Zúrich esquiva «la crisis» de la ópera
El mundo de la ópera sufre una disminución del público y problemas financieros. Sin embargo, la Ópera de Zúrich, que este año ganó el premio a la mejor compañía, se mantiene a salvo. ¿Podrá seguir así?
Hay un clima de emoción entre el personal de la institución. Estamos a mediados de junio y faltan pocos días para la primera proyección pública de la Ópera de ZúrichEnlace externo: una transmisión en vivo de ‘Rigoletto’ de Verdi sobre una pantalla gigante en la plaza frente al edificio.
En el escenario, con vista a los suntuosos interiores de colores rojo y dorado, hay una actividad incesante. Los técnicos – hombres, pero también algunas mujeres – con destornilladores eléctricos y potentes músculos, se preparan para la habitual función nocturna de ‘Rigoletto’.
“Es una producción muy moderna en términos de diseño del escenario”, explica el director de escena, Marc Linke. “Normalmente, ‘Rigoletto’ es más fantasioso y aquí se trata de un enorme espacio negro con una gran mesa de color blanco alrededor de la que la actuación tiene lugar”.
Linke encuentra excitante el desafío de montar muchas nuevas producciones con altas exigencias artísticas. Todo el mundo, “hasta el último técnico del escenario”, está orgulloso de trabajar en la Ópera, asienta.
La existencia de un buen ambiente de trabajo es confirmado por dos de sus visitantes estrellas. George Petean, el gran barítono rumano, protagonista de Rigoletto – su papel soñado -, describe la sede de Zúrich como “uno de los lugares más importantes donde se presentan óperas”.
Su hija en el escenario, Gilda, interpretada por la soprano polaca Aleksandra Kurzak, está de acuerdo. Sentada en su camerino, aún con rizadores en el cabello, y fresca como una lechuga, añade que “todo está muy bien organizado, como decimos en Polonia, como un reloj suizo”. Disfruta en particular el moderno enfoque de la producción para la puesta en escena.
La transmisión en vivo el 21 de junio, atrajo a unos 10.000 espectadores.
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La ópera sale a la calle
Más que estrellas
En abril, la Ópera de ZurichEnlace externo se impuso a la Ópera Metropolitana de Nueva York y al Covent Garden de Londres y fue designada como institución del año en el certamen internacional del rubro.
“… Sentimos que la Ópera de Zúrich se destacó por ser el hogar de algunas de las más grandes estrellas, pero también como una entidad revitalizada por su nuevo intendente, Andreas Homoki”, señala John Allison. El director del ‘Opera Magazine’ y cofundador del Premio Internacional de ÓperaEnlace externo, que otorgó la distinción, envió a swissinfo.ch su comentario por correo electrónico.
El nuevo director general relevó en el cargo, hace dos años, a Alexander Pereira, quien se trasladó al Festival de Salzburgo después de 21 años en Zúrich. Homoki cuenta con una larga y exitosa carrera que incluye la dirección de la Ópera Cómica de Berlín durante diez años.
La credibilidad teatral es muy importante para él, como lo señala a swissinfo.ch en una entrevista realizada en sus oficinas.
“Tenemos que ir por nuevos públicos, tenemos que demostrar constantemente que la ópera es algo contemporáneo y algo que es importante para nuestra sociedad, aunque las piezas que toquemos puedan no ser de nuestro tiempo”, explica.
Por ello trata de abrir la Ópera, no solamente con la transmisión en vivo, sino también con entradas a precios reducidos para personas con ingresos inferiores y piezas especialmente adaptadas para los niños.
Nuevo equipo
“El nuevo equipo ha llegado con muchas ideas nuevas y originales y tiene muchas más, lo que le ganó el premio a la Compañía Operística del Año”, destaca Reinmar Wagner, periodista de la revista ‘Musik & Theater’Enlace externo.
Homoki ha traído a nuevos cantantes, conductores y directores de orquesta. También ha reducido el número de producciones anuales de entre 12 y 14 piezas a nueve.
“Pero eso no quiere decir que deben dormirse en sus laureles”, advierte Wagner. “No sabemos cuál será la situación en el futuro. Pero es un buen premio para la Ópera y para el paisaje musical suizo y un reflejo de la labor de Alexander Pereira”.
Escenarios de ópera en Suiza
Hay nueve teatros que ofrecen ópera en Suiza. Tienen variados sistemas. Ginebra (con ballet) y Lausana, en la parte de habla francesa, no presentan teatro clásico. El de Zúrich es la única real Ópera, con ópera y danza en la región de expresión alemana. Los otros, en Basilea, Berna, Lucerna, San Gall, y una asociación entre Biel y Solothurn, ofrecen ópera, danza y teatro.
El cantón del Tesino, italófono, no tiene Ópera y los Grisones cuentan con tres festivales estivales del ramo.
El Teatro de Basilea fue calificado como Teatro de la Ópera del Año en 2010 y 2009 por los críticos en una encuesta realizada por la revista alemana ‘Opernwelt’.
(Fuente: Reinmar Wagner)
De hecho, de los nueve escenarios de ópera de Suiza, solamente el de Zúrich se encuentra en las ligas superiores, confirma Wagner. De los demás, el Gran Teatro de Ginebra y el Teatro de Basilea también tienen buena reputación. Y también hay muchos festivales operísticos estivales.
Los suizos no están más enamorados de la ópera que sus vecinos, pero se destacan en cuanto a lo que están dispuestos a pagar, indica Wagner.
“En Zúrich una entrada puede costar fácilmente 300 francos (337 dólares). La gente puede pagarlo y lo hace, ya que considera que formar parte de la alta sociedad es ser visto en el estreno de una ópera en Zúrich”.
Los problemas
Los teatros suizos de ópera también han sufrido los problemas que afectan a los de otros países, como Estados Unidos, Italia y Alemania, donde han caído las audiencias y las sedes – de mantenimiento oneroso – cierran sus puertas, quiebran o dependen cada vez más de coproducciones.
La mejor situación económica de Suiza significa que sus instituciones todavía gozan de buena financiación privada y pública, puntualiza Wagner. La Ópera de Zúrich cuenta con una subvención cantonal de cerca de 80 millones de francos y tanto el Gran Teatro de Ginebra como el Teatro de Basilea disponen de fondos públicos.
Pero la Ópera de Zúrich necesita generar el 36% de sus propios ingresos, incluido el patrocinio, para cubrir sus costos totales, de acuerdo con Homoki. A pesar de la reducción del número de producciones – y el patrocinio potencial, que causó algunos rumores – la compañía no tuvo ni ganancias ni pérdidas el año pasado.
Homoki señala que hay buenos augurios financieros para esta segunda temporada. Los planes para el futuro, amén de nuevas obras, incluyen una producción propia de ‘Lohengrin’ y la introducción de subtítulos en pantalla, como han hecho en Berlín.
“Estamos en constante avance”, destaca Homoki. “Una vez que uno deja de cambiar o desarrollar también debe dejar de hacer el trabajo, ya que solamente es bueno si mejora y cambia”.
Un poco de historia
La Ópera de Zúrich, conocida antiguamente como ‘Aktien-Theater’ (teatro de accionistas), fue establecida en 1834 como una sociedad anónima por ciudadanos amantes del teatro. Dicha asociación, conocida ahora como ‘Opernhaus Zürich AG’, dirige todavía la institución. Desde 1995, el cantón de Zúrich le proporciona el financiamiento principal.
El viejo teatro se quemó en 1890 y fue reemplazado por un nuevo edificio neo-barroco un año más tarde. Fue la primera Ópera de Europa en contar con iluminación eléctrica.
Ahí comenzó su carrera el director de orquesta alemán Wilhelm Furtwängler y fue presentada en 1913, por primera vez fuera de Bayreuth (Alemania), la ópera ‘Parsifal’, de Richard WagnerEnlace externo. También estuvieron el director de orquesta Nikolaus Harnoncourt y los cantantes Cecilia Bartoli (que vive cerca de Zúrich), Bryn Terfel, Anna Netrebko y Jonas Kaufmann.
La Ópera también cuenta con su propio ballet, con alrededor de 50 bailarines, conocido como Ballet de Zúrich. También lleva a cabo conciertos con su Orquesta Filarmónica, matinés, veladas musicales y eventos para niños. Cada año hay un Baile de la Ópera en marzo, al que asisten figuras prominentes.
Traducción del inglés, Marcela Águila Rubín
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