Respaldo a Suiza tras las críticas de Steinbrück
Las declaraciones del ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, de que Suiza es un 'paraíso fiscal' que promueve la evasión han desatado un alud de reacciones.
Suiza paga impuestos a los países de la Unión Europea (UE) por los rendimientos que generan las cuentas de clientes europeos en sus bancos; y colabora con autoridades internacionales en caso de fraude fiscal.
Las declaraciones del ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, de que debe incluirse a Suiza en la ‘lista negra’ de los paraísos fiscales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha desatado un alud de reacciones.
La primera, la ministra suiza de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey expresó, en nombre del gobierno, molestia y tachó de «inadmisibles» las palabras del titular alemán.
La secundaron el gobierno de Austria, los partidos políticos suizos y también los legisladores conservadores alemanes.
Sin embargo, más allá de la política, en los ámbitos técnico y legal, Suiza no puede ser clasificada como ‘paraíso fiscal’ porque –bajo reglas puntuales- colabora en materia impositiva con la Unión Europea (UE) y combate el fraude fiscal.
Suiza y Austria, airadas
«Uno no puede tratar a un país socio de esa manera», fue la frase a partir de la cual la jefa de la diplomacia helvética verbalizó (22.10) su inconformidad frente al discurso lanzado por Peer Steinbrück en París, durante una reunión convocada por Francia y Alemania, a la que acudieron 17 países miembros de OCDE para hablar de transparencia financiera.
Suiza canceló su asistencia al encuentro porque sabía que uno de los temas de la agenda era el intercambio de información fiscal, un tópico sensible y generador de disputas en el que Berna tiene una posición clara: circunscribirse al cumplimiento de los compromisos que tiene pactados con la OCDE y la UE, pero garantizando siempre la solidez del secreto bancario.
Calmy Rey destacó en este sentido que Suiza tiene un permanente ánimo de colaboración en materia de fiscalidad. Prueba de ello es la reunión que tienen agendada en diciembre próximo el presidente suizo, Pascal Couchepin, y su homólogo de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso.
Austria respaldó a Suiza (23.10) a través de su ministra de Finanzas, Ursula Plassnik, quien dijo que ambas naciones «se esfuerzan por respetar los acuerdos internacionales que han suscrito en la materia, por lo que no pueden permitir, en consecuencia, que se les tache de paraísos fiscales».
Inconformidad general
La diputada Martine Brunschwig, presidenta de la Comisión de Política Exterior del Consejo Nacional (cámara baja), se sumó a la defensa de Suiza y rechazó que deba formar de una ‘lista negra’.
La parlamentaria fue un poco más lejos y puso el dedo en la llaga de un problema que enfrenta Alemania desde hace años: «Algunos tendrían que preguntarse por qué sus contribuyentes huyen hacia otros países».
En la misma línea, desde Berna, la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha nacionalista) criticó la falta de tacto del ministro y aseguró, vía un comunicado de prensa, que «en lugar de atacar a un tercer país, Alemania tendría que poner en orden sus negocios internos y reducir sus cargas tributarias».
El partido de ‘Los Verdes’ también calificó de inaceptables las palabras de Steinbrück y afirmó que están influidas por el clima electoral que vive este país.
En Alemania, el ala conservadora del Poder Legislativo también apoyó a Suiza.
«No debemos exagerar la crítica sobre otros países. Y cuando se trate de luchar contra la evasión fiscal, primero hay que trabajar en casa», dijo Otto Bernhardt, presidente de la Comisión de Finanzas del CDU/CSU.
Luchar contra la evasión es una meta común en Europa, pero deben primar el respecto y el raciocinio, puntualizó el político.
No es el «paraíso»
Alemania está condenada a endurecer inevitablemente su política de fiscalización en el futuro inmediato porque el gobierno de Angela Merkel anunció recientemente (13.10) apoyos por el equivalente a 650.000 millones de francos suizos para rescatar de la quiebra a su sistema bancario.
Por lo tanto, nuevos impuestos y cero tolerancia a los evasores se asoman en la agenda. Y Suiza es uno de los destinos preferidos de fortunas alemanas que se ‘fugan’ para reducir la carga fiscal que tienen que enfrentar sus ganancias.
Suiza no está libre de culpa en las acusaciones que se le hacen.
Apenas en agosto pasado, el UBS tuvo que disculparse públicamente ante el Senado de los EEUU, luego de que fuera acusado –y se probaran los cargos- por registrar 19.000 cuentas de clientes estadounidenses, con un valor sumado de 18.800 millones de francos suizos, que jamás fueron notificadas ante el fisco de aquel país y que, en consecuencia, evadieron los impuestos que debían pagar las ganancias generadas.
No obstante, legalmente Suiza no puede ser considerada un ‘paraíso fiscal’ por al menos dos razones:
1) Como la mayoría de los estados, Suiza persigue el delito de fraude fiscal y anula el secreto bancario para intercambiar información con otros gobiernos cuando este ilícito se prueba.
2) Tiene vigentes con la UE hasta 2013 –año en el que serán revaluados-, una serie de acuerdos que le comprometen a transferir los impuestos correspondientes a las ganancias que generan las cuentas de europeos de la UE en territorio helvético, con ello, garantiza que no exista evasión.
swissinfo, Andrea Ornelas
Suiza es miembro de la OCDE –y parte de los países fundadores- desde 1961.
El secreto bancario suizo está fundamentado en el art. 47 de la Ley Federal de la Banca y las Cajas de Ahorro vigente desde 1934.
Se aplica desde que un cliente se acerca a la banca (aunque no abra una cuenta) y mantiene vigencia incluso después de haberse cancelado un contrato.
Suiza convocó el miércoles (22.10.) al embajador de Alemania, Axel Berg, para expresarle su «sorpresa y desconecto» por las declaraciones del ministro de Finanzas, Peer Steinbrück.
Berg expresó por escrito que espera que pronto ambos gobiernos logren acuerdos concertados en materia de fiscalización.
Suiza transfiere a los países de la UE el 15% de las ganancias que generan las inversiones de sus clientes europeos en territorio helvético.
Esta medida busca evitar la evasión de los ciudadanos de la UE, pero no compromete a Suiza a revelar el nombre de su clientela, protegida por el secreto bancario.
La plaza financiera suiza sólo intercambia información personal de sus clientes bancarios en caso de:
Delitos como blanqueo de dinero, drogas o fraude fiscal; herencias o divorcios en litigio; situaciones políticas excepcionales (gobiernos que prueban el enriquecimiento ilícito de algún político que depositó sus haberes en Suiza).
La OCDE sólo considera ‘paraísos fiscales’ que no cooperan con el intercambio de información internacional, a tres estados: Andorra, Liechtenstein y Mónaco
El organismo basado en París tiene también un listado de países y dependencias británicas, a los que exhorta a aumentar la transparencia de su flujo informativo (financiero y fiscal):
Anguila (territorio británico), Antigua y Barbados, Antillas holandesas, Aruba, Las Bahamas, Bahrein, Belice, Las Bermudas
Chipre, República Dominica, Gibraltar, Granada, Guernesey, Islas Caimán, Islas Cook, Isla de Man, Islas Marshall, Isla Mauricio, Islas Vírgenes británicas, Islas Vírgenes de Estados Unidos, Jersey, Liberia, Malta, Montserrat, Nauru, Niue, Panamá, Samoa, St. Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Marino, San Vicente y las Granadinas, Seychelles, Turcos y Caicos, Vanuatu
Fuente: Red Justicia Fiscal
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