
El futuro de la conservación de la naturaleza pasa por las grandes urbes
Redacción Medioambiente, 14 oct (EFE).- El futuro de la conservación de la naturaleza no depende solo de la protección de reservas remotas: pasará cada vez más por las decisiones de las autoridades y los habitantes de las grandes urbes, en las que viven y consumen 4.500 millones de personas.
Esta es una de las conclusiones a las que han llegado los participantes en el congreso que la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN) celebrada en Abu Dabi (Emiratos Árabes), donde se han trazado las pautas del futuro de la conservación.
La implicación del sector privado será otro de los grandes ejes de aquí a 2040.
La IUCN ha recordado que el 56 % de la población mundial vive en ciudades, porcentaje que aumentará hasta el 68 % en 2050 (potencialmente 6.700 millones de personas). Son consumidores que, con su demanda de recursos, «a menudo contribuyen a la sobreexplotación» de la naturaleza.
Los patrones de consumo urbano han tenido tradicionalmente «importantes repercusiones negativas para la biodiversidad» y han supuesto «la pérdida inmediata de hábitats para construir infraestructuras».
Por ello, «la forma en que la urbanización y el consumo sigan desarrollándose será un factor determinante» para el futuro de la naturaleza.
El esfuerzo, señala el organismo, «va mucho más allá de la creación de espacios verdes y la plantación de árboles urbanos» y comienza «con la creación de coaliciones y alianzas proactivas con las estructuras y autoridades gubernamentales locales, para garantizar que las consideraciones sobre la biodiversidad se incorporen en la planificación urbana y la toma de decisiones».
«Las 10.000 ciudades del mundo tienen un impacto enorme que va mucho más allá del 3 % de la superficie terrestre que ocupan, en particular a través de sus demandas de recursos más allá de sus fronteras», dice la hoja de ruta.
Más allá de las políticas emprendidas por las autoridades municipales, la IUCN ha reconocido que «en última instancia, la sostenibilidad de las ciudades está en manos de sus ciudadanos», por lo que será fundamental garantizar «que se restablezca el vínculo, a menudo roto, entre las personas y la naturaleza».
¿Cómo? Facilitando medidas de conservación basadas en el territorio, cambiando los patrones de consumo, abordando el problema de los residuos y la contaminación (atmosférica, acuática, acústica, lumínica y por plásticos), apoyando planes de estudio escolares, incorporando la biodiversidad en eventos deportivos y culturales, enumera.
En busca de recursos privados
Los participantes en el congreso han coincidido en que «un reto importante» para cumplir los objetivos de lUCN «es la realineación de los sistemas financieros y económicos, de tal manera que funcionen en consonancia con la naturaleza».
El organismo recuerda que «la naturaleza es la base de las economías y las personas dependen de los recursos naturales para obtener alimentos, agua, aire limpio, materias primas, inversiones empresariales, empleo e ingresos fiscales».
«La necesidad de establecer relaciones significativas con un nuevo conjunto de socios se vuelve aún más urgente», han apuntado los asistentes a una cumbre que concluirá este miércoles tras siete días de debates.
«Muchas de las colaboraciones existentes y potenciales de la Unión con el sector privado serán valiosas, tanto a nivel de empresas individuales como de asociaciones industriales», han indicado, antes de admitir que tendrán que trabajar «con un abanico más amplio de autoridades reguladoras».
La IUCN se ha comprometido a «explorar la filantropía y la recaudación de fondos, así como el potencial de las empresas basadas en la naturaleza, para diversificar las fuentes de ingresos». EFE
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