
«Nuestras aplicaciones de IA transformarán la ingeniería, pero no sustituirán a las personas»

Pierre Baqué, director general de la empresa emergente suiza Neural Concept, asegura que la tecnología que ha desarrollado es capaz de reducir a la mitad el tiempo que requiere el diseño y presentación de un nuevo modelo automotriz en el mercado.
La empresa Neural Concept, fundada en 2018, se especializa en el uso de la inteligencia artificial (IA) fundamentalmente para la industria automotriz. Actualmente, esta firma emergente tiene 80 empleados basados en Lausana, Nueva York y Múnich.
Tiene alrededor de 60 clientes y ya ha ganado prestigio en la Fórmula 1.
Swissinfo charló con el fundador y director general de Neural Concept, Pierre Baqué, en las instalaciones de la empresa, que forman parte del Parque de la Innovación de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL).
Swissinfo.ch: ¿Cómo explicaría de una forma sencilla el trabajo que realiza Neural Concept?
Pierre Baqué: Las aplicaciones de IA que creamos operan como copilotos o asistentes de los equipos de ingeniería. Les permiten desarrollar productos con mayor rapidez, aumentar las iteraciones realizadas en un lapso determinado y recibir una serie de sugerencias de forma automatizada. En la industria automotriz, en particular, nuestra tecnología está permitiendo reducir a la mitad el tiempo invertido en diseñar y presentar en el mercado un nuevo modelo.
Las aplicaciones de IA de nuestra empresa transformarán el papel que tienen los equipos de ingeniería, pero no sustituirán a las personas. El reto que hemos asumido es crear una auténtica relación de simbiosis entre la creatividad humana y el poder analítico que tiene la inteligencia artificial.
¿Qué impacto está generando Neural Concept en las plantillas laborales de sus clientes, especialmente en las industrias automovilística y aeroespacial?
Es un tema fundamental para nuestra clientela. Dado que la IA es generadora de grandes ganancias en términos de eficiencia, algunas empresas podrán desarrollar más productos con el mismo número de personas -o incluso más- en sus equipos de ingeniería. Otras, decidirán producir el mismo volumen, pero con menos especialistas en ingeniería.
¿Considera que será necesario adaptar los programas de formación en ingeniería para responder mejor a las nuevas realidades que se presentan?
Por supuesto. Las herramientas de ingeniería van evolucionando, así que las clases también tendrán que adaptarse, pero de una forma más veloz y profunda que cuando aparecieron las herramientas de diseño y simulación asistidas por ordenador.

El sistema educativo suizo es muy democrático, el de Francia es mucho más elitista, con instituciones como la Escuela Politécnica de París que es su alma máter. ¿Ser un ingeniero formado en Francia ha influido la forma en la que usted trabaja actualmente?
La educación en la Escuela Politécnica de París es muy rigurosa, e incluye dos años de clases preparatorias que permiten a esta comunidad estudiantil destacarse en matemáticas, física o en otras disciplinas técnicas. Se adquieren competencias para toda la vida, debido fundamentalmente a la disciplina intelectual que ha sido necesario desarrollar. El hecho de que sea tan difícil acceder a esta escuela también es una valiosa carta de presentación, en nuestro caso nos ayudó a conseguir los primeros contratos con firmas de gran talla como Airbus y Sadran. Estas credenciales también fueron catalizadores de nuestros esfuerzos iniciales de financiación. En contrapartida, la desventaja de este elitismo es el escaso valor que Francia concede a la formación profesional dual, que es una de las grandes fortalezas del sistema suizo.
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¿De qué manera están afectando las regulaciones suizas o extranjeras a la inteligencia artificial?
El término IA incluye una gran cantidad de realidades distintas, lo que complica los intentos de generar regulaciones. En nuestro caso, en particular, no existe ninguna legislación en vigor que esté afectando nuestro trabajo de una forma directa.
¿Le gustaría que se pusieran en marcha algunas salvaguardias concretas, especialmente en materia de protección de datos y del uso ético de las soluciones de IA?
Como ciudadano, quisiera que los gobiernos tomen las medidas necesarias para prevenir los riesgos asociados a la IA, que ahora son solo hipotéticos, pero lo suficientemente serios como para considerarlos una fuente de inquietud. Pienso, ante todo, en el riesgo del surgimiento de superinteligencias que puedan tornarse incontrolables o que sean utilizadas con fines privados que atenten contra el bien de la humanidad. Ante la posibilidad de que se produzcan estos escenarios, yo creo que es necesaria una regulación que incluya medidas similares a las que rigen el uso de las armas nucleares. Suiza tal vez podría desempeñar un papel importante en este tema en el panorama internacional.

¿Cuál es su estrategia para tener nuevos clientes? ¿Cuáles son las empresas de referencia para ustedes en Suiza?
Estamos combinando varios enfoques: trabajo directo desde nuestra sede en Lausana y desarrollo de ventas a través de nuestras filiales en Nueva York y Múnich. Pero también participamos en ferias comerciales, por ejemplo, el evento tecnológico CES de Las Vegas y colaboramos con firmas distribuidoras como la japonesa Sybernet.
Actualmente, 60 empresas forman parte de nuestra cartera de clientes, entre ellas, Safran, General Electric, Subaru y General Motors, además de cuatro equipos de la Fórmula 1. Nos estamos centrando en las industrias automotriz, microelectrónica, aeroespacial y energética.
Por ahora, no tenemos a ninguna empresa suiza importante como cliente, pero vemos un gran potencial en ABB y Pilatus. En un país pequeño, como Suiza, es natural poner en la mira en el mercado internacional desde el principio.
¿Cuáles son las principales firmas con las que compiten?
El campo de la IA aplicada en la ciencia está en pleno auge y hay una gran variedad de enfoques. En su campo, Neural Concept es una empresa puntera con tal nivel de avance que es difícil identificar alguna competidora directa que ofrezca productos o servicios similares a los nuestros. Las soluciones que ofrecemos complementan los softwares dedicados al diseño y a la ingeniería asistidos por ordenador que han desarrollado empresas de gran talla, como la francesa Dassault Systèmes, (la alemana) Siemens y la empresa de simulación de ingeniería estadounidense Ansys. Pero aunque estas firmas pueden añadir funciones de virtualización a sus productos, no pueden competir con nuestra capacidad de añadir aplicaciones de IA.
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¿Cómo aseguran la escalabilidad de sus productos?
Nuestra estrategia consiste en desarrollar tantas herramientas reutilizables como nos sea posible. La arquitectura de nuestra empresa se sustenta en tres niveles: una base algorítmica central, plataformas modulares diseñadas para cada aplicación que ofrecemos y también interfaces que son personalizables en función de cada cliente.
Ustedes han recaudado 38 millones de francos suizos (48 millones de dólares) en tres rondas de financiación. ¿Qué más está previsto?
Nuestra prioridad máxima es mantener y consolidar el liderazgo tecnológico que tenemos. Pero queremos seguir desarrollando los mejores productos para satisfacer las necesidades de nuestra clientela y apoyar la expansión de nuestras ventas. Nos encontramos en las primeras etapas de desarrollo, pero si seguimos por el mismo camino, tenemos abiertas todo tipo de opciones: cotizar en el mercado bursátil, preservar nuestra independencia o vender nuestra empresa a un grupo grande.
Neural Concept tiene una plantilla laboral de 80 personas en el presente. ¿Cuál es la evolución que tendrá en el futuro?
Mantenemos un activo proceso de contratación, especialmente en el área de desarrollo de productos. Nuestros equipos de investigación y desarrollo seguirán concentrados en Suiza, para maximizar las posibilidades de intercambio, pero los equipos de ventas se fortalecerán en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos y Alemania.
También tenemos previsto contratar personal en Japón y Corea. Nuestro objetivo es que la plantilla laboral se duplique a medio plazo.
La IA es una consumidora intensiva de energía. ¿Qué puede decirnos sobre su huella ecológica?
Nuestra ambición es ser proveedores de equipos de ingeniería e investigación asistentes de IA capaces de hallar soluciones tecnológicas para la crisis energética y, en consecuencia, para la crisis ecológica que enfrentamos. Dicho en otras palabras, las consideraciones medioambientales son uno de los principales motores de nuestro negocio.
Neural Concept acaba de ser seleccionada por el Foro Económico Mundial (WEF en inglés) como una de las 100 principales empresas pioneras en tecnología. ¿Qué significa eso para ustedes?
Deseamos contribuir positivamente al desarrollo de nuestro sector y establecer, simultáneamente, contactos útiles en el plano empresarial. Este reconocimiento mejora nuestro perfil y credibilidad ante posibles clientes e inversores.

¿Suiza es un buen sitio para fundar una empresa de IA como Neural Concept?
Sí, especialmente tratándose de una empresa derivada de la EPFL. La transición desde el ámbito universitario ha sido muy fluida y la región (Lausana) es ideal para la contratación de personas cualificadas en ingeniería, ya que es limitada la competencia con otras empresas empleadoras. No obstante, en una fase de expansión más avanzada, hacen falta grandes figuras inversoras locales en comparación con la realidad existente en Londres o Nueva York. También hay cierta dificultad para encontrar candidaturas a posiciones ejecutivas de ventas con gran ambición y experiencia. Tener presencia en Múnich y Nueva York nos está dando una gran ventaja en este sentido.
¿Y qué piensan en su sector que sean ustedes una empresa suiza?
Nuestro estatus de empresa derivada de la EPFL nos concedió credibilidad técnica en nuestra fase inicial, pero no debemos de dormirnos en los laureles. En términos generales, las empresas suizas son reconocidas por su fiabilidad y seriedad, así como por su enfoque humano. La neutralidad suiza también es una ventaja, especialmente para las empresas altamente reguladas, como las pertenecientes a las industrias aeronáutica, aeroespacial, energética y de defensa.
Pero Suiza empieza a ser reconocida también a nivel global como una «nación de tecnología profunda», una distinción totalmente legítima considerando el papel que desempeñan en el ámbito de la IA centros como Zúrich (sede de OpenAI, Nvidia, Anthropic, Deep-Judge, etc.) y Lausana (que alberga a Isomorphic, Neural Concept, etc).
¿Afectan a su empresa cuestiones geopolíticas actuales, como los aranceles estadounidenses y las relaciones entre Suiza y la Unión Europea (UE)?
Los aranceles estadounidenses no afectan nuestros servicios, pero sí impactan a las empresas que están en nuestra cartera de clientes, especialmente a las que fabrican automóviles. Las relaciones entre Suiza y la UE no han tenido ningún impacto hasta ahora en nuestro trabajo.
Editado por Virginie Mangin. Adaptado del inglés por Andrea Ornelas. Revisado por Carla Wolff.

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