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La eutanasia ¿suficientemente regulada?

La asistencia al suicidio pasivo es permitido en Suiza. Keystone

La posición del gobierno suizo en el sentido de que, en materia de muerte asistida, el derecho en vigor es suficiente, genera polémica.

Mientras algunos partidos políticos se mostraron decepcionados por la decisión de Berna, la Asociación por el Derecho de Morir en la Dignidad la calificó de saludable para la cohabitación.

“El Consejo Federal (gobierno) eligió una posición media; es decir, no dar marcha atrás, pero tampoco ir más adelante como por ejemplo, permitir la eutanasia directa”, consideró el doctor Jérôme Sobel, presidente de la Asociación por el Derecho de Morir en la Dignidad, EXIT.

“Fue una decisión pluralista y democrática”, puntualizó el galeno en entrevista con swissinfo.

El gobierno suizo recomendó este miércoles (31.05) al Parlamento renunciar a una revisión de las disposiciones pertinentes del Código Penal así como a adoptar una ley sobre la admisión y vigilancia de las organizaciones de asistencia al suicidio.

Para el director de EXIT, “la decisión de no cambiar nada, es una confirmación de la seriedad de nuestra asociación, del hecho de que trabajamos sin resbalones, de manera transparente”.

La ley es suficiente, sólo hay que aplicarla

La postura del gobierno se basa en el informe ‘Asistencia al deceso y medicina paliativa: ¿La Confederación debe legislar?’, elaborado por el Ministerio de Justicia, y que analiza la temática destacada por la Comisión de Asuntos Jurídicos del Consejo de Estados (Senado) sobre el particular.

“El Parlamento había pedido al Consejo Federal establecer propuestas legales y el Consejo Federal llegó a la conclusión de que no son necesarias”, subrayó por su parte, Bernardo Stadelman, portavoz del Ministerio de Justicia. Reiteró que la legislación en vigor es suficiente y que basta con aplicarla.

Rechazó igualmente que existan lagunas jurídicas en torno a la problemática que nos ocupa.

El informe analiza la interrogante sobre la necesidad de legislar a escala federal, en materia de eutanasia activa indirecta, eutanasia pasiva, asistencia al suicidio y ‘turismo de la muerte’, así como sobre las medidas para promover la medicina paliativa.

Escollos legislativos

En Suiza, la eutanasia pasiva (renuncia a la aplicación de medidas para el mantenimiento de la vida o interrupción de tales medidas) y la eutanasia activa indirecta (administración de substancias para aliviar los sufrimientos, pero con el efecto secundario de reducir la vida) no están sujetas a castigo ni reglamentadas por el Código Penal (CP). La eutanasia directa, considerada homicidio, no está permitida.

Para el Ministerio de Justicia, la prohibición absoluta del homicidio, establecida en el CP, asegura una clara delimitación entre lo que procede del acto sancionable, por una parte, y del comportamiento no sancionable, por otra.

“Una reglamentación legal de esas cuestiones contribuiría, desde luego, a una mayor transparencia. Una nueva reglamentación de la eutanasia activa indirecta y de la eutanasia pasiva en el CP o en otra ley correría, sin embargo, el riesgo de no ser exhaustiva. Si el objetivo es lograr la mayor transparencia posible, la reglamentación debería ser muy detallada, para cubrir todos los casos de figura y todas las categorías de pacientes”, señala el texto.

Las reglas de la deontología

Refiere la necesidad de que una tal legislación pudiera ser lo suficientemente flexible para aplicarse en todos los casos que puedan presentarse y adaptarse al eventual desarrollo futuro de la investigación médica. “El legislador tropezará inevitablemente con límites prácticos” amén de que “tendrá que comprometerse en asuntos muy delicados, también desde el punto de vista ético”, puntualiza.

De ahí la opción por las reglas de la deontología como instrumento apropiado para la reglamentación analizada:

“La Academia Suiza de Ciencia Médicas (ASSM, por sus siglas en francés) ha elaborado directivas y principios detallados en materia de eutanasia activa indirecta y de eutanasia pasiva. Esas directivas, conformes con el derecho en vigor, son suficientes para reglamentar el rubro de manera satisfactoria”.

Cuidados paliativos

Con respecto a la medicina y los cuidados paliativos, el estudio señala que la oferta ha crecido en cantidad y calidad pero reconoce que debe ser mejorada aún y establece que corresponde a los cantones garantizarla. No obstante, asienta que la Confederación podría contribuir al desarrollo del sector.

Acerca de la asistencia al suicidio, que en Suiza no está penalizada, siempre y cuando no obedezca a un móvil de egoísmo, ni sea directa, asienta que el creciente número de casos ha revelado riesgos de abusos, sobre todo con respecto a la capacidad de discernimiento de las personas involucradas (jóvenes, personas que sufren de una enfermedad psíquica o enfermos en fase terminal).

Establece que las comunas y los cantones pueden recurrir al CP para castigar eventuales abusos por lo que tampoco es menester legislar a escala federal. Y, aunque reconoce que se podrían promulgar edictos para controlar las actividades de las organizaciones de asistencia al suicidio, asegura que las opciones examinadas son impropias y desproporcionadas.

Turismo de la muerte

El llamado ‘turismo de la muerte’ se deriva de la aplicación del régimen suizo en materia de asistencia al suicidio, más liberal que el de otros Estados. “Bajo el ángulo político, ese fenómeno no deja de tener incidencias negativas en la imagen de Suiza”, subraya el texto y reconoce las dificultades penales -en caso de abusos-, que plantea la existencia de lazos con el extranjero.

El estudio del Ministerio de Justicia se pronuncia por la introducción de medidas para prevenir e impedir tales irregularidades, pero, lo mismo que en los casos anteriores, rechaza la necesidad de proceder a una legislación de alcance nacional e insiste en que los mecanismos existentes son suficientes para hacer frente al fenómeno.

Desilusión

El Partido Demócrata Cristiano (PDC) recibió la decisión del gobierno con “desilusión”. En un comunicado, subrayó que si bien es cierto que es casi imposible evitar el ‘turismo de la muerte’, “es más que discutible que las personas vengan a Suiza a morir”. Se pronunció asimismo por la ampliación de la oferta de los cuidados paliativos.

Por su parte, el Partido Radical Democrático (PRD) manifestó que “el Consejo Federal descarta toda voluntad de crear una base legal clara e ignora así un problema de sociedad que había sido transmitido por el Parlamento”.

Añadió que, en vista de la decisión gubernamental, corresponderá ahora al Ejecutivo analizar el asunto e indicó que prepara una iniciativa parlamentaria que podría presentar en la sesión de verano.

Decisión democrática

Empero, para aquellos que acogieron la postura del gobierno con beneplácito, la situación es muy otra.

“Los partidos, o las personas de los partidos que quisieran legislar sobre la muerte asistida, querrían ir hacia atrás. Dificultar aún más nuestra tarea”, comentó el doctor Sobel.

Precisó que si se llevara a cabo una revisión de la ley, EXIT pediría la despenalización de la eutanasia directa, por su supuesto bajo el control pertinente.

“El gobierno, insistió, no dio marcha atrás ni fue más adelante, optó por una decisión democrática y satisfactoria para la cohabitación”.

swissinfo, Marcela Águila Rubín

En el 2003, 272 personas recurrieron a la ayuda al suicidio en Suiza. Una tercera parte de entre ellos, venían del exterior.

Esa cifra representa la quinta parte del total de los suicidios registrados ese mismo año.

En el 2003, la organización de ayuda al suicidio Dignitas asistió a unas 90 personas procedentes del extranjero, contra solamente tres en el 2000.

En el 2005, EXIT acompañó a 162 personas en la muerte, contra una treintena a principios de los años 90.

Suiza es más liberal en lo que concierne a la eutanasia que la mayor parte de los países europeos, con excepción de los Países Bajos y Holanda que autorizan, bajo ciertas condiciones, la eutanasia activa (gesto efectuado por un tercero).

En Suiza, la eutanasia activa directa es asimilada al homicidio y, por ende, castigada. La eutanasia activa indirecta y la eutanasia pasiva no son sancionables.

La ayuda al suicidio pasivo (el paciente es acompañado, pero él mismo efectúa el gesto fatal) está autorizada.

La ayuda al suicidio y el ‘turismo de la muerte’ han aumentado sensiblemente en Suiza en los últimos años.

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