
Alcalde peruano que caminó 900 kilómetros no participará en marcha de protesta en Lima
Lima, 13 oct (EFE).- El alcalde del pueblo minero peruano de Pataz, Aldo Mariños, quien caminó 900 kilómetros durante 45 días para protestar en Lima, anunció este lunes que no participará en una marcha convocada para este miércoles contra las autoridades del país, tras haber sido increpado por manifestantes luego de reunirse el domingo con el presidente interino, José Jerí.
«No me gusta la violencia», aseguró Mariños en un video publicado en sus redes sociales, en el que criticó «la actitud que han asumido algunos jóvenes» que, según sostuvo, agredieron a algunos de los ronderos (guardias comunales de zonas rurales) que lo acompañaron cuando se encontraba en la céntrica plaza San Martín.
Mariños señaló que esa actitud lo aleja de los manifestantes, por lo que ha decidido que no asistirá a la marcha convocada para el miércoles, porque rechaza la violencia.
«Si realmente queremos construir un nuevo Perú, si realmente queremos entendernos, debe ser en paz», enfatizó el alcalde, quien señala que su trayectoria ha sido inspirada por el líder pacifista indio Mahatma Gandhi.
La reunión con el presidente Jerí
El alcalde llegó a Lima para pedir al Gobierno y al Congreso obras y medidas para garantizar la seguridad ciudadana en su localidad, donde se extrae oro a gran escala, por lo que es una de las más afectadas del país por la presencia de la minería ilegal y el crimen organizado.
Su intención inicial era reunirse con la entonces presidenta Dina Boluarte, pero esta fue destituida el pasado jueves por el Congreso y después asumió la jefatura de Estado José Jerí, quien ocupaba la presidencia del Parlamento peruano.
Este domingo, Jerí lo recibió, junto a una numerosa comitiva de ronderos, en el Palacio de Gobierno y lo hizo entrar por la puerta grande.
El presidente de transición elogió la valentía de Mariños para «exigir cosas» que, según dijo, el Estado se ha «olvidado de atender», y añadió que este tipo de encuentros deben «marcar una nueva forma de relacionarse con la ciudadanía».
El alcalde destacó, por su parte, las buenas formas de la recepción y dijo que se había desarrollado un diálogo abierto y directo con el nuevo mandatario.
Al finalizar ese encuentro, se anunció que durante esta semana se realizarán, cuando menos, dos mesas de trabajo para analizar los planteamientos y exigencias de los pobladores de Pataz.
Incidentes tras la reunión en Palacio de Gobierno
Durante su travesía, Mariños había animado a los peruanos a participar en la movilización convocada en el centro de Lima para el miércoles próximo contra los poderes del Estado, en protesta de la inseguridad ciudadana y la corrupción.
Sin embargo, tras participar en la reunión con Jerí se dirigió hacia la céntrica Plaza San Martín, donde suelen convocarse las protestas sociales en Lima, donde fue criticado por manifestantes.
Aunque aseguró que en la mesa de diálogo establecida para esta semana se escucharán los pedidos «de todos», un grupo de personas lo siguió increpando y hasta arrojó botellas con agua a su comitiva, por lo que debió abandonar el lugar, según informaron medios locales.
Mariños dijo el sábado pasado que decidió recorrer los 900 kilómetros que separan Lima de la localidad norteña de Pataz, en la región de La Libertad, para exigir medidas contra el crimen organizado y también el asfaltado de su provincia y la construcción de un hospital.
Pataz ha sido declarada en estado de emergencia por el Gobierno desde hace más de un año por la presencia de bandas ligadas a la minería ilegal de oro, un clima de inseguridad que ha dejado a múltiples trabajadores mineros muertos en los últimos meses, entre ellos 13 en una matanza dentro de un socavón en mayo pasado; atentados contra torres eléctricas y numerosos casos de extorsión. EFE
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