
Burkina Faso rechaza acoger a deportados de terceros países por el Gobierno de Trump
Nairobi, 10 oct (EFE).- Burkina Faso informó de que ha rechazado una petición de EE.UU. para recibir deportados de terceros países por la Administración del presidente Donald Trump, y atribuye a esa decisión la suspensión de los servicios de visados y su traslado del vecino Togo por parte de la Embajada estadounidense en la capital burkinesa.
«Tan pronto como esta Administración (de EE.UU) asumió el cargo, la Embajada se puso contacto con nosotros para hacernos esta propuesta en el marco de la aplicación de la política migratoria estadounidense», reveló en una intervención televisiva a última hora del jueves el ministro burkinés de Asuntos Exteriores, Karamoko Jean-Marie Traoré.
«La propuesta que se hizo fue ver si Burkina Faso, aparte de a nuestros propios nacionales, estaba dispuesta a acoger a otras personas que serían expulsadas de EE.UU.», explicó el ministro, al tildar la proposición de «indecente» y «totalmente contraria al valor de la dignidad que forma parte de la esencia misma de la visión del capitán Ibrahim Traoré», el líder golpista y presidente del país.
«Dijimos que Burkina Faso no podía ser ese destino (…) Burkina Faso no es una tierra de deportación», zanjó.
El ministro ve en esta respuesta de su Gobierno el motivo directo para la decisión tomada por la misión diplomática estadounidense en el país de suspender temporalmente la concesión de visados de turismo y de estudiante a los nacionales burkineses, que deberán desplazarse a Togo para obtener esa documentación.
La reanudación de vuelos de deportación desde EE.UU. a países terceros se activó después de que la Corte Suprema autorizara en junio pasado al Gobierno del presidente Trump a efectuar estas expulsiones, un triunfo para su política de mano dura contra la inmigración.
Desde su vuelta a la Casa Blanca en enero pasado, Trump ha impulsado las expulsiones exprés y, a tal efecto, ha firmado acuerdos con países africanos como Esuatini (la antigua Suazilandia), Ghana, Ruanda, Uganda y Sudán del Sur para realizar deportaciones, una de sus principales promesas electorales. EFE
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