La cura y la enfermedad danzan en una puesta de la brasileña Deborah Colker
Montevideo, 16 abr (EFE).- Dos caras de una misma moneda, la dolencia y la sanación, son las protagonistas de «Cura», el espectáculo que la compañía de danza de la brasileña Deborah Colker pone en escena en Uruguay con su nieto Theo, Stephen Hawking y Jesucristo entre sus personajes.
Al enterarse de que su nieto padecía epidermólisis ampollosa, una enfermedad rara que, según dijeron los médicos, «no tiene cura», la coreógrafa brasileña, convencida de que esto no podía ser verdad, decidió emprender su propia búsqueda.
«¿Cómo que no tiene cura? tiene que haber cura, todo tiene cura», recuerda haberse preguntado a lo que, como señala en diálogo con la Agencia EFE, ese proceso tendría un resultado inesperado, pues en ese camino hacia la aceptación, que le resultó «muy difícil», terminó dando con un espectáculo único.
Así surge «Cura», una puesta que, dice, «hace un puente entre ciencia y fe» y tiene detrás «una búsqueda muy profunda» en torno a las culturas y las religiones.
«Este espectáculo no fue una elección, fue una necesidad, una urgencia, lo tenía que hacer, tenía que hablar de esto, expresar el sentimiento de esta cura, de que tenemos que luchar y aceptar», enfatiza.
Con su propio nieto como narrador de la historia traducida en baile, que a partir del sábado y hasta este domingo se podrá ver en el Teatro Solís de Montevideo, la brasileña destaca que son varios los personajes que lo van «tejiendo».
De matriz africana, pues es uno de los orixás de la religión Candomblé, uno de los protagonistas es Obaluaiê, quien, explica, es una especie de dios «de la cura y la enfermedad» con una historia «muy profunda».
Es que, cuenta, si bien su madre, la orixá del principio de la vida Nanã, lo encontró demasiado feo por tener deformidades y lo rechazó, luego Iemanjá, reina de los mares, lo adoptó y le enseñó a sanar.
Esta es, señala Colker, solo una de los hilos entrelazados en la obra, en la que aparecen también el físico británico Stephen Hawking, quien pese a haber padecido Esclerosis Lateral Amiotrófica aportó conocimientos revolucionarios, y el poeta Leonard Cohen, quien «habla de cómo la muerte es una estrategia y hace parte de la vida».
También aparece Jesucristo, pues, dice la coreógrafa, él «cura a través del amor».
Por otro lado, la ganadora del Benois de la Danse en 2018 resalta que en el espectáculo estrenado en Brasil en 2021, en que los bailarines aparecen con pasamontañas -vestuario ideado por Claudia Kopke-, son esenciales las composiciones de Carlinhos Brown.
El músico de Bahía -nordeste de Brasil-, subraya, tiene «una conexión muy fuerte con el Candomblé y los ritmos de la tierra y el cielo» que da ritmo a una obra que Colke quiso terminar con un momento de canto y baile para evocar «alegría».
«Creo que cuando uno va al teatro sale diferente porque tiene una experiencia muy fuerte de emociones, de sentir algo de dolor profundo pero también en el final esta parte de alegría», redondea quien estima que el público uruguayo disfrutará de la pieza. EFE
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