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El sector relojero suizo mira a Oriente y al Este

El reloj suizo sigue siendo muy solicitado. Keystone

Este 2005, este sector industrial creció seis veces más rápido que la economía como conjunto, y multiplicó sus ventas a mercados como EEUU, Asia y Rusia.

El lastre de la piratería vulneró al 100% de las empresas del sector, pero las oportunidades de negocio compensaron ampliamente cualquier daño.

La cantidad de historias singulares que ha escrito el sector relojero suizo es casi infinita.

Las dos más destacadas del 2005: hace dos semanas (16.12) fue subastado y vendido en Nueva York por un total de 420.000 francos suizos el reloj que Grant Stockdale regaló a su amigo John F. Kennedy en 1960.

Esta pieza fabricada por la helvética Omega tenía un valor histórico. Fue el reloj que portó en el pulso el día de las elecciones el que sería más tarde el Presidente de los Estados Unidos.

Y un mes antes (14.11), fue vendido en Ginebra -también durante una subasta- el reloj “gran complicación” que perteneció al banquero helvético Henry Graves hijo, en 1926.

Y aunque los años 2002 y 2003 no fueron pródigos con esta industria, el 2004 marcó un punto de inflexión que se consolidó durante el presente 2005 una vez que la economía internacional recuperó bríos.

En concreto, este año la industria relojera creció aproximadamente 8%, es decir, 6 veces más rápido que la economía como conjunto.

Un sólido pilar

El sector relojero suizo es uno de los pilares más sólidos de la economía y de la industria suizas, compitiendo con la maquinaria y la química farmacéutica.

Actualmente es responsable de emplear a más de 44.500 personas cada día.

Compuesta por unas 500 empresas de todas tallas y especialidades –fabricantes de partes, circuitos, engranajes, relojes de pulso, de pared, etcétera-, el sector produce 26 millones de ejemplares al año.

El 95% de ellos se exportan al extranjero, es decir, poco más de 24 millones de relojes. Y sólo 5% de la producción se consume dentro del país.

Cada pieza tiene un valor promedio de 380 francos.

A nivel de exportaciones, el sector relojero le genera al país ganancias por 11.100 millones de francos suizos anuales, una tendencia que habrá de fortalecerse durante los años 2006 y 2007, según las estimaciones del propio sector, representado a través de la Federación de la Industria Relojera Suiza.

El año de Asia

Suiza concentra su exportación relojera en aproximadamente una docena de países.

Sin embargo, el 40% de sus ventas se concentran en sólo tres naciones: Estados Unidos, Hong Kong y Japón, en ese orden.

Dichos mercados le reportan divisas del orden de los 5.000 millones de francos suizos anuales.

Uno poco después en la lista de buenos compradores se ubican Italia, Francia, Alemania y Reino Unido.

Sin embargo, a juicio de Jean-Daniel Pasche, Presidente de la Federación de la Industria Relojera, el verdadero potencial en 2005 –tendencia que se acentuará en 2006- está en los países del Este europeo como Polonia o Hungría.

Rusia es otro mercado que fue altamente rentable para la relojería helvética en 2005.

Amén, por supuesto, China, el gigante asiático que en menos de cinco años ha dejado boquiabierto a la economía capitalista mundial. A Suiza, le compró relojes por 1.300 millones de francos suizos –la mayoría de ellos de lujo- durante el 2003, lo que equivale al 5% de las exportaciones realizadas por el sector.

El daño de la piratería

Este 2005, según estimaciones del sector, se fabricaron alrededor de 25 millones de imitaciones falsas en el mundo. El 80% de ellas en Asia. Justamente son China y Corea los países que más piezas piratas fabrican.

Lo que implica pérdidas del orden de los 1.200 millones de francos suizos anuales.

Un problema adicional: se pone en riesgo el trabajo de los 40.000 empleados dedicados a este sector en Suiza.

Este 2005 (el 18.06), el Instituto Federal de la Propiedad Intelectual de Suiza (IFPI) decidió realizar una radiografía sobre los estragos que genera la piratería a nivel nacional (no sólo en la relojería), para lo que encuestó a 72 ramas productivas.

Concluyó que 4 de cada 10 compañías helvéticas consideran que el problema de las reproducciones ilegales de bienes suizos ha crecido “de forma alarmante” del año 2000 al 2005. Y 6 de cada 10 afirman que han sido afectadas de alguna manera por este delito.

El sector de los artículos de lujo es el más afectado. De hecho, 10 de cada 10 empresas encuestadas afirman haber sido vulneradas por algún tipo de piratería.

Actualmente, el 20% de la relojería pirata suiza se vende en Europa (comprendida la Unión Europea y Suiza misma), Estados Unidos y Canadá (19%), Europa del Este (18%), Asia (18%), América Latina (17%) y África (8%).

Y este año, otra de las vías para la comercialización de relojes suizos piratas fue Internet, vía a través de la cual se ofrecen relojes de marcas reconocidas (como Rolex o Cartier) por la décima parte de su precio real.

Para obtener estas reproducciones es necesario entrar en alguna Web que ofrezca la mercancía, pedirla y pagarla contra la recepción vía cheque. Los defraudadores cambian constantemente de domicilio para evitar ser desmantelados por las autoridades.

Más promoción

El 2005 fue un año de buenas nuevas y también de bajas para el sector relojero.

Uno de los eventos más importantes del año tuvo lugar en primavera (07.04), durante el salón mundial de la Relojería y la joyería Baselworld, que convocó durante ocho días en la ciudad de Basilea a 89.700 participantes.

El precio promedio de los relojes que se vendían: 10.000 francos suizos.

La empresa organizadora fue Richemont (responsable de marcas como Cartier, Piaget, IWC o Jaeger-LeCoultre).

El saldo fue abiertamente positivo.

En contrapartida, en mayo (20.05), la Asociación Interprofesional de Alta Relojería (20.05) desapareció luego de 13 años de operación, paradójicamente, también a iniciativa de Richemont, su fundadora en la ciudad de Calvino en 1992.

Única entidad de su género en el mundo industrial, la AIHH reunía a 11 marcas de relojería suiza como Audemars Piguet, Baume & Mercier, Cartier, Corum, Ebel, Girard-Perregaux, IWC, Jaeger-LeCoultre, Piaget, Vacheron Constantin y Zenith.

swissinfo/Andrea Ornelas

· La industria relojera exporta 95% de lo que produce
· Genera divisas por más de 11.000 millones de francos suizos anuales.
· El sector relojero creció 6 veces más que la economía suiza en 2005
· Da empleo fijo a 44.500 personas

· Los tres principales mercados para los relojes suizos son Estados Unidos, Hong Kong y Japón, en ese orden. Seguidos por Italia, Francia, Alemania y Reino Unido.

· En 2005, y en el futuro, el potencial de crecimiento para la venta de relojes helvéticos está en Europa del Este, Rusia y en países asiáticos como China.

· La piratería afectó a la totalidad de las empresas relojeras y de artículos de lujo de Suiza, según un sondeo realizado en junio del 2005 por el Instituto Federal de la Propiedad Intelectual de Suiza.

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