Las sospechas en Múnich se concentran en un amigo del atacante

El autor de la matanza de Múnich se reunió cerca del lugar donde cometió el crimen, ya cargado con su arma, con un amigo afgano, lo que sugiere que éste estaba al tanto de lo que tramaba el asesino, afirmó el lunes el fiscal de Múnich.
El adolescente, de 16 años, había borrado una conversación mantenida con el atacante, Ali Sonboly, de 18 años, a través de Whatsapp, pero los investigadores pudieron recuperarla.
Así, descubrieron que los jóvenes «estaban juntos» cerca del lugar del tiroteo justo antes de que Sonboly pasara al acto, explicó Thomas Steinkraus-Koch en una ruega de prensa.
El encuentro se produjo también cuando el germano-iraní, fascinado por las matanzas en masa, ya tenía el arma con el que asesinó a nueve personas e hirió a 35 más.
Por ello, «creemos que existe la posibilidad de que el detenido pudiera haber estado al corriente de algo», añadió el fiscal.
El adolescente detenido se había presentado espontáneamente ante la policía, pero en su declaración había contradicciones que llevaron a detenerlo por el cargo de de «no denunciar un crimen».
Los dos jóvenes se conocieron en el hospital psiquiátrico en el que Sonboly estuvo ingresado hace un año, donde manifestó su «odio hacia los seres humanos», según el fiscal.
La investigación mostró que tanto el asesino como su amigo afgano jugaban habitualmente a videojuegos violentos.
«Mi impresión es que se comportaba como en un videojuego», declaró durante la rueda de prensa el comisario Hermann Utz.