Producir en Suiza es sinónimo de calidad
Yves Serra, consejero delegado de Georg Fischer, asegura que la permanencia en Suiza es vital para el futuro del gigante industrial. Y eso que en 2009 el grupo decidió fabricar gran parte de sus máquinas herramientas en China. Entrevista.
Mientras cerraba una fábrica en Schaffhausen (noreste de Suiza) y vendía la planta de Meyrin, cerca de Ginebra, Georg Fischer se expandía en China, India y Estados Unidos.
Sin embargo, el grupo ha multiplicado sus inversiones en investigación y desarrollo en Suiza, así como en la automatización de las líneas de producción, destaca Yves Serra.
swissinfo.ch: Teniendo en cuenta los tipos de cambio, la volatilidad económica en Europa y los nuevos mercados emergentes, ¿es inevitable la desindustrialización en Suiza?
Yves Serra: No, no lo es. Obviamente, tenemos que fabricar donde están nuestros clientes. Y cada vez lo hacemos más. Pero las competencias fundamentales de nuestra compañía permanecerán en Suiza.
Queremos preservar nuestra imagen de fabricante de productos de calidad. Y gran parte de esa buena reputación se deriva de que somos una empresa helvética.
Suiza dispone de buenas infraestructuras, en términos de calidad y formación, de mano de obra cualificada y flexible. Y esto lo convierte en un país propicio a la innovación y a la producción de alta calidad.
swissinfo.ch: Pero en los últimos años Georg Fischer ha cerrado fábricas en Suiza y ha abierto otras en India y China.
Y.S.: Podemos realizar ajustes, que a veces son necesarios para adaptarnos a los cambios del mercado. En 2009, tuvimos que reestructurar el holding GF Agie Charmilles, porque el 50% del mercado mundial de máquinas herramientas se ha desplazado a China en el transcurso de la última década.
En Suiza, hemos conservado la investigación y el desarrollo, la fabricación de componentes clave para nuestras plantas en Asia y la producción de maquinaria de alta gama para Europa y otras regiones del mundo.
swissinfo.ch: ¿Cuánto representa la producción de Georg Fischer en Suiza?
Y.S.: Fabricamos cerca del 80% de nuestros productos en el extranjero y el 20% en Suiza. Hace diez años, la producción en Suiza rondaba quizás el 25%.
Estamos adquiriendo fábricas y abriendo nuevas plantas en los mercados de mayor crecimiento, como Estados Unidos o Asia, y en el futuro es previsible que incrementemos el porcentaje de producción en esas regiones.
Pero esto no significa que fabriquemos menos en Suiza.
swissinfo.ch: ¿Cómo ha repercutido la apreciación del franco suizo en la estrategia de producción?
Y.S.: El franco es una moneda fuerte desde hace medio siglo. No es un fenómeno nuevo. Esto obliga a las empresas helvéticas, y en particular a las que quieren producir en Suiza y exportar a otros mercados, a ser más eficaces e innovadoras. Y esto no es malo. Nos obliga a examinar cada producto y preguntarnos si procede fabricarlo en Suiza o en el extranjero.
Producimos fuera porque los clientes nos quieren tener cerca y fabricamos en Suiza productos que requieren una calidad mayor o donde podemos automatizar la producción.
swissinfo.ch: ¿Cómo justifica ante los accionistas la producción en suelo suizo, donde los costes son más elevados?
Y.S.: No podemos plantearnos únicamente el coste de la mano de obra. Hay que analizar el conjunto de los gastos. Si automatizamos la producción, los costes salariales pesan menos.
Suiza también nos ha aportado una imagen de calidad, fiabilidad y estabilidad. Es un factor importante para una empresa, no solamente para el accionariado, sino también para los clientes. Y con una reputación de fiabilidad y calidad, una empresa puede conquistar nuevos mercados.
Fundada en 1802, la compañía emplea hoy a 14.000 personas en 30 países.
Sus actividades se dividen en tres sectores:
-sistemas de tuberías
-piezas para la industria automotriz
-Agie Charmilles (máquinas de electroerosión)
En 2011, facturó 3.640 millones de francos suizos y su beneficio neto sumó 168 millones.
La recesión económica que siguió a la crisis financiera de 2008 hizo mella en Georg Fischer.
Las ventas cayeron un 35% en 2009, con pérdidas netas que sumaron 238 millones de francos.
El grupo tuvo que apretarse el cinturón y racionalizó la producción en su división Agie Charmilles, lo que supuso recortar 281 empleos, cerró su planta en Meyrin (Ginebra) y concentró la industria manufacturera en el cantón del Tesino.
Simultáneamente, amplió sus actividades en India y China. El año pasado. Georg Fischer desembolsó 11 millones de francos en una fábrica de máquinas-herramientas en Changzhou (China).
(Traducción: Belén Couceiro)
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