
Glaciares de Asia Central: la anomalía que parecía inmune al cambio climático podría llegar a su fin

Los glaciares del Pamir, en Asia Central, estaban entre los pocos del mundo que se mantenían estables e incluso mostraban signos de crecimiento. Según un nuevo estudio, esta anomalía podría haber llegado a su fin, con posibles consecuencias para millones de personas que dependen del agua glaciar durante el verano.
Asia Central, con picos que superan los 7.000 metros, alberga algunas de las mayores extensiones de hielo del planeta. La región, que incluye las cadenas montañosas del Pamir y del Hindu Kush, es conocida como el “tercer polo”, ya que, después del Ártico y la Antártida, constituye la tercera reserva de hielo más grande del mundo.
A diferencia de las capas polares, algunos glaciares del Pamir, en Tayikistán, parecían inmunes al aumento de las temperaturas globales. En los últimos treinta años, la exrepública soviética ha perdido más de mil de sus aproximadamente 14.000 glaciares.Enlace externo No obstante, algunos se mantuvieron estables o incluso llegaron a aumentar su volumen.
Esta excepción, conocida como la «anomalía del Pamir-Karakorum», podría haber llegado a su fin. «Eran los únicos glaciares del mundo en buenas condiciones, y algunos incluso aumentaron su masa desde principios de los 2000», explica a Swissinfo Francesca Pellicciotti, glacióloga del Instituto Austriaco de Ciencia y Tecnología (ISTA).
Sin embargo, las observaciones más recientes parecen indicar que incluso los glaciares de Asia Central comienzan ahora a retroceder, agrega Pellicciotti, quien trabajó anteriormente en el Instituto Suizo de Investigación sobre Bosques, Nieve y Paisaje (WSL). Los resultados de su investigación en Tayikistán, iniciada en 2021 con el apoyo de instituciones suizas, se publicaron en septiembre en la revista Nature Communications Earth & Environment.Enlace externo
Estos glaciares constituyen un recurso hídrico crucial para la población y la agricultura de la región, especialmente durante los meses de verano con pocas precipitaciones. Proporcionan agua dulce a aproximadamente 80 millones de personas en Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán y Turkmenistán.
Glaciares, deshielo local e impactos globales
El Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares (WGMSEnlace externo) recopila y analiza datos sobre el balance de masa, el volumen, la extensión y la longitud de los glaciares del planeta. Fue creado en 1986 y tiene su sede en la Universidad de Zúrich, en Suiza. El WGMS cuenta con una red de corresponsales nacionales en más de 40 países.
Con motivo del Año Internacional de la Conservación de los Glaciares, contactamos a algunos de ellos para conocer el estado de los glaciares en sus regiones, las consecuencias del deshielo y las estrategias de adaptación.
¿El fin de la anomalía de los glaciares que crecían?
Con su investigación en Tayikistán, Pellicciotti busca monitorear la evolución de las masas glaciares y entender por qué algunos glaciares crecieron a pesar del aumento de las temperaturas globales.
Algunos estudios sugieren que los vientos catabáticos —corrientes frías que se forman a lo largo de las pendientes de los glaciares más grandes e inclinados— podrían influir. Estos vientos enfrían el aire sobre el glaciar y podrían ralentizar su deshielo.
El grupo internacional de investigación estudió la evolución del glaciar en la cuenca del Kyzylsu, en el noroeste del Pamir. Las mediciones directas en el terreno —de las nevadas, el balance de masa y los recursos hídricos— permitieron, mediante simulaciones, reconstruir el comportamiento del glaciar entre 1999 y 2023.
«Observamos un punto de inflexión importante en 2018: a partir de ese año, el glaciar comenzó a perder masa», afirma Pellicciotti.
Los datos satelitales ya habían mostrado indicios de esta tendencia a escala regional. Sin embargo, el estudio liderado por el ISTA identificó una posible causa del declive: una disminución significativa de las nevadas y, por tanto, del acumulamiento de nieve sobre el glaciar.
Pellicciotti subraya que el monitoreo limitado de este y otros glaciares de Asia Central —sobre todo tras el colapso de la Unión Soviética en 1991— dificulta sacar conclusiones definitivas sobre el fin de la anomalía del Pamir-Karakorum. «Todavía no tenemos la certeza de que lo observado desde 2018 sea una tendencia destinada a perdurar y no una oscilación natural», puntualiza.

El próximo objetivo del proyecto es ampliar la reconstrucción histórica hasta la década de 1970 y simular la evolución futura del glaciar. «Solo así sabremos si nos enfrentamos a un punto de no retorno que podría afectar también a otros glaciares de la región», señala.
No más glaciares por encima de los 4.600 metros
La anomalía del Pamir-Karakorum representa una excepción en una región que ha registrado un deshielo cada vez más rápido. En la cordillera del Tian Shan, que se extiende desde Uzbekistán hasta China, los glaciares se están retirando a un ritmo cuatro veces más rápidoEnlace externo que el promedio mundial.
En Kirguistán, la superficie total de hielo ha disminuido alrededor de un 16 % desde la década de 1970 y podría reducirse a la mitad para 2050, según Ryskul Usubaliev, responsable del Instituto de Geociencias Aplicadas de Asia Central y corresponsal nacional del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares (WGMS), con sede en Suiza. Los glaciares ubicados en crestas por debajo de los 4.500-4.600 metros están destinados a desaparecer.
El calentamiento atmosférico y la disminución de las nevadas no son las únicas causas del retroceso glaciar. También las partículas que se depositan sobre la superficie del hielo, como el polvo procedente de las zonas desérticas y áridas de Asia Central, contribuyen al deshielo. Estos sedimentos reducen la capacidad del hielo de reflejar la luz solar, aumentando la absorción de calor.

La escasez de agua podría aumentar los conflictos transfronterizos
Los glaciares de Tayikistán y Kirguistán alimentan el Amu Darya y el Syr Darya, los dos ríos principales de Asia Central. Estos cursos de agua constituyen la principal fuente hídrica de la región y son esenciales para el riego agrícola y la producción de energía hidroeléctrica.
El cambio climático, la agricultura intensiva y el crecimiento demográfico podrían agravar la escasez de agua en los países situados río abajo en Asia Central, según el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo del AguaEnlace externo, publicado en mayo.
El deshielo de los glaciares tiene un impacto directo sobre la ecología, las reservas hídricas y la economía, explicó Usubaliev en una entrevista de 2024Enlace externo. Sin embargo, incluso si los glaciares desaparecieran por completo, los ríos no se secarían. Otros procesos naturales, como las precipitaciones y el deshielo de la nieve, seguirían alimentándolos, aunque en menor medida que los glaciares.
La escasez de agua podría intensificar los conflictos transfronterizos. Los países situados en la cabecera de los ríos, como Tayikistán y Kirguistán, buscan llenar sus embalses para generar electricidad y calefacción en invierno. En cambio, los países río abajo, como Uzbekistán, necesitan agua para regar sus campos y las extensas plantaciones de algodón. La disminución del aporte glaciar podría poner en riesgo los acuerdos transfronterizos para la gestión del agua.
Glaciares y embalses artificiales
En los últimos años, ingenieros y organizaciones no gubernamentales locales han iniciado experimentos para enfrentar la escasez de agua mediante glaciares artificiales. Estas estructuras de hielo permiten almacenar agua durante el invierno y liberarla gradualmente en verano.
El agua procedente de manantiales de montaña se conduce a través de tuberías subterráneas hacia zonas de menor altitud, donde al salir del suelo se congela y forma acumulaciones de hielo. En Kirguistán ya se han construido más de 30 glaciares artificiales.

Para Francesca Pellicciotti, esta solución relativamente sencilla y económica puede ser una opción para enfrentar la escasez de agua, pero solo a pequeña escala. «Sería mucho más sensato y eficaz almacenar el agua en embalses artificiales», señala.
Los gobiernos de Asia Central están construyendo nuevos embalses, y solo Kirguistán planea construir más de un centenar de ellos antes de 2028Enlace externo. En las partes altas de la cuenca, países como Uzbekistán están, en cambio, experimentando con sistemas de riego más eficientesEnlace externo, con el apoyo de Naciones Unidas y de la Unión Europea.
El objetivo de estos y otros proyectos —que representa también el principal desafío en Asia Central— es recoger cada gota de agua y utilizarla con moderación.
Editado por Gabe Bullard. Adaptado del italiano por Carla Wolff.

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