
El apoyo a Gaza se suma a marcha de miles de personas en recuerdo a matanza de Tlatelolco
Diego Cubillas
Ciudad de México, 2 oct (EFE).- Con un fuerte apoyo a la causa palestina y bajo el grito “2 de octubre no se olvida”, miles de manifestantes salieron este miércoles a las calles de Ciudad de México exigiendo justicia y verdad sobre la matanza estudiantil ocurrida hace 57 años, en 1968, en la que más de 300 personas fueron asesinadas en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, por parte de las Fuerzas Armadas y grupos paramilitares mexicanos.
Partiendo del emblemático lugar caracterizado por las ruinas prehispánicas y coloniales, supervivientes de la masacre, estudiantes y colectivos marcharon en dirección al Zócalo capitalino reclamando el esclarecimiento sobre los crímenes de Estado ocurridos en la historia reciente de México, así como el fin del “genocidio” en Gaza.
“Esperamos que se haga la justicia que no se ha dado en 57 años”, afirmó Luis Tuñón Arriaga, uno de los supervivientes de la masacre y participante de la organización ‘Comité 68’, creada con el objetivo de denunciar a los responsables de la muerte de aquella tarde.
Como cada año desde lo ocurrido, Tuñón explicó que los jóvenes de aquella generación volvieron a salir a las calles el 10 de junio de 1971 cuando de nuevo ocurrió otra matanza contra estudiantes, la del Jueves de Corpus o Halconza, porque “si no salíamos, iba a ser difícil que después volviéramos a retomar las calles”.
Este miércoles, 57 años después, un gran número de jóvenes mexicanos imitaron a sus antecesores acompañando a la marcha, entre ellos, Tamara Ramírez, estudiante de preparatoria, quien afirmó: “A día de hoy el Estado nos sigue matando, nos faltan 43, los desaparecidos están en un tope y hay madres buscadoras buscando a sus hijos (…) Tenemos que ser conscientes de que no fue solamente antes, es ahora y seguirá siendo si no hacemos nada”.
Otro joven, Fernando David Sánchez, integrante del contingente de estudiantes de química de la FES Cuautitlán de la UNAM, señaló: “no es miedo, pero si una prevención a que no vuelva a pasar lo ocurrido. Es seguir peleando por nuestros derechos y seguir poniendo en alto lo que nuestros compañeros antepasados hicieron y no dejarlo perder”.
La causa palestina en la marcha
Además de la conmemoración a la masacre de Tlatelolco y la denuncia social sobre la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa en septiembre de 2014, los cánticos y gritos estuvieron enfocados a la causa palestina y el conflicto armado entre Israel y el grupo terrorista Hamás.
“En el 68 había una gran demanda con respecto a la guerra de Vietnam, los movimientos estudiantiles en pro de causas humanitarias siempre han estado ligados a protestas en contras de las matanzas y los genocidios (…) Hay una crisis humanitaria global, primero fue en México y, lamentablemente, ahora es en Palestina”, afirmó Eric Rómulo, uno de los manifestantes que acudió a la convocatoria con una bandera palestina.
Junto a Rómulo, varios centenares de personas reclamaron que las fuerzas militares israelíes abandonen el terreno palestino, que se abra un corredor humanitario para asegurar el bienestar de los habitantes de la Franja de Gaza, y que el Gobierno mexicano rompa lazos con Israel y “se posicione frente al genocidio”.
Violencia de grupos antisistema
La columna de manifestantes, encabezada por los supervivientes del 68, recorrió el Eje Central Lázaro Cárdenas en dirección a un Zócalo amurallado para “proteger monumentos y patrimonio histórico que han sido afectados en otras protestas”, afirmó en su comparecencia matinal la presidenta del país, Claudia Sheinbaum.
Allí, en la que es una de las plazas más grandes del mundo, manifestantes encapuchados atacaron a agentes de policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y periodistas, asaltaron joyerías y vandalizaron diferentes negocios, causando heridos que tuvieron que ser evacuados de la plaza por medios sanitarios en los escudos de protección policial.
El año pasado, en los primeros días de la administración Sheinbaum, el Estado admitió la responsabilidad política por la represión al movimiento estudiantil de 1968, ofreciendo una disculpa pública a víctimas y familiares, y comprometiéndose a garantizar que no se repitan actos de represión, desapariciones forzadas, tortura, ni el uso de fuerzas armadas contra la población. EFE
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