Carnavales a la manera suiza
En las regiones católicas y protestantes los suizos se permiten en estos días algunas extravagancias: es época de carnavales.
Cualquier carnaval necesita una dosis de excentricidad, de impertinencia, de imaginación y fantasía. La mejor demostración es la mega-fiesta de Río de Janeiro que comienza este viernes (08.02). También en Suiza los carnavales son una ocasión para olvidar las preocupaciones.
El grito de las 5 de la mañana
Uno de los carnavales suizos más apreciados es el de Lucerna, conocido polo turístico del país. Curiosamente el «Urknal» – denominación alemánica – comienza a las 5 de la mañana. Su principal ingrediente es la llamada «Guggenmusik», música mejor apreciada cuando es más desafinada. La parranda en Lucerna termina inevitablemente con una batalla de naranjas. Por lo menos 20.000 personas participan en el cortejo inaugural
Excentricidad
El comienzo del carnaval en la católica ciudad de Solothurn también es original, por no decir excéntrico.
Este jueves (07.02.02), unas 1.500 personas vestidas con camisolas y gorros de dormir dieron inicio a la fiesta. Haciendo sonar cencerros de vacas, una multitud acompañaba en el cortejo al escribano municipal dotado de un látigo para ahuyentar el invierno. La eufórica cacofonía termina tradicionalmente con una abundante sopa de harina servida en todos los restaurantes de la ciudad.
Versiones protestantes
Situados más tarde en el calendario litúrgico cristiano, los carnavales de los cantones protestantes de Suiza tienen también sus particularidades. El más célebre es el de la ciudad de Basilea, previsto para el 18 de febrero. Comienza cuando suena la campanada de las cuatro de la madrugada en una de las iglesias centrales de la ciudad.
A las cuatro de la mañana se apagan todas las luces de la ciudad de las orillas del Rin. De todos los rincones de la Basilea vieja surge una multitud de comparsas engalanadas con grandes linternas y faroles que desfilan como una serpiente luminosa. Al ritmo de pífanos y tambores el cortejo se dirige hacia una plaza central.
De orígenes medievales, pero renovado en el siglo XIX, el carnaval de Basilea es una mezcla de tradición, fantasía y espontaneidad, con la cual termina en Suiza el período de «despedida de la carne», antes de la Pascua.
Gabriel Barbosa
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