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El SWX Swiss Exchange crece

Cada año la bolsa de Zúrich moviliza 1,3 billones de francos suizos. Keystone

El mercado de valores helvético nació en el Zúrich del siglo XIX. Luego de múltiples metamorfosis, hoy es una de las nueve bolsas más importantes de Europa.

Atractiva vía de capitalización para las empresas suizas, Panalpina y Cablecom se preparan para comenzar a negociar sus acciones este mes.

La antigua Grecia le llamó emporion, y Roma, collegium mercatorum. Esencialmente eran lo mismo: el encuentro que los comerciantes realizaban siempre el mismo día a la misma hora.

Sin saberlo, ambas sentaban las bases para lo que serían las futuras bolsas de valores del mundo.

Lo demás sólo fue evolucionar hacia estructuras más acabadas, como el mercado bursátil de Amberes (Holanda) en 1531; el de Toulouse (Francia) en 1549, o el de Londres (Gran Bretaña) en 1571.

Suiza se incorporó tardíamente a esta tendencia. A mediados del siglo XVIII para ser exactos. Primero tímidamente y después con tal fuerza, que en el siglo XIX, Zúrich se había convertido en el mercado de valores más importante de Europa.

A 150 años de entonces, la historia sigue escribiendo capítulos. Este jueves (22.09.), por ejemplo, Panalpina –grupo helvético de trasporte y logística-, comienza a cotizar en el mercado de valores nacional.

¿Para qué la bolsa?

Toda bolsa de valores tiene el mismo objetivo: capitalizar a las empresas.

Cuando las compañías pequeñas dejan su estatus de proyecto familiar y requieren fondos para crecer, con frecuencia la banca deja de serles atractiva porque los créditos son costosos.

Hay que salir pues a buscar nuevos inversionistas dispuestos a compartir el proyecto, y con ello, las ganancias o las pérdidas.

Para lograrlo, se otorga un valor objetivo a la empresa (a partir de sus activos, ventas, proyectos, deudas…), y luego se fracciona dicho valor en títulos o acciones que más tarde serán vendidas a otros.

La bolsa de valores es pues el establecimiento legalmente constituido para comerciar dichos títulos a cambio de recursos frescos para las empresas enlistadas.

Dados los volúmenes que se comercian actualmente en el mundo, los propietarios de las empresas y los compradores de acciones no se conocen siquiera. Todo el intercambio se realiza a través de los operadores de bolsa.

Los tres mercados suizos

Para llegar a la actual SWX, hay que retroceder a 1850. Suiza quería una bolsa propia que facilitara el encuentro de los hombres de negocios de la época.

Una bolsa itinerante, que reunía a los textileros y comerciantes de Zúrich, operaba un día en el teatro y otro en el casino. En 1869 encontró un domicilio fijo en la antigua sala de conciertos de la plaza de Sechseläuten.

Cuatro años más tarde, con volúmenes de compra-venta mucho más atractivos, se construyó un edificio especialmente destinado a albergar a la nueva bolsa de valores de Zúrich. Simultáneamente, surgieron las bolsas de Ginebra y Basilea, con operaciones semejantes, pero de menor talla.

El nuevo edificio de la bolsa, que incluso dio nombre a la calle que lo albergaba (Börsentrasse) se inauguró finalmente en 1880.

Y las tres bolsas operaron ininterrumpidamente incluso durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, hasta 1997, año en el que el valor total de los títulos que cotizaba Zúrich había alcanzado ya 1 billón de francos suizos (10 veces más que 20 años antes).

Y de cara a la creciente globalización de la economía mundial, las empresas listadas en el mercado helvético enfrentaban dos retos: la restricción horaria y la falta de informatización.

En respuesta a lo anterior, en 1992 se inauguró el nuevo edificio del SWX Swiss Exchange, en el barrio zuriqués de Selnau, hecho que coincidió con la decisión de cerrar las bolsas de Ginebra y Basilea, que ya no tenían razón de ser. No más operadores gritando en el piso de remates para comprar o vender.

El SWX…

La bolsa es el mejor termómetro de lo que sucede en la economía y en la política de un país. Sensible a las buenas y a las malas nuevas, es capaz de construir y destruir fortunas en cuestión de días.

Actualmente, el SWX Swiss Exchange forma parte de las 9 bolsas más importantes de Europa, al mismo nivel de los mercados de Ámsterdam, Estocolmo, Francfort, Helsinki, Lisboa, París, Londres y Milán.

Cada año, en su interior se realizan alrededor de 14,7 millones de transacciones, y se movilizan recursos del orden de los 1,3 billones de francos suizos. Todo basado en un total de 6.000 títulos listados.

Y como la bolsa es esencialmente una gran empresa en la que se comercia, también cuenta con un consejo de administración formado por representantes de las grandes empresas suizas (cuyas acciones también cotizan dentro del SWX).

Su actual presidente es Reto Francioni, apoyado en la vicepresidencia por Jacques de Saussure, socio de Pictet and Cie; además de Andreas Amschwand, director de la banca de inversión del UBS; Walter Berchtold, director general del Credit Suisse; Raymund Breu, miembro del consejo de Novartis, entre muchos otros.

Panalpina y Cablecom

Este jueves (22.09), Panalpina, empresa suiza de transportes y logística, se estrenará en el SWX.

Toda empresa interesada en “listarse” y formar parte del proyecto, debe cumplir una larga lista de requisitos que la convierten en “empresa pública”, es decir, en compañía sujeta a una serie de reglas, obligada a publicar trimestralmente sus estados financieros y a aceptar sanciones en caso de realizar operaciones indebidas.

Para arrancar, Panalpina pondrá en el mercado 12,7 millones de acciones con un valor aproximado de entre 76 y 88 francos suizos.
Y no es el único caso.

Aún sin fecha definida, Cablecom, compañía helvética especializada en radio y televisión por cable, también quiere formar parte del mercado helvético.

En su caso, el objetivo es desplazar en el futuro de su trono a Swisscom. En este caso se desconoce el monto de acciones a comerciar y también el valor tentativo de ellas, pero ya se sometió a todos los trámites de autorización, para aumentar el dinamismo de un mercado que gracias a las nuevas tecnologías, no cesa jamás.

swissinfo, Andrea Ornelas

La primera bolsa suiza itinerante se fundó en 1850.

Actualmente, el SWX Swiss Exchange es una de las 9 bolsas más importantes de Europa, al nivel de las de Londres, París o Francfort.

Cada año, el SWX realiza 14,7 millones de transacciones y moviliza 1,3 billones de francos suizos.

Hay 6.000 valores listados en la bolsa de Zúrich.

Griegos y romanos sentaron las bases para los mercados bursátiles del mundo. Las primeras bolsas europeas iniciaron operaciones en Holanda, Francia y Gran Bretaña en el siglo XVI.

La primera bolsa suiza surgió en el siglo XVIII y era itinerante, un viernes operaba en el teatro, otro en el casino. Hasta que se estableció la bolsa de Zúrich en 1869.

Tres bolsas operaban en Suiza –Zúrich, Basilea y Ginebra- hasta 1992, año en el que surgió el actual SWX Swiss Exchange, basado en Zúrich.

El objetivo de la bolsa de valores es capitalizar a las empresas dispuestas a vender una parte de su compañía a un amplio grupo de inversionistas.

Panalpina y Cablecom, dos compañías suizas, se incorporan al SWX en estos días.

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