La comunidad internacional pide rebajar la tensión política en Somalia
Mogadiscio, 18 sep (EFE).- La comunidad internacional exigió al presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi Mohamed Farmaajo, y al primer ministro del país, Mohamed Hussein Roble, que resuelvan la tensión creciente entre ambos, que podría poner en riesgo la celebración de las elecciones previstas para el 10 de octubre.
«Instamos al presidente y al primer ministro a resolver sus diferencias de inmediato (…) abstenerse de cualquier acción que pueda desestabilizar la situación de seguridad y volver a concentrarse en concluir las elecciones atrasadas sin más demora», reza un comunicado remitido hoy a Efe.
Firman la carta los principales socios internacionales y donantes del país, incluyendo la misiones de la Unión Africana (AMISOM) y las Naciones Unidas (UNSOM) en el país, la Unión Europea y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD).
Una larga lista de países se suman a la demanda, como Bélgica, Canadá, Dinamarca, Etiopía, Noruega, Estados Unidos o Alemania, entre otros.
Una escalada de la tensión entre ambos dirigentes culminó esta semana con la decisión del presidente somalí de suspender los poderes de Roble para nombrar y destituir funcionarios públicos.
Según el presidente, el primer ministro no ha respetado la Constitución ni el mandato que el propio Farmaajo le asignó a finales de abril pasado para que se hiciera cargo de la preparación de las elecciones.
Roble, sin embargo, rechazó esta decisión y aseguró que Farmaajo «malinterpreta falsamente» algunos artículos de la Constitución.
La tensión entre Farmaajo y Roble está relacionada con la investigación de la desaparición de Ikran Tahlil, una trabajadora de la Agencia Nacional de Inteligencia y Seguridad de Somalia (NISA).
La NISA atribuyó inicialmente la muerte de Tahlil al grupo yihadista Al Shabab, afiliado a Al Qaeda desde 2012, pero los islamistas negaron la acusación.
Frente a la resistencia a investigar el crimen del jefe de la agencia de espionaje, Fahad Yasin -cercano a Farmaajo-, Roble lo despidió la semana pasada y nombró a otro responsable, una decisión cuestionada por el presidente, que reaccionó designando a Yasin como asesor de seguridad del Gobierno.
Por otro lado, Farmaajo acusó ayer a través de su portavoz al vecino Yibuti de detener a Yasin en su aeropuerto, cuando el exjefe de la NISA trataba de llegar a Somalia desde Turquía, algo que negó a través de Twitter el ministro de Asuntos Exteriores yibutiano, Mahmoud Ali Youssouf.
Ante esa disputa, los presidentes de los cinco estados federales de Somalia instaron ayer a los dos líderes a resolver sus diferencias mediante el diálogo para no trastocar la celebración de elecciones.
DUDAS SOBRE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES
Somalia tenía previsto celebrar elecciones presidenciales el próximo 10 de octubre después de establecerse un calendario electoral a finales de junio, tras varias demoras por desacuerdos políticos que llegaron a provocar violencia este año.
Sin embargo, una serie de retrasos en las elecciones parlamentarias (los legisladores tienen que elegir al presidente) parecen indicar que será muy difícil desarrollar los comicios presidenciales el 10 de octubre.
El mandato de Farmaajo venció el pasado 8 de febrero y el día 12 de ese mes la Cámara Baja del Parlamento votó a favor de prorrogarlo dos años, decisión que rechazó el Senado al considerarla inconstitucional por carecer de la aprobación de ambas Cámaras.
La situación provocó una convulsa crisis política y el 25 de abril estallaron en Mogadiscio tiroteos en un choque entre facciones opuestas del Ejército -a favor y en contra de la extensión del mandato-, que dejaron al menos 13 muertos y 22 heridos, la mayoría militares, según confirmaron a Efe fuentes médicas.
El pasado 28 de abril, Farmaajo cedió a la presión de la oposición y la comunidad internacional, anunció que rechazaba prorrogar su mandato y el 1 de mayo pidió a los legisladores revertir la ley que él mismo había firmado.
Ese mismo día, el presidente también solicitó que se retomara el acuerdo del 17 de septiembre de 2020 -del cual se cumplió ayer un año-, que trazó una hoja de ruta para la celebración de los comicios, y anunció que sería el primer ministro quien dirigiría la implementación de las elecciones.
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de señores de la guerra y milicias islamistas, como Al Shabab, que controla áreas rurales del centro y sur del territorio nacional. EFE
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