
La ERR sudanesa espera que el Nobel Alternativo aumente la protección de sus voluntarios
Isaac J. Martín
El Cairo, 2 oct (EFE).- Representantes de las Salas de Respuesta a Emergencias (ERR, en inglés) de Sudán, premiada ayer con el «Nobel Alternativo» de la fundación sueca Right Livelihood Award, esperan que este galardón genere más conciencia sobre Sudán, en guerra civil abierta desde abril de 2023, y aumente la protección de sus voluntarios.
«Este premio, para mí, tiene como objetivo principal generar más conciencia sobre Sudán y defender a nuestra gente. Y también, esperamos que aumente la protección de nuestros voluntarios en el terreno, quienes han sufrido torturas, encarcelamientos y demás», indicó en una entrevista a EFE desde Nairobi el responsable de comunicaciones externas de estas redes ciudadanas, Alsanosi Adam.
La fundación reconoció a la ERR, nacida de los comités de resistencia en la revuelta sudanesa de 2019, por la construcción de «un modelo resiliente de ayuda mutua en medio de la guerra y el colapso estatal que sostiene a millones de personas con dignidad» al ser la «columna vertebral de la respuesta humanitaria», dado que la ayuda apenas llega al país.
De hecho, existe un clima de desconfianza entre la ERR -que se califica como apolítica- y el Gobierno controlado por la junta militar debido a la relación de los voluntarios con los Comités de Resistencia y el papel que tuvieron durante las protestas populares de 2019, que derrocaron al exdictador Omar al Bashir que gobernó con mano de hierro durante tres décadas.
Precisamente, miembros de la ERR han sido detenidos, torturados e incluso asesinados por ambas partes en conflicto.
¿Un futuro rol en el país tras la guerra?
«La paz es fundamental. Tiene que ocurrir. Hay que detener la violencia y luego podemos analizar cómo podemos lograr» tener un futuro rol en el país, adujo.
«Esperamos que algunos de nuestros voluntarios en el futuro puedan desempeñar un papel importante en la gobernanza local del país. Otros podrían aprender sobre gestión financiera y organización del trabajo. Aquellos que han realizado un gran trabajo humanitario y han implementado métodos innovadores para la entrega de ayuda humanitaria podrían trabajar e influir en organizaciones nacionales e internacionales», apuntó.
Agregó que, aunque las autoridades sudanesas «no dicen» que reconocen a la ERR, sí «lo hacen».
Por otro lado, tras dos años de guerra, Adam subrayó que la «parte de recaudación de fondos es difícil», aunque tienen un mecanismo de coordinación que «funciona».
«Cuando hay falta de conocimiento en ciertas áreas, intentamos capacitar a la gente. Nos interesa no convertir a los voluntarios en una organización, sino que funcionen como tal. Sí, funciona muy bien, todo fluye. Y todo se gestiona en Internet», afirmó sobre la ERR, que cuenta con cerca de 10.000 voluntarios repartidos en los 18 estados del país africano.
Además, su canal de comunicación ha sido mayormente WhatsApp y Signal, aunque ahora -indicó- se está creando una aplicación nativa que ya están probando en al menos dos estados: «Esta aplicación tiene todo nuestro sistema operativo y una sección para que cualquier sudanés pueda descargarla y denunciar problemas».
Asimismo, afirmó que se debe confiar en su trabajo ya que, por ejemplo, respecto al recuento de las víctimas, siempre tienen voluntarios en todos los lugares y sobre el terreno.
El modelo, descentralizado y no regulado, busca dar poder a cada comunidad para decidir sus prioridades y las ERR no sólo se limitan a llevar comida o medicinas, sino que también restablecen el servicio eléctrico en zonas donde se ha perdido, garantizan el acceso a fuentes de agua potable o rehabilitan hospitales y escuelas.
Más de la mitad de la población sufre inseguridad alimentaria y más de 12 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en lo que la ONU ya ha calificado como la peor catástrofe humanitaria del planeta.EFE
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