La comunidad internacional ha fallado a Birmania, según una comisión

Bangkok, 2 nov (EFE).- La comunidad internacional, en especial la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), ha fallado en su respuesta a la crisis desatada por el golpe militar en Birmania (Myanmar), apunta una comisión de investigación independiente formada por parlamentarios de 7 países y la Unión Europea.

En su informe: «El tiempo no está de nuestro lado», presentado este miércoles en Bangkok, la oenegé Parlamentarios de la ASEAN por los Derechos Humanos (APHR) repasa el trabajo de la comisión que ellos mismos formaron en junio para investigar la respuesta global al golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 en Birmania.

Los parlamentarios se centran especialmente a la respuesta de la ASEAN, a la que acusan de «fracasar» en su respuesta a la crisis debido a la «división interna» y la «falta de voluntad» de algunos de sus miembros.

Durante cuatro meses, la comisión, formada por parlamentarios de países como Indonesia, Gambia o Sudáfrica y presidida por la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Heidi Hautala, ha celebrado seis vistas orales con docenas de participantes, estudiado múltiples declaraciones por escrito y realizado una misión de investigación en la frontera de Tailandia con Birmania, entre otros trabajos.

La comisión mantiene que la ASEAN, que incluye a Birmania y otras nueve naciones, ha sido «incapaz» de responder de manera «efectiva» al reto de liderar la respuesta global para pacificar el conflicto birmano y que el país regresara a la senda democrática.

HOJA DE RUTA

El bloque del Sudeste Asiático mantiene todavía su hoja de ruta apoyada en cinco puntos de consenso alcanzados, en abril de 2021, entre mandatarios de la ASEAN y el general golpista Min Aung Hlaing, que ponentes en las vistas calificaron de «muerto al nacer» por las nulas intenciones del régimen militar en cumplirlos.

Pactos claves, como el «cese inmediato de la violencia» contra civiles y un diálogo inclusivo entre todas las partes implicadas, han sido ignorados por los militares, según el informe de APHR.

La sublevación militar ha sumido a Birmania en una profunda crisis política, económica y social que ha exacerbado los conflictos armados a lo largo del país; una situación que ha ido empeorando con el paso del tiempo.

Veinte meses después del golpe de Estado, los cinco puntos de consenso «simplemente no encajan con la realidad del país», dijo el exembajador de Estados Unidos para Birmania Scot Marciel, durante una vista oral celebrada en julio.

Las grietas en el seno de la ASEAN respecto a la posición con Birmania también se han acrecentado.

Malasia, junto a Indonesia y Singapur, han condenado con mayor contundencia la brutalidad contra la disidencia de la junta militar birmana y reclaman abrir el diálogo con el opositor Gobierno de Unidad Nacional (NUG, según sus siglas en inglés), leal a la derrocada líder Aung San Suu Kyi e integrado por exdiputados y activistas en favor de la democracia.

Mientras, Tailandia, Camboya, Laos o, más recientemente, Filipinas se muestran comprometidos con mantener la relación con los militares birmanos.

AMIGOS DEL RÉGIMEN BIRMANO

La comisión independiente también critica el olvido de la comunidad internacional con Birmania tras surgir nuevas crisis, como la guerra de Ucrania, y remarca que los «amigos» de los uniformados, como Rusia y China, han mostrado más compromiso.

Las sanciones selectivas contra los líderes militares y las empresas vinculadas al régimen impuestas por la Unión Europea, Estados Unidos, Australia y otras naciones, han estado carentes de «coordinación» y «ejecución», mientras que en Naciones Unidas solo se ha conseguido «victorias morales» y «gestos simbólicos».

Por su parte, Moscú y Pekín se han esforzado en «legitimar» el régimen, bloquear cualquier sanción en la ONU -gracias su derecho a veto en el Consejo de Seguridad- y suministran armas al Ejército con las que se comenten presuntos crímenes de lesa humanidad.

La comisión, que presentó en septiembre sus conclusiones a miembros del Congreso de EE. UU., emite una serie de recomendaciones como «reconocer el fracaso de los cinco puntos de consenso (…) y negociar un nuevo acuerdo -en el que se incluya al bando prodemócrata- y que cuente con mecanismos de ejecución».

Así como «legitimar» la autoridad del NUG para «alentar y facilitar» el diálogo y negociaciones, «aislar» a la junta militar y excluirla de todas las reuniones de la ASEAN, además de «suspender» toda la cooperación militar y «reforzar y coordinar» las sanciones contra el régimen, entre otras. EFE

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