Trabajar en el turismo es todo menos un paseo
Si usted espera ver empleados suizos en los hoteles y restaurantes de Zermatt, posiblemente le sorprenderá observar que será recibido por alemanes, rusos o personal de cualquier otra nacionalidad excepto la helvética. ¿A qué se debe?
“El 80% de nuestros trabajadores no son suizos”, dice a swissinfo.ch Kevin Kunz, director general del grupo hotelero Seiler, con sede en Zermatt. Mientras pronuncia estas palabras, un empleado alemán da la bienvenida a unos huéspedes en el vestíbulo del hotel de cinco estrellas Mont Cervin Palace y un empleado de limpieza de origen portugués pasa con un plumero en la mano.
“Aquí trabajan unas 40 nacionalidades distintas. El mercado laboral es el que dicta, en realidad, el sitio en el que encontraremos a las personas idóneas. Si nos limitáramos exclusivamente al mercado suizo sería imposible hallar los elementos que se necesitan para cubrir todas las plazas”, explica Kunz.
El elevado número de extranjeros que hay en la industria turística no es un fenómeno exclusivo de Zermatt. La mayoría de las estaciones de esquí suizas tienen una presencia significativa de personal de otras naciones.
Si los extranjeros representan el 23% de la población helvética, en el sector turístico son el 40,7% de los empleados. Katja Oberndorfer, alemana que habla cinco lenguas, entre ellos el inglés, ruso y griego, forma parte de este grupo.
Vive y trabaja en Zermatt desde 1996. Actualmente se desempeña como jefa del área de gestión de habitaciones en el Mont Cervin Palace y le gusta ejercer sus dotes políglotas, pero admite que la industria del turismo tiene inconvenientes.
“Antes trabajaba muchas horas al día. A veces 10 o 12 horas. E incluso ahora que laboro a tiempo parcial termino haciendo horas extras. Pero nunca he sido alguien que mira el reloj permanentemente. Este hotel es parte de mi vida, así que el tiempo no es tan importante para mí”, refiere.
Sin embargo, la contratación de ciudadanos de la Unión Europea (UE) podría complicarse, cuando entren en vigor las cuotas de entrada para extranjeros que los suizos aprobaron en las urnas en febrero pasado. “Si tuviéramos solo empleados suizos, no podríamos atender las necesidades de todos los hoteles del grupo Seiler. Muchos suizos no quieren trabajar en la industria hotelera… ni servir a la gente. Prefieren trabajar en un banco o en otro tipo de posición relevante”, refiere Oberndorfer.
Y es que considerando que el mercado laboral helvético tiene una baja tasa de desempleo (3,2% en 2013), y ofrece remuneraciones buenas y horarios regulares, es fácil comprender que los jóvenes suizos prefieran explorar rutas profesionales distintas al turismo y la hostelería.
Particularmente si se considera que a las largas jornadas y los turnos partidos -cuando se trabaja en cocina-, debe sumarse que el salario mínimo promedio del sector para un empleado no cualificado es de 3.407 francos suizos mensuales, y de alrededor de 4.108 francos para quienes tienen algún título reconocido a escala nacional.
Son datos salariales que palidecen frente a las remuneraciones que ofrecen otros sectores.
Formación turística
“Si de verdad quieres ganar dinero, no trabajes en el turismo. Comparados con los que se cobra en otras profesiones, los sueldos son definitivamente menores. Además, trabajas turnos irregulares y más horas”, sentencia Adrian Zaugg, responsable del Departamento de Turismo de Feusi, un centro de formación privado de Berna.
Tras muchos años de experiencia en la industria turística, Zaugg asegura que las oportunidades de viajar son abundantes y la experiencia de conocer a infinidad de personas es irremplazable. Pero reconoce también que hay múltiples factores que desaniman a los suizos a dedicarse a este sector.
“Nuestros alumnos suelen ir a trabajar a la recepción de un hotel, a las oficinas de turismo, o se ocupan de organizar eventos para las compañías. Es ahí cuando muchos se dan cuenta de que turismo es sinónimo de trabajar turnos de noche, fines de semana, o cuando los demás están de vacaciones. Y esto los desanima rápidamente”, afirma.
Debido a todas estas características, el sector turístico tiene una mala reputación entre la población helvética. Un problema del que es consciente hotelleriesuisse, pero que no mengua el optimismo de la asociación hotelera suiza.
“La llamada guerra por los talentos está en su apogeo, y no podemos ganarla solo con dinero”, explica a swissinfo.ch Guglielmo Brentel, presidente de esta organización.
La competencia entre los aspirantes a un puesto y entre los empleadores turísticos es extremadamente alta en Suiza, afirma Brentel. “Encontrar lo que buscas es difícil. Pero afortunadamente es también un sector extremadamente atractivo para los jóvenes. Aquí pueden trabajar con gente y estar rodeados de otros jóvenes… y estas son buenas bazas”.
El elevado costo de vida en Suiza sumado a la fortaleza del franco han repercutido en el número de visitantes europeos en destinos turísticos helvéticos en los últimos años. Y la industria hostelera cifra hoy sus esperanzas en mercados emergentes como China.
Entre 2008 y 2011, las pernoctaciones en los hoteles suizos cayeron un 4,9%, según la Oficina Federal de Estadística. En 2012, el retroceso fue del 2%. Y en 2013 se registró una ligera recuperación con respecto al año previo.
Las regiones alpinas han sido las más castigadas al no ser destino de viajes de negocios, el nicho que ha permitido salir adelante a la hotelería en ciudades grandes como Zúrich.
El sector ha sentido también los efectos del clima inusualmente cálido y la disminución de esquiadores jóvenes durante esta estación invernal. El número de visitantes en destinos invernales suizos cayó 11,6% en febrero de 2014 con respecto al mismo mes de 2013, según el dominical SonntagsZeitung.
Los cantones del Valais y los Grisones sufrieron el peor descalabro, con caídas del 16 y 13%, respectivamente, mientras los esquiadores que acuden al Oberland Bernés se redujeron un 10%.
Hospitalidad vs finanzas
El presidente de hotelleriesuisse apuesta claramente por poner buena cara al mal tiempo, aunque es imposible ignorar que la industria hotelera tiene en contra factores antes citados, como sus complejos horarios, bajos salarios y la competencia constante de empleos mejor remunerados en los centros urbanos suizos. Así que después de todo… ¿por qué trabajar en esta industria?
Roger Nafzger, joven suizo que se formó en la cocina de un hospital y posteriormente trabajó en la cocina del Mont Cervin Palace de Zermatt durante la estación invernal, ofrece su visión.
“Decir a mi próximo empleador que trabajé en este lugar resulta una estupenda referencia para mi futuro. El jefe de la cocina también es muy conocido”, dice.
“Ciertamente, el entorno laboral es mucho más difícil que en un banco. Pero aquí siempre pasa algo, me gusta trabajar bajo presión. Y creo que aquí puedo realmente potenciar mi desempeño”, añade.
Nafzger considera este empleo invernal como un trampolín para una carrera ascendente que, según sus planes, podrá llevarlo en el futuro a trabajar en el extranjero.
Retener en Suiza a empleados con el perfil de Nafzger, sin embargo, es todo un desafío para la industria turística, si el entusiasmo por trabajar una estación en un equipo internacional se desvanece y los salarios y horarios se convierten en una preocupación permanente.
“Tratamos que este tipo de empleados reciban una formación más amplia para que puedan ascender jerárquicamente”, dice Guglielmo Brentel.
Esta medida busca que la industria turística sea un sector más atractivo para los suizos. Igualmente importante es mejorar la imagen y el prestigio de los empleos, razón por la que esta industria apoya todo esfuerzo que permita mejorar la hotelería suiza. “Esto hará que los jóvenes se dispongan a trabajar, pero sobre todo a seguir trabajando en nuestro sector”, puntualiza.
Traducción del inglés: Andrea Ornelas
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