
Coordinadora de la ONU en Burkina empañó la imagen del país, dice el Gobierno
Uagadugú, 24 dic (EFE).- El Gobierno de transición de Burkina Faso acusó a la coordinadora de Naciones Unidas en Uagadugú, Barbara Manzi, de «empañar la imagen del país» al alertar sobre una presunta inseguridad en la capital, motivo por el que fue declarada el pasado jueves «persona non grata» y expulsada.
En declaraciones a la televisión nacional este viernes recogidas hoy por periódicos locales, la ministra de Asuntos Exteriores burkinesa, Olivia Rouamba, explicó la decisión de las autoridades y aseguró que la propia funcionaria de más alto rango de la ONU en el país le reveló que «está en contacto con jefes terroristas» que operan en el país, golpeado por el yihadismo.
Según Rouamba, Manzi decidió de manera «unilateral» ordenar la evacuación de las familias de los trabajadores de la ONU residentes en Uagadugú «por motivos de seguridad», algo «inconcebible» para el Gobierno porque «ningún indicativo» hace pensar que la capital esté amenazada.
Manzi «preveía el caos en Burkina Faso en los próximos meses», sin proporcionar pruebas para corroborar estas afirmaciones, señaló la ministra, algo que podría «desalentar a los potenciales inversores».
Todo esto se produjo a la espera de que una misión de la ONU viaje al país a mediados de enero para evaluar la situación de seguridad, señaló Rouamba.
Con todo, la ministra subrayó que su país mantiene sus relaciones con la ONU.
La organización, por su lado, lamentó hoy la expulsión de Manzi, a quien mostró su apoyo, y afirmó que «la doctrina de persona non grata no se aplica a los funcionarios de las Naciones Unidas».
En un comunicado difundido este sábado, Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres, recalcó que sólo el jefe de la organización «está habilitado para decidir, tras una investigación minuciosa, sobre la destitución de cualquier funcionario de Naciones Unidas».
Burkina Faso soporta frecuentes atentados yihadistas desde abril de 2015, perpetrados por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico y cuyas acciones afectan a diez de las trece regiones del país, especialmente al norte.
El país ha sufrido dos golpes de Estado este año: uno el 24 de enero, dirigido por el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, y otro el 30 de septiembre, por el capitán Ibrahim Traoré, actual jefe de Estado del país.
La toma del poder por los militares tuvo lugar en ambas ocasiones tras el descontento entre la población y el Ejército por los frecuentes ataques yihadistas, que mantienen desplazadas a más de 1,8 millones de personas, según datos del Gobierno. EFE
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