdida de sus hogares, pero desde la década de 1940, las protestas se han centrado cada vez más en preocupaciones ambientales. Aunque la mayoría de los esfuerzos para bloquear nuevos proyectos hidroeléctricos por vías democráticas han fracasado, el caso de la presa Grande Dixence demuestra que la resistencia puede generar cambios, impulsando modificaciones de diseño y medidas de compensación ambientalEnlace externo.

Grande Dixence genera tanta electricidad como una central nuclear
Tres centrales hidroeléctricas en el valle convierten el agua en electricidad. Según su principal accionista, Alpiq, el complejo hidroeléctrico Grande Dixence produjo en 2024 casi tres teravatios-hora (TWh) de electricidad, equivalente a la producción de una central nuclear de tamaño mediano o al consumo anual de 500.000 hogares, similar al tamaño de un cantón como Berna.
La presa, columna vertebral de la energía verde de Suiza
La geografía de Suiza y sus elevadas precipitaciones anuales son ideales para la energía hidroeléctrica. Tras una primera expansión en el siglo XIX, se produjo un gran auge entre 1945 y 1970 gracias al aumento de la demanda de electricidad. En ese período, se inauguraron numerosas centrales en las tierras bajas, junto con plantas de almacenamiento a gran escala. Actualmente, Suiza cuenta con más presas que cualquier otro país: 222 grandes presas y alrededor de 1.000 más pequeñas, además de 704 centrales hidroeléctricas.
En los años 70, la energía hidroeléctrica representaba casi el 90% de la producción nacional de electricidad, pero esta cifra se redujo al 60% en 1985 tras la puesta en marcha de las centrales nucleares suizas. En la actualidad, la energía hidroeléctrica se mantiene estable en torno al 59,5%, y sigue siendo la fuente más importante de energía renovable en Suiza.
Grande Dixence y sus 400 millones de metros cúbicos de agua representan aproximadamente una quinta parte de toda la energía hidroeléctrica nacional almacenada en Suiza, según Grande Dixence SA. Pero se necesita más energía hidroeléctrica.
El Gobierno Federal suizo pretende aumentar la producción hidroeléctrica de aquí a 2050 para garantizar el suministro energético en el futuro, sobre todo en invierno. Para ello, la Confederación propone renovar y ampliar las centrales existentes y construir otras nuevas. Ha trabajado con asociaciones ecologistas y grupos de interés para identificar 16 proyectos de presas. El mayor es la futura presa y embalse de Gornerli, cerca de Zermatt. Integrada en el sistema de la Grande Dixence, podría satisfacer las necesidades de 140.000 hogares, mejorar la protección contra las inundaciones y suministrar agua potable. Sin embargo, la presa de Gornerli sigue siendo objeto de controversia para algunos ambientalistas.
La presa no se dañó con el desprendimiento, pero sigue bajo riesgo
En julio, la Grande Dixence cerró sus puertas al público debido a un desprendimiento de rocas. Unos 5.000 metros cúbicos de piedras se derrumbaron por encima de la presa, equivalentes al tamaño de siete casas. Parte de ellas cayó al embalse y otra impactó contra el muro. La carretera de acceso y la presa se han reabierto desde entonces.
«Estábamos preocupados porque la seguridad de la carretera y de las personas que accedían a la presa estaba en peligro. Por otro lado, no nos preocupaba la estabilidad de la presa, porque se trata de un suceso bastante menor en comparación con el tamaño del muro», declaró Amédée Murisier, presidente de Grande Dixence SA y responsable de Alpiq Suiza, al diario Le Nouvelliste.
Los recientes vídeos de TikTok imaginando el posible colapso de la presa fueron desestimados por Murisier como pura «ciencia ficción».
Ya en la década de 1940, el sitio se identificó como seguro para la construcción de una presa: las condiciones geológicas son muy buenas y la estructura, una de las más grandes del mundo, no está expuesta a tal riesgo.
Sin embargo, el directivo reconoció los problemas que plantea el cambio climático, que deben vigilarse y ajustarse continuamente: «Es evidente que la montaña está cambiando mucho y muy rápidamente. Las laderas se están desestabilizando, lo que genera toda una serie de riesgos».
Grande Dixence SA afirma que adapta constantemente la infraestructura y las tomas de agua a los flujos cambiantes a medida que los glaciares retroceden y colabora con las autoridades para mejorar los sistemas de vigilancia y control. Además del retroceso de los glaciares, también monitorea los cambios en el permafrost, el aumento del volumen de agua y los posibles flujos de escombros, al tiempo que elabora modelos detallados de los niveles de agua y la demanda energética en diferentes escenarios climáticos.
En las próximas décadas, se prevé que el cambio climático plantee importantes desafíos a Murisier y a otros operadores de presas suizas, a medida que el aumento de las temperaturas, el deshielo de los glaciares y la inestabilidad de las laderas se hagan sentir. Sin embargo, a sus 75 años, la Grande Dixence sigue siendo un pilar fundamental del futuro energético de Suiza.
El 25 de agosto se celebró el 75° aniversario de la fundación de Grande Dixence SA. Para conmemorar la fecha, se organizaron dos exposiciones especiales y la publicación de un libro de la autora Brigitte Kalbermatten.
El 25 de agosto de 1950, EOS (Energie Ouest Suisse, más tarde Alpiq) fundó la empresa Grande Dixence SA para construir y explotar la central hidroeléctrica destinada a satisfacer las crecientes necesidades de electricidad en la Suiza francófona.
Se calcula que unas 100.000 personas visitan la presa cada año.
Editado por Gabe Bullard y Veronica De Vore en su versión original en inglés, y adaptado al español por Norma Domínguez y Patricia Islas

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