Científicos suizos desarrollan una vacuna contra la nicotina
El Hospital cantonal de San Gall va a iniciar las pruebas en seres humanos de una vacuna contra la sustancia responsable de la dependencia que genera el hábito de fumar. Por ahora no hay fuentes financieras que aseguren la comercialización del producto.
La vacuna es un remedio contra la nicotina y la dependencia física que genera esa sustancia. Ha sido desarrollada por el oncólogo Thomas Cerny, de San Gall, y su hermano Erich Cerny, especialista en inmunología e infectología en Ginebra, en colaboración con investigadores de la Universidad de Lausana.
La idea inicial era desarrollar una vacuna contra la adicción a la heroína y la cocaína, pero los científicos terminaron concentrándose en la concepción de una vacuna contra la nicotina. Se trata de un producto «barato y muy eficaz», según Thomas Cerny, elaborado con un presupuesto de solamente 500.000 francos suizos.
Los experimentos en animales han sido exitosos. Ahora falta comprobar la eficacia del producto en los seres humanos. Las pruebas se realizarán en fumadores empedernidos y en personas que hayan logrado superar la dependencia del hábito de fumar.
El Hospital cantonal de San Gall será escenario de las investigaciones que el oncólogo Thomas Cerny espera iniciar en el transcurso de los próximos doce meses.
Los experimentos servirán para definir la dosis y la frecuencia con la que deben suministrarse las inyecciones. Los científicos no saben todavía si bastará una única inyección o si se necesitará repetir el tratamiento.
Asimismo estudiarán eventuales efectos secundarios y la posibilidad de suministrar la vacuna en forma de espray.
El objetivo a largo plazo es desarrollar la vacuna en los países en desarrollo que registran un creciente número de fumadores. Esa perspectiva, sin embargo, se ve obstaculizada por el desinterés que muestra actualmente la industria farmacéutica y la ausencia de otras fuentes de financiación también por parte de la Confederación, subraya el científico de San Gall.
Los investigadores necesitan cerca de 200.000 francos suizos para financiar las pruebas clínicas. Para comercializar el producto, una vez confirmada su eficacia, se van a requerir varios millones de francos.
Llegado el momento será imprescindible que el Estado o la empresa privada respalden económicamente la salida al mercado de una vacuna que abre grandes perspectivas para los fumadores que deseen poner fin a su adicción.
swissinfo y agencias
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