El novillero Emiliano Osornio repite oreja en Ciudad de México

Ciudad de México, 7 oct (EFE).- La cuarta corrida del serial de novilladas de la Plaza Arroyo de Ciudad de México finalizó con una oreja para el mexicano Emiliano Osornio, en el que se registró tres cuartos de aforo.

Los también mexicanos novilleros Juan Querencia, Alejandro Moreno y César Pacheco no cortaron apéndices.

El hierro de Los Cues envió cuatro novillos correctos de presentación, flojos y mansos, salvo el noblote cierra plaza.

Se acerca la final de esta vigésima novena temporada de novilladas, concurso de la Plaza Arroyo.

La constante ha sido hasta el momento la mansedumbre y debilidad del ganado, sumado por al poco riesgo tomado en general por los aspirantes a matador.

Hoy los novillos de Los Cues no fueron la excepción y dejaron una pobre impresión, a pesar de dos arrastres lentos.

Los cuatro jóvenes espadas tampoco rompieron la media de precauciones y distancias. Algunos con evidentes cualidades para dar más de sí.

Es el caso de Emiliano Osornio, quien logró un apéndice al cuarto de la tarde.

El mexicano, en su tercera comparecencia del actual ciclo, toreó a un bovino de alzada presencia en una tanda con la muleta desmayada y cadencia, muy vitoreada con oles, pero siempre sobre el pitón cercano.

Osornio volvió con la mano siniestra, asomándose esta vez al contrario, pero ya quedaba poco novillo.

Con la medida tomada y el apoyo del público de La Arroyo, así como con el conocimiento suficiente para lidiar cuadrúpedo sin que se desplomara, Osornio se gustó confiado.

No se resistió a un cambio de mano y continuó faena citando con la muleta atrasada y ligando la bondadosa embestida del astado.

Rubricó con estocada y descabello. El juez cedió oreja a Osornio. Segunda en este serial de novilladas de la Arroyo.

El primero de Los Cues y el también torero mexicano, Juan Querencia, iniciaron su confrontación con prudencia de embestida y lugar, al citar respectivamente.

El novillo confirmó en el peto y banderillas la ausencia de casta y fuerza. En la muleta se caía.

El de luces en la fase de muleta sumó a las precauciones pico y distancia.

Dejó algún pase aseado en redondo al manso. Mató de caída y algunos aficionados solicitaron con enfado una oreja que el juez con argumentos evidentes negó.

Dio vuelta al ruedo. Si no era muy comprensible el aplauso al aspecto del novillo, menos aún los emitidos en el arrastre.

Alejandro Moreno, con un animal de correcta presentación, debió apurarse por no ser arroyado por el toro, ya que recortaba el viaje.

Con la tela corta, Moreno, advertido, puso la muleta lejos de su tronco, pero esto solo allanó el camino al manso.

Se llevó el joven mexicano varías volteretas propiciadas por la peligrosa y endeble res.

Pasó una cuesta arriba también para finiquitar al de Los Cues.

El parte final de enfermería fue de puntazo en el escroto y golpe en la cabeza.

En el tercero de la tarde, alzado de figura, pero un tanto esmirriado. Primero, el picador Omar Morales, luego unos delantales de Pacheco y un par de Claudio Montanier, dejaron los primeros lances vistosos del festejo.

El novillo de embestida dubitativa tomaba la muleta sin claridad, pero con cierta casta.

Con la derecha, Pacheco estuvo a punto de sacar juego de lo segundo, pero prefirió acomodarse en la distancia.

Gustaron en los tendidos unos naturales, de uno en uno, tras carreras cortas para recuperar lo perdido al citar y largos rematados con vuelo.

Con el lado diestro replicó fórmula, añadió el gesto en redondo, tan abusado por muchos de los nuevos espadas.

Mató recibiendo de un poco más de media estocada, que la cuadrilla se esforzó en hacer suficiente sin éxito.

Tras aviso recurrió con acierto al descabello y vuelta al ruedo para Pacheco. EFE

bi/jsm/laa

(foto)

© EFE 2023. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los contenidos de los servicios de Efe, sin previo y expreso consentimiento de la Agencia EFE S.A.