El fútbol femenino chileno crea sindicato y avanza en su profesionalización
María José Rey
Santiago de Chile, 26 dic (EFE).- El fútbol femenino chileno ha anunciado para la temporada de 2026 la constitución del Sindicato de Jugadoras de Fútbol Profesional, con el que gana reconocimiento legal y capacidad de negociación colectiva en su proceso de profesionalización.
Lo que comenzó como la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (Anjuf) se ha transformado en un sindicato que, más allá de la figura jurídica, transformará la manera en que las futbolistas se organizan y negocian mejores condiciones laborales.
Fue establecido con 32 jugadoras y exfutbolistas.
La primera presidenta es Javiera Moreno, quien describió como “un salto cualitativo” el nacimiento del sindicato.
“Transforma el diálogo de buena voluntad en derechos laborales exigibles con reconocimiento legal pleno”, explicó a EFE la directora Camila García.
Desde que en 2022 el fútbol femenino en Chile se profesionalizó con una Ley, las futbolistas esperaron tres años hasta que todos los clubes de Primera División y el Ascenso firmaron contratos con el 100 por ciento de las jugadoras para encaminarse a una etapa en la que dejarán de pedir permiso para ocupar su lugar.
“Ahora la negociación colectiva es una obligación legal para los empleadores, no depende de su voluntad como cuando éramos asociación”, añadió.
El fuero sindical otorga protección laboral y derecho a interlocución con la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
“La afiliación sigue abierta y esperamos cubrir todo Chile en 2026. La cuota debe ser fijada en una próxima asamblea y tendrá relación con los ingresos de las jugadoras de ambas divisiones”, comentó.
Unas 700 jugadoras componen el universo de futbolistas con contrato profesional en ambas divisiones, que en su mayoría perciben el sueldo mínimo que en Chile es de 539.000 pesos (595 dólares), es decir, una media de 20 dólares al día.
Primeras batallas de agenda
El nuevo sindicato parte con los logros previos de la Anjuf, que avanzó en la cobertura médica para las jugadoras y normativas contra el abuso. Ahora, con respaldo legal, se sentarán en la mesa con la ANFP para discutir las grandes decisiones.
“La primera acción concreta será continuar las conversaciones con respecto a las bases del campeonato”, aseguró García.
En la mira está establecer un mínimo de semanas para las pretemporadas –para reducir el riesgo de lesiones–, fortalecer el torneo de ascenso que se juega fraccionado en tres zonas y el acceso a los estadios.
“Nos preocupa la visibilidad. Actualmente, cerca del 30% de los partidos de Primera División no se transmiten, y gran parte de los que sí salen al aire lo hacen con estándares técnicos bajos”, expuso.
El fútbol femenino chileno ahora será más exigente, sus jugadoras ya no solo compiten dentro de la cancha, sino que también negocian en igualdad fuera de ella en busca de condiciones equitativas.
“Es un cambio que nos da herramientas concretas para generar mejoras reales”, concluyó García. EFE
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