
El PKK kurdo, más de cuatro décadas de lucha armada contra el Estado de Turquía
Estambul, 11 jul (EFE).- Con la entrega y destrucción de armas iniciada este viernes en el norte de Irak, la lucha armada del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda en Turquía, parece llegar a su fin tras más de cuatro décadas.
El llamamiento al fin de la lucha armada del PKK llegó en febrero pasado por el histórico fundador del PKK, Abdullah Öcalan, encarcelado desde 1999.
Öcalan fundó el PKK en 1978 con el objetivo de crear un país independiente, unificando zonas de Turquía, Irán, Irak y Siria donde se concentran los kurdos.
La primera acción de la guerrilla fue el 15 de agosto de 1984, cuando los rebeldes kurdos atacaron y tomaron durante varias horas el control de Eruh y Semdinli, dos localidades del sureste de Turquía.
Más de 45.000 muertos
Desde entonces, se estima que más de 45.000 personas han muerto en atentados, ataques y operaciones militares de esta guerra no declarada contra el Estado turco.
Öcalan fue detenido el 15 de febrero de 1999 en una operación de los servicios secretos turcos en Kenia, trasladado a Turquía, juzgado por alta traición y condenado a cadena perpetua, que cumple en régimen de aislamiento en la prisión-isla de Imrali, frente a la costa de Estambul.
Su llamamiento al desarme llegó tras meses de contactos entre el partido progresista prokurdo DEM y el Gobierno islamista turco.
El nuevo intento de acabar con el conflicto había comenzado en octubre de 2024, cuando Devlet Bahceli, el líder del partido ultranacionalista MHP y aliado del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, propuso que Öcalan acudiera al Parlamento para pedir públicamente el fin de la violencia.
Derechos para los kurdos
El PKK y Öcalan abandonaron hace tiempo su pretensión de lograr la independencia de entre los 10 y 15 millones de kurdos de Turquía, el 18 % de la población del país eurasiático.
Ahora reclaman más derechos políticos y culturales para una minoría sometida a represión por el mero hecho de no usar el turco como su idioma principal y reivindicar su condición de kurdos.
Esta iniciativa ha sido precedida por varios intentos de negociación y declaraciones de alto el fuego, como en 1999 y 2009, pero fue en 2013 cuando una carta abierta de Öcalan anunció un cambio radical, al renunciar explícitamente a la aspiración de un territorio independiente y pedir la integración de la población kurda en una Turquía democrática.
Las negociaciones, con mediación del partido HPD, el precursor del actual DEM, avanzaron, pero se rompieron en 2015, en el ambiente de la campaña electoral de aquel año, en el que el partido del actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, percibía al bloque kurdo como adversario político.
Durante 2016 se intensificaron los combates en el sureste de Anatolia, con el ejército turco bombardeando barrios tomados por jóvenes simpatizantes de la guerrilla.
En los años posteriores, las acciones del PKK en suelo turco se hicieron más infrecuentes y los enfrentamientos se trasladaron al norte de Irak, retaguardia de la guerrilla, donde las Fuerzas Armadas turcas controlan desde hace años una franja de varias decenas de kilómetros.
El laboratorio de ideas ‘International Crisis Group’ estima que desde 2015 han muerto más de 7.000 personas, de ellos 646 civiles, 1.494 miembros de las fuerzas de seguridad turcas y casi 4.800 guerrilleros.
Siria en la ecuación
También en Siria, Turquía ocupa desde 2016 una amplia franja de terreno y combate allí a las YPG, una milicia kurdosiria que Ankara considera una mera filial del PKK.
Aunque hay vínculos claros entre las dos organizaciones, las YPG han sido durante años aliadas de Estados Unidos en su lucha contra el yihadista Estado Islámico, mientras que el PKK es considerado terrorista tanto por Washington como por la Unión Europea.
Ankara ha exigido numerosas veces la «erradicación» de las YPG, pero tras la reciente caída de la dictadura de Bachar Al Asad en Siria ha señalado su disposición de aceptar el acuerdo de disolución y integración en las fuerzas armadas negociado entre las YPG y el nuevo Gobierno de Damasco. EFE
dt-iut-as-jk/cg