La UE daña su imagen con «doble lenguaje» sobre derechos humanos y migración, dice experta
Madrid, 28 mar (EFE).- El discurso de la UE sobre el respeto de los derechos humanos y la «contradicción» con su política exterior en materia de inmigración es un «doble lenguaje» que desacredita la imagen externa del bloque, según la experta en derecho europeo y de las migraciones Neïla Dorra Jaibi.
En una entrevista con EFE con motivo de su reciente visita a España, la profesora de Derecho Europeo y de Migración en la Universidad de Túnez reflexiona sobre la «paradoja» que se produce actualmente en la UE, donde las acciones van «totalmente en contra» de la protección de los derechos humanos de las personas migrantes.
Jaibi pone como ejemplo el acuerdo que Italia cerró para trasladar a muchos de los migrantes que rescatan en el Mediterráneo directamente a centros de deportación en Albania, que define como «verdaderos campos de concentración».
«Son una prolongación de la externalización de la política de migración de la UE, que no se basa en el reparto de responsabilidades, sino que tan solo se transfieren», explica añadiendo que «lo único que se quiere es evitar a toda costa la llegada masiva de inmigrantes en situación irregular y, lo que es peor todavía, de solicitantes de asilo».
Además, cree que el auge de la extrema derecha es un factor que aumenta y complementa «la instrumentalización de la cuestión migratoria».
A su juicio, este tipo de pactos como el de Italia con Albania que Bruselas se plantea copiar producen un descrédito hacia la UE que ella ya ha observado entre las élites académicas de Túnez, de donde es originaria.
Países terceros seguros
La profesora de derecho subraya la figura de los terceros países seguros, que tendrá una especial relevancia cuando entre en vigor el nuevo pacto europeo de migración y asilo a mediados de 2026.
Según Jaibi, en los nuevos pactos con países externos para que controlen los flujos migratorios hacia la UE ya se está introduciendo esta noción, que permite denegar solicitudes de asilo a los migrantes que atraviesan esos terceros países seguros para llegar a territorio europeo si existe un «vínculo» entre el solicitante de asilo y el país.
Sin embargo, aunque en teoría se debería considerar que existe ese vínculo si la persona ha accedido a servicios básicos como salud o educación, advierte de que en los nuevos pactos «se puede establecer que existe vínculo tan solo por haber transitado por este país tercero» y rechazar su solicitud de asilo «sin tener en cuenta los conceptos más básicos de los derechos humanos».
«Ahí la hipocresía», dice porque, por ejemplo, la UE ha criticado a Túnez por «no haber realizado correctamente su transición a la democracia respetando los derechos humanos», pero lo considera un tercer país seguro.
Repensar un enfoque problemático
Jaibi cree que el enfoque de los tratados entre la UE y países terceros para transferir migrantes es «problemático», sobre todo para la defensa de los derechos humanos.
Explica que, aunque en ellos se hable de cooperación en materia migratoria, en realidad son acuerdos de «condicionalidad», porque la UE da apoyo logístico y técnico a los países terceros para que controlen de una forma estricta y rigurosa sus fronteras «de forma que el inmigrante ilegal no pueda entrar dentro del territorio de los países miembros».
«La prioridad de la UE no son los derechos humanos, sino asegurar un instrumento de seguridad dentro de todos los Estados miembros para que los inmigrantes en situación irregular no entren en su territorio», añade.
Por ello, cree que es necesario «repensar» los términos de las negociaciones teniendo como punto central los derechos fundamentales de las personas. EFE
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