
Educación inadecuada y estratificación social, causas del alto paro mauritano
Nuakchot, 17 dic (EFE).- Mauritania tiene hoy cerca de medio millón de parados, alrededor del 37 % de su población, un porcentaje que preocupa y cuyas causas apuntan a una inadecuada educación y a la estratificación de la sociedad, que no permite a ciertos grupos étnicos y sociales ejercer determinados oficios.
El ministro de Empleo y Formación Profesional, Taleb Ould Sid’ahmed, ofreció este jueves el dato de desempleo en el país africano durante la puesta en marcha de un programa especial para apoyar el empleo, la formación profesional y los jóvenes dotado de 34.000 millones de ouguiya (82 millones de euros).
Todos los estudios realizados sobre este tema y las opiniones de expertos convergen para señalar con el dedo la calidad de la educación seguida en el país.
«Nuestra educación simplemente no se adapta a las necesidades del mercado laboral», recalcó Sid’ahmed, quien señaló la paradójica abundancia de oportunidades laborales, pero que a menudo benefician a los extranjeros por falta de mano de obra cualificada local.
Esta deficiencia en el sistema educativo mauritano ha sido, durante varios años, un verdadero dolor de cabeza para los distintos gobiernos que se han sucedido al frente del país, varios de los cuales han lanzado reformas que no han cambiado la situación. La última acaba de ser objeto de amplias consultas y aún no se ha fijado una fecha para su implementación.
Pero el desempleo no se debe solo a la falta de cualificación, insiste Issa Yenge, un joven propietario de una «start-up» de Nuakchot consultado por Efe.
«Hay una infinidad de oficios que pueden servir de fuente de ingresos a los mauritanos, pero muchos se resisten a practicarlos», denuncia.
Yenge cita en este contexto el trabajo manual, como el de los carreteros que venden barriles de agua en áreas sin canalizaciones, o que transportan mercancías de un lugar a otro.
Esta profesión es del dominio exclusivo de los «haratine» (descendientes de exesclavos), mientras que los «moros» (árabo-bereberes), antiguos amos de los anteriores, la rechazan por considerarla degradante.
Dichos oficios también incluyen a empleados de talleres de automóviles como mecánicos, electricistas, trabajadores de chapa o tapiceros de vehículos. Casi en su totalidad, estos son trabajos ocupados por personas del componente negro-africano primero y de los «haratine» en segundo lugar.
También hay una gran variedad de otros pequeños oficios, como estibadores, trabajadores de la construcción, lavadores, sirvientes y conductores, por nombrar algunos, reservados tradicionalmente a una parte de la población.
A estos se suman los trabajos específicos que se transmiten de generación en generación dentro de un determinado estrato social, como los herreros, ganaderos o agricultores.
«Mientras una parte de la población se niegue a dedicarse a un tipo de profesión, es imposible reducir el desempleo», lamenta Yenge, para quien es un problema social que tardará en desaparecer.
Durante el lanzamiento del programa especial, el presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, anunció la asignación de 34.000 millones de ouguiya (82 millones de euros) para la promoción del empleo y la formación de los jóvenes.
mo/mt/pi
© EFE 2021. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los contenidos de los servicios de Efe, sin previo y expreso consentimiento de la Agencia EFE S.A.