
Lecornu, bajo el fuego cruzado de la oposición y sus aliados, busca equipo ministerial
(Actualiza con declaraciones de Lecornu sobre fechas probables de formación de Gobierno)
Antonio Torres del Cerro
París, 11 oct (EFE).- Sébastien Lecornu no ha tenido un momento de tregua en las primeras horas de su segundo mandato como primer ministro de Francia. Mientras busca un equipo ministerial, que podría presentar el lunes o el martes, la oposición ya amenaza con tumbarlo en una moción y varios de sus aliados se alejan de él.
‘Sébastien Lecornu II’, como la prensa francesa ha denominado el nombramiento del joven político de 39 años por parte del presidente Emmanuel Macron solo unos días más tarde de haber dimitido, ultima su complicado cásting para presentar cuanto antes un gabinete.
Ante la urgencia de tener un Presupuesto de 2026 aprobado antes del 31 de diciembre de este año, el antiguo ministro de Defensa señaló, en una entrevista a ‘La Tribune de Dimanche, que podría anunciar a su equipo «el lunes o el martes».
Entonces, su declaración de política general ante la Asamblea Nacional sería «el martes o el miércoles», en la que ya podría enfrentarse a una primera moción de censura de la oposición.
Macron, sin embargo, se ausentará en el inicio de la semana, pues viajará el lunes a la ciudad balnearia egipcia de Sharm el-Sheij para apoyar la «puesta en marcha» del principio de acuerdo entre Israel y Hamás auspiciado por Estados Unidos.
La inminente formación de un Ejecutivo y la presentación de un primer borrador de las cuentas en un Consejo de Ministros son esenciales para que el país pueda ver un atisbo de salida del bloqueo.
Desde que Macron convocase legislativas anticipadas en julio de 2024 ante la estupefacción general, Francia se ha visto muy afectada por las sucesivas crisis gubernamentales, que han amputado su crecimiento económico (se estima que 0,3 puntos del PIB, equivalente a unos 9.000 millones de euros).
En sus primeras horas como jefe de gobierno reelegido, Lecornu se desplazó este sábado a una comisaría policial de L’Haÿ-les-Roses (afueras de París) para dar acento a su compromiso contra «la inseguridad y la criminalidad» que, según las encuestas, tanto preocupan a los franceses.
En respuesta a los periodistas, el primer ministro se mostró abierto a revisar la reforma de las pensiones de 2023, que retrasa la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años y cuya suspensión es una exigencia del Partido Socialista (PS).
Esta formación es esencial para que Lecornu no sea tumbado a las primeras de cambio por la Asamblea Nacional, como sucedió con Michel Barnier (diciembre de 2024) y François Bayrou (septiembre de 2025).
«Tendremos la ocasión de volver sobre ese tema (la reforma de las pensiones). Creo que todos los debates son posibles, mientras se hagan en un contexto real y realista, teniendo en cuenta las cuestiones presupuestarias», matizó Lecornu.
El PS ha exigido una suspensión «inmediata y completa» de la reforma para no apoyar una moción que sí respalda el resto de la izquierda, encabezada por los contestatarios de La Francia Insumisa (LFI), y la ultraderecha de Marine Le Pen, ambos partidos listos para tumbar a Lecornu cuando antes.
Esta reforma que fue defendida por el propio Macron con uñas y dientes como esencial para sanear las cuentas públicas francesas se ha convertido en un punto de tensión entre los aliados conservadores y centristas del Gobierno.
Los Republicanos (LR) y el partido Horizontes del exprimer ministro Édouard Philippe advirtieron que el apoyo al Ejecutivo estará condicionado a que se mantenga la reforma que el PS quiere enterrar.
Entre la espada y la pared, Lecornu ya sabe además que no podrá contar con algunos pesos pesados de los últimos gobiernos, como el del hasta ahora ministro del Interior y líder del LR, Bruno Retailleau, un popular político con ambiciones presidenciales para 2027.
Este partido fundado por Nicolas Sarkozy está además dividido en la estrategia a seguir respecto al Ejecutivo ‘Lecornu II’ debido al cisma entre Retailleau y el líder parlamentario del LR, Laurent Wauquiez.
Incluso en el propio partido fundado por Macron, Renacimiento, las tensiones son evidentes.
Su líder, Gabriel Attal (antiguo primer ministro de Macron), y la presidenta de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet, dejaron lacónicos y fríos mensajes a la nominación de Lecornu, lo que deja entrever un patente malestar con el presidente francés. EFE
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