Sulzer: historia anunciada de una desintegración
Es un nombre de gran reputación en el sector de las empresas industriales tecnológicas de Suiza, pero una serie de reajustes introducidos en los últimos años han dificultado su posicionamiento en el mercado internacional. Esta situación y el futuro de la firma podrían cambiar este jueves.
La asamblea general de accionistas decidirá el provenir de Sulzer. En los últimos tiempos, Sulzer ha cambiado ejecutivos y rumbos estratégicos que no han dado los resultados esperados y han dañado el prestigio de la firma.
Aprovechando este cuadro incómodo entra en escena la compañía de inversiones Incentive Capital, de René Braginsky, accionista importante de Sulzer, con la intención de obtener el dominio de la empresa, contra la voluntad de la Dirección.
En realidad, tres grupos con intereses opuestos se disputarán el futuro de Sulzer en la asamblea general: los accionistas, los patrones de la empresa e Incentive Capital, de René Braginsky.
Los accionistas no representan un grupo uniforme. Un importante segmento de ellos está unido por su profundo sentimiento y apego al nombre y al espíritu de Sulzer.
Se opone a la venta o a la desintegración de la empresa. Sus intereses contrastan con los de los inversionistas institucionales, es decir bancos, compañías de seguros y fondos de inversiones, que anteponen la visión estrictamente económica y de rentabilidad.
Con este telón de fondo, el accionista René Braginsky espera obtener el control Sulzer en la importante cita del jueves. Tratará seguramente de eliminar las restricciones que existen en materia de votos y en el registro de las acciones.
Braginsky pretende colocar a su gente en el Consejo de Administración de Sulzer antes de tomar el mando efectivo de la empresa. Si esta estrategia tiene éxito, Incentive Capital separaría la parte industrial (maquinas textiles, compresoras, turbinas) de la sección medicinal. Así contaría con tres opciones: desarrollar las empresas por vías separadas, venderlas o independizarse totalmente de Sulzer.
La dirección de Sulzer se opone al plan de Braginsky, pero sus proyectos y opciones no varían mucho de las ideas de su adversario. Los ejecutivos actuales de Sulzer prevén también una separación de las diferentes actividades del grupo.
El punto crucial es, obviamente, el precio ofrecido por Incentive Capital. Los directivos consideran que es demasiado bajo, mientras algunos críticos y analistas recuerdan que el precio está siempre en función del potencial de una empresa, factor que ha devaluado las acciones de Sulzer en los últimos años.
Quien decidirá el valor justo de Sulzer es fundamentalmente la Bolsa de valores. Cabe destacar que la firma tiene una cotización promedio menor al índice bursátil de la industria de la maquinaria de Suiza.
Las opiniones están divididas sobre lo que puede pasar este jueves en la asamblea general de accionistas. Los empleados de la empresa no confían mucho ni en la actual Administración de Sulzer ni en la oferta de René Braginsky. Esperan más bien una solución que garantice el mayor número posible de puestos de trabajo. Abogan por la estrategia que no permita la destrucción de la empresa, destrucción que se encuentra en un estado avanzado.
Erwin Dettling
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