Suiza financia nuevo fondo contra el lavado de dinero
Berna donará 5,6 millones de francos suizos a una estructura fiduciaria creada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para combatir el blanqueo de capitales y el financiamiento del terrorismo.
La plaza financiera helvética busca una imagen cada más transparente, razón por la cual está dispuesta a flexibilizar su secreto bancario y ser más rigurosa en el registro de operaciones sospechosas.
El mundo cierra filas contra los delitos financieros. Una decisión perfectamente comprensible cuando se conoce que el lavado de dinero involucra actualmente fondos que equivalen a entre el 3 y 5% del PIB mundial, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el escenario más modesto (3% del PIB mundial), se trata de 2,6 billones de francos suizos -producto de actividades ilícitas que intentan camuflarse en la banca tradicional para luego ser retirados. Esta suma sería suficiente para pagar 3 veces el rescate bancario anunciado por el gobierno de Barack Obama.
Como parte de este compromiso internacional, el pasado 7 de julio en Zúrich Suiza firmó con el FMI un donativo por 5,6 millones de francos suizos para el nuevo Fondo fiduciario para combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo (FLD/FT), entidad que inició operaciones el pasado 1 de mayo y cuyo comité principal preside Suiza este 2009.
Sistemas financieros transparentes
La comunidad internacional ha hecho de la lucha contra el blanqueo de dinero y el financiamiento del terrorismo una prioridad absoluta. Y cada vez son más los donadores de recursos para este objetivo, anunció en Zúrich, Murilo Portugal, subdirector gerente del FMI.
La responsable de firmar el compromiso por parte del gobierno helvético, Beatrice Maser Mallor, jefa de Cooperación Económica y Desarrollo de la Secretaría de Estado de Economía (Seco), subrayó que Suiza tiene especial interés por ser parte de ese esfuerzo mundial por construir un sistema financiero cada vez más transparente.
Durante la ceremonia, Portugal y Maser coincidieron en la importancia de que cada país aplique sus propios mecanismos para identificar operaciones sospechosas, y exhortaron al resto de los socios del FMI a una supervisión financiera de calidad que promueva sanas prácticas cotidianas.
Por el momento, el nuevo FLD/FT cuenta con un presupuesto de 34 millones de francos suizos, aportados por Suiza, Noruega, Japón, Arabia Saudí, Reino Unido, Luxemburgo, Corea y Francia, que serán desembolsados a lo largo de los próximos cinco años para aumentar la capacitación, asesoría y supervisión de los sistemas financieros.
Suiza, más operaciones sospechosas
En 2008, Suiza registró un número récord de operaciones sospechosas dentro de su sistema financiero.
El Buró de Comunicación en Materia de Lavado de Dinero, dependiente de la Oficina Federal de Policía (OFP), recibió un total de 851 notificaciones por parte de diversas instituciones financieras, un 7% más que en 2007.
Los avisos involucraron operaciones por 1.870 millones de francos suizos, que corresponden a gestiones poco habituales (por su monto o características), con lo que podrían estar ligadas a un delito.
Cabe recordar que cuando los bancos transmiten información al Buró de Comunicaciones en Materia de Lavado de Dinero, no existe la certeza de que las operaciones en cuestión sean producto de un delito; sólo el registro de una operación sospechosa que, en consecuencia, exige ser investigada con mayor detalle.
De acuerdo con esa instancia, el blanqueo de capitales y el financiamiento terrorista son dos de las actividades que más minan la estabilidad de los sistemas financieros, porque tienen un efecto negativo claro sobre la inversión extranjera.
Herramientas suizas
Suiza cuenta con un sólido marco legal para combatir los delitos financieros.
El artículo 305 del Código Penal castiga a las instituciones financieras (bancos, aseguradoras, etcétera), que no conocen en detalle a sus clientes (principio internacional del ‘know your customer’), tomando el riesgo de aceptar fondos que pueden proceder de actividades ilícitas.
En su artículo 260, el Código Penal sanciona, por otra parte, a todo empleado que participe o consienta el desarrollo de actividades criminales a través del sistema financiero.
Al esfuerzo de las entidades financieras se suma el trabajo que realiza la Asociación Suiza de Banqueros (ASB), como cabeza de sector, y FINMA, autoridad supervisora del sistema financiero suizo, como responsable del buen funcionamiento de la plaza financiera helvética.
Sin embargo, los esfuerzos colegiados siguen sin ser suficientes.
Durante el último año, Suiza ha sido cuestionada en múltiples ocasiones por la opacidad de su sistema bancario vía países como Estados Unidos, Alemania o Francia, que la acusan de encubrir abusos y delitos en nombre del secreto bancario.
Suiza, en tanto, trabaja en apegarse a los criterios internacionales.
Concretamente, aceptó en marzo pasado firmar 12 convenios para evitar la doble tributación bajo principios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Una decisión que la compromete a flexibilizar su secreto bancario, al otorgar información confidencial de sus clientes extranjeros a otros gobiernos cuando se presuma evasión fiscal. A cambio aguarda integrarse a la ‘lista blanca’ de país colaboradoras en materia fiscal y financiera.
Los avances son claros y están puestos sobre la mesa. Pero aún hay mucho más por hacer para evitar un sistema financiero internacional que no deje rendija alguna abierta al delito.
Andrea Ornelas, swissinfo.ch
El sistema financiero suizo cuenta con 330 bancos, 260 aseguradoras y 2.530 cajas de pensiones.
Suiza ha firmado ya 9 convenios para evitar la doble tributación (CDI) en línea con los criterios de intercambio de información bancaria y fiscal entre gobiernos que exige la OCDE:
Con EEUU, Polonia, Francia, Japón, Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Holanda y México.
Suiza forma parte del Grupo de Acción Financiera Internacional contra el Blanqueo de Capitales (GAFI), entidad encargada de elaborar normas mundiales para combatir dicho delito, que trabaja de forma coordinada con el FMI, el Banco Mundial y la ONU.
El Fondo fiduciario para combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo -al que Suiza donará 5,6 millones de francos – tiene por misión otorgar asistencia y supervisión a los países miembros del FMI para fortalecer las actividades vinculadas con la lucha contra estos delitos.
El lavado de dinero es el proceso a través del cual las ganancias obtenidas mediante una actividad ilícita intentan disimularse y transferirse a través del sistema financiero para luego ser retiradas y utilizadas como si fueran producto de alguna actividad lícita.
Producto de la crisis financiera que asola al mundo y, concretamente, de la quiebra que vivió en 2008 el banco estadounidense Lehman Brothers, el número de demandas de clientes de la banca suiza creció un 180% el año pasado.
De acuerdo con el ombudsman de los bancos suizos, Hanspeter Häni, el número de inconformidades presentadas por los usuarios de la banca sumó 4.144 casos, frente a los 2.535 casos de 2007.
Y según el defensor de los usuarios del sistema financiero, Hanspeter Häni, las quejas crecieron de forma exponencial a partir de septiembre, justo después de anunciarse la quiebra del banco americano.
Cabe recordar que la banca suiza tenía derecho a comerciar instrumentos de Lehman Brothers. Y en palabras del ombudsman, «muchos clientes no habrían adquirido los títulos que hoy están en problemas si su consejero financiero les hubiera indicado con claridad que era emitido por una banco estadounidense».
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