Hace 60 años, el histórico discurso de Lumumba marcó la independencia del Congo

La República Democrática del Congo celebra el martes los 60 años de independencia de Bélgica y también recodará a Patrice Lumumba, uno de sus héroes e icono de quienes exigen que las antiguas potencias coloniales hagan frente a su historia.
Patrice Émery Lumumba hizo historia el 30 de junio de 1960 con su discurso contra el racismo de los colonos en presencia del rey Balduino de los Belgas, durante la ceremonia oficial que marcó el nacimiento del Congo.
«Hemos conocido la burla, los insultos, los golpes que debíamos padecer mañana, tarde y noche, porque éramos negros», dijo el entonces primer ministro congoleño en respuestas a las alabanzas del monarca a su antepasado Leopoldo II.
La imagen de este «civilizador» y no «conquistador», en palabras de Balduino ese día, está actualmente en entredicho en Bélgica por su gestión del Congo colonial, en pleno movimiento mundial «Black Lives Matter».
Para conmemorar el 60º aniversario, la ciudad belga de Gante retirará el martes una estatua de Leopoldo II. Acusado de «matar más de 10 millones de congoleños» por el grupo «Reparemos la historia», sus bustos son blanco de ataques.
Lumumba, por su parte, tuvo derecho a una pequeña plaza bautizada con su nombre en pleno centro de Bruselas en 2018, a las puertas del barrio africano de Matonge.
«Es muy importante para que Bélgica pueda asumir su pasado colonial y para el orgullo de los afrodescendientes», explica Kalvin Soiresse, diputado en el parlamento regional de Bruselas de origen togolés.
El ascenso fulgurante de Lumumba terminó de manera abrupta seis meses y medio después de su histórico discurso, el 17 de enero de 1961.
Derrocado, humillado, torturado, el mártir de la independencia, de 35 años, fue ejecutado a 50 kilómetros de Elisabethville (actualmente Lubumbashi) por separatistas de la región de Katanga y mercenarios belgas.
El Congo se sumió en el caos con motines, secesiones e intervenciones militares belgas y de Naciones Unidas. El primer ministro Lumumba fue derrocado en septiembre de 1960.
Sus discretos llamados a la Unión Soviética en plena Guerra Fría habían enfurecido a Estados Unidos que temía perder sus suministros de cobalto congoleños.
– «Héroe» de los oprimidos –
«Lumumba se convirtió rápidamente en un mártir de la descolonización, en un héroe para todos los oprimidos de la Tierra, en un santo del comunismo sin dios», resume David Van Reybrouck en su trabajo «Congo, una historia».
«Este estatus se debía más al horrible final de su vida que a sus éxitos políticos» con solo dos meses y medio en el poder, matiza el referente belga sobre la historia del Congo.
Bélgica reconoció su «responsabilidad moral» en el asesinato de Lumumba a partir de 2001 tras una comisión de investigación parlamentaria. El parlamento belga estudia ahora poner en marcha otra sobre la colonización del Congo, Ruanda y Burundi.
El martes, se recordará la figura de Lumumba en su propio país, pero sin ninguna ceremonia a causa de la pandemia de la COVID-19. Las autoridades anunciaron una jornada de «meditaciones».
En Kinshaha, su estatua, con la mano derecha levantada hacia el cielo, parece arengar a los automovilistas en medio del inmenso bulevar que lleva su nombre entre el aeropuerto y el centro de la ciudad.
Y, en el paisaje político, subsiste un pequeño Partido Lumumbista Unificado y algunas personalidades perpetúan su legado nacionalista, como el ex portavoz del presidente Joseph Kabila (2001-2019), Lambert Mende.
«Ser lumumbista hoy significa liderar la lucha para que el Congo sea libre de escoger a sus socios económicos en función de sus propios intereses», afirma Mende, que denuncia el «neocolonialismo» de los «socios occidentales» de la RDC.
¿Y dónde queda Lumumba para los menores de 20 años, la mitad de los más de 80 millones de congoleños? En el liceo, su historia se enseña de forma «concisa», reconoce el profesor Egide Mawaso.
La cuestión es sensible. En su caída, a Lumumba le traicionaron otros padres de la independencia, como su jefe de Estado mayor, Joseph Mobutu, el futuro dictador (1965-1997).
La propia URSS, además, mantuvo vivo el mito del Lumumba comunista, dando incluso su nombre a una universidad en Moscú que acogía a estudiantes africanos procedentes de «países hermanos».
«Él repitió en varias ocasiones que era nacionalista y no comunista», asegura el investigador Jean Omasombo, que denuncia la «propaganda colonial» que lo presenta como un agente soviético.
El debate, seis décadas después, continúa.
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