Las donaciones benéficas entre la espada y la pared a raíz de los recortes en ayudas al desarrollo
Los recortes en ayudas al desarrollo por parte de Estados Unidos, Suiza y otros donantes dejan la educación primaria de los países en vías de desarrollo contra las cuerdas. ¿Serán capaces las fundaciones benéficas de suplir el déficit y mejorar así los resultados educativos?
Diana Zacharia, con 90 estudiantes a su cargo, admite que satisfacer las necesidades individuales del alumnado es un gran desafío.
Gracias a la colaboración de Helvetas, grupo suizo de ayuda al desarrollo, la tarea es más llevadera para la profesora de primaria en Arusha, una pequeña ciudad de Tanzania, situada a escasas horas en coche del icónico Monte Kilimanjaro y las llanuras del Serengueti.
La ONG le ha proporcionado dos años de formación tanto a ella como a otros miembros del profesorado, lo que les ha permitido introducir nuevas ideas, como involucrar a los estudiantes en la preparación de las clases y fomentar la colaboración del alumnado para incrementar la participación en el aula y materializar los conocimientos de los libros de texto.
Zacharia afronta su trabajo con mucha más confianza gracias a esta formación. «Me ha cambiado por completo», afirma. «La cercanía entre el profesorado y el alumnado ha aumentado, lo que me permite entender mejor sus necesidades». También ha arrojado resultados positivos para el alumnado; los estudiantes que reciben clases del profesorado que ha recibido la formación tienen una probabilidad mayor de conseguir calificaciones más altas en los exámenes de matemáticas.
En las últimas décadas, algunos países como Tanzania han mejorado notablemente la tasa de escolarización. Sin embargo, esto sigue suponiendo un reto a nivel global, ya que unos 272 millones de menores siguen sin escolarizarEnlace externo. Además, en muchos casos, las clases están saturadas y el profesorado carece de formación.
Los recortes en ayudas al desarrollo que los países ricos están implementando en la actualidad ponen en jaque esa mejora lograda en los niveles de alfabetización y aritmética básicos. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF),Enlace externo prevé una reducción de 3.200 millones de dólares (2.500 mil millones de francos suizos) en los fondos destinados a la educación en 2026, como consecuencia de los recortes de los países donantes, que buscan priorizar el gasto en defensa. Esta caída podría suponer la no escolarización de seis millones de menores.
Esta brecha de financiación se debe, entre otras razones, al desmantelamiento ejecutado por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de USAID, el mayor donante para la educación primariaEnlace externo. Al mismo tiempo, Suiza, que ha recortado 250 millones de francos suizos (315 millones de dólares) de su presupuesto en ayuda al desarrollo, cesará su aporte a la financiación de la educación primaria en países en vías de desarrollo. Por su parte, el Reino Unido prevé recortar 6000Enlace externo millones de libras (6.350 millones de francos suizos) en ayudas al desarrollo en 2027, lo que tendrá un claro impactoEnlace externo sobre los programas educativos de varios países africanos, según un informe oficial.
Filántropos: ¿la nueva esperanza?
Tras estos drásticos recortes, y con el fin de continuar con esta labor esencial, se está poniendo la mirada en fuentes de financiación alternativas, como organizaciones sin ánimo de lucro. Un ejemplo sería la organización Philanthropies Worldwide, que donó 9.600Enlace externo millones de dólares en ayudas al desarrollo en 2020. De manera similar, Suiza registra unas 1000 fundaciones activas en este mismo campo.
«Todo el mundo se pregunta de dónde podemos obtener más fondos, lo que convierte a las fundaciones en un recurso estratégico» declara Fritz Brugger, responsable del Centro para la Cooperación Global y el Desarrollo Sostenible (NADEL) del Instituto Federal Tecnológico ETH de Zúrich.
No es la primera vez que se plantea la colaboración con fundaciones. En 2023, la Agencia Suiza para el Desarrollo y Cooperación (COSUDE) colaboróEnlace externo en materia de financiación con aproximadamente 50 fundaciones. Helvetas, que recibía la mayor parte de los fondos para su programa de formación de profesorado por parte de la Fundación Medicor de Liechtenstein, ha visto reducida en un 10% su principal fuente de financiación por parte de COSUDE.
Así, los gobiernosEnlace externo y las ONG depositan su mirada sobre los filántropos para que desempeñen el papel protagonista.
«Cada vez hay una mayor esperanza de que las fundaciones privadas puedan reemplazar parcialmente a los fondos oficiales de ayuda al desarrollo», afirma Sabrina Würmli, responsable de educación, empleo y renta en Helvetas. «Su papel en el ámbito de la cooperación internacional será aún más representativo». La fundación benéfica más ricas del mundo, la Fundación Gates, afirmaEnlace externo que los filántropos deben intervenir y apostar por una financiación estratégica para lograr el máximo impacto. Así, esta fundación ha donado más de 240 millones de dólares a países del África Subsahariana y a India en los últimos cuatro años para cubrir el coste de la educación básica de 15 millones de estudiantes.
Se trata de un fondo creado para un propósito definido y gestionado por un consejo de administración. En el caso de Suiza, donde hay más de 13.000 fundaciones registradas, estas deben tener un capital mínimo de 50.000 francos.
Según la consultoraEnlace externo PwC, una fundación que emite donaciones «no depende de la recaudación de fondos para sufragar su actividad», sino que utiliza sus propios activos y los ingresos que generan. Así mismo, las fundaciones benéficas en Suiza pueden acogerse a exenciones fiscales.
Fuente: PwC/Swiss Foundations
De manera similar, Simon Sommer, director ejecutivo adjunto de la Fundación Jacobs de Zúrich, que desde 1989 ha invertido más de 1000 millones de francos en educación, afirma que la organización está «comprometida a expandir su contribución y colaborar con otros actores».
Las habilidades básicas pueden incrementar la riqueza mundial
«Los conocimientos de alfabetización y aritmética básicos son la base para cualquier aprendizaje futuro», afirma Sommer. «Es difícil que los menores puedan progresar si carecen de estos conocimientos».
Según UNICEFEnlace externo, invertir en educación básica supone una gran rentabilidad. Si la totalidad de la población infantil recibiera una educación básica, la economía mundial crecería en 700 billones de dólares a lo largo de lo que queda de siglo, de acuerdo con un informe del Fondo Monetario Internacional de 2022Enlace externo.
A pesar de esto, y fruto de los recortes en su presupuesto, COSUDE ha decidido suspender los fondos para ayuda al desarrollo con el fin de enfocarse en la ayuda a la formación profesional y a la educación en situaciones de emergencia, como en zonas de conflicto, donde ve una «ventaja competitiva» y donde se puede «conseguir el mayor impacto», según las declaraciones de su portavoz.
Aumento de la financiación versus redirección de los fondos
Sin embargo, mientras las donaciones de los actores tradicionales disminuyen, los filántropos no cuentan con recursos suficientes para sustituirlos. En cifras globales, sus fondos equivalen al 6% del total de los fondos nacionales de ayudas al desarrollo. En mayoEnlace externo, Bill Gates declaró que en los próximos 20 años y antes de su cierre en 2045, donaría todo su patrimonio a través de la fundación que lleva su nombre, duplicando así sus donaciones.
No obstante, el director ejecutivo de la fundación, Mark Suzman, afirmóEnlace externo en declaraciones al Financial Times que su presupuesto anual, que se sitúa cerca de los 9.000 millones, queda lejos de los 40.000 millones que venía invirtiendo USAID anualmente». La fundación ha afirmado así mismo que no incrementará la inversión en educación más allá de India y África Subsahariana.
«Hasta cierto punto, la posibilidad de que las fundaciones cubran las necesidades que surgen a raíz de los recortes en ayuda al desarrollo es meramente hipotética», continua Brugger de NADEL. «Se compensaría sólo en el caso de que las fundaciones incrementaran su gasto global. De no ser así, lo único que se consigue es redireccionar los fondos».
La Fundación Jacobs, sin embargo, se muestra optimista en cuanto a su capacidad de incrementar los recursos disponibles tras asumir el control total de sus activos y adoptar una estrategia que, en palabras de Sommer, les permitirá «aumentar su compromiso filantrópico en las próximas décadas». En la actualidad, la fundación sustenta programasEnlace externo de educación básica en Ghana, Costa de Marfil y Colombia.
Garantía de buenos resultados
El impacto de los filántropos depende también de sus propias capacidades. Las fundaciones grandes, como Jacobs, pueden invertir en mejoras sistémicas, lo cual es necesario si los gobiernos pretenden «mejorar la educación básica a nivel nacional», declara Brugger. En la otra cara de la moneda, las fundaciones más pequeñas tan solo pueden financiar proyectos pequeños, como la gestión de un colegio.
El cómo se invierten los recursos es casi tan importante como encontrarlos. «El dinero de por sí no garantiza buenos resultados (académicos)» continúa Brugger. «La calidad de la enseñanza, la ratio por clase o el absentismo escolar representan un problema».
Según concluye un informeEnlace externo de 2019, menos de la mitad de la población de entre 9 y 13 años de Tanzania supera los exámenes de alfabetización y aritmética, y señala además la elevada tasa de abandono escolar con la que cuenta el país.
Desde Helvetas, Würmli declara que el programa de formación al profesorado de su ONG «no resuelve la problemática educativa, pero sí supone una enorme contribución». En 2022, un informe concluyó que aquellos estudiantes cuyos profesores habían completado la formación, obtenían mejores resultados que los estudiantes de otras clases en los exámenes nacionales de matemáticas y tenían además un 6% más de probabilidades de obtener altas calificaciones.
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Según Würmli, los recortes actuales «minimizan la importancia de mantener donaciones diversas y amplias» por parte de otras ONG como Helvettas, que ha contribuido a la formación de 160 docentes en las escuelas de Tanzania y pretende que esta cifra aumente.
En Arusha, la profesora de primaria Zacharia aprovecha al máximo lo aprendido para fomentar la participación en clase. «Si los estudiantes saben que hoy haremos un experimento, eso les motiva a venir a clase en lugar de quedarse en casa» afirma. «Lo disfrutan mucho y les sirve para absorber los conceptos».
Editado por Tony Barrett. Información adicional de Samanta Siegfried. Adaptado del inglés por Cristina Esteban. Revisado por Carla Wolff.
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